Las redes sociales se han inundado recientemente de retratos generados por inteligencia artificial que transforman selfies en personajes de anime o figuras de acción.
La tendencia, que toma como referencia el universo estético de Studio Ghibli, no es solo un fenómeno visual, sino también una señal de alarma para la privacidad digital. Mientras las plataformas que ofrecen estos servicios ganan popularidad en TikTok e Instagram, los expertos en ciberseguridad advierten: lo que empieza como un juego puede acabar alimentando bases de datos para el reconocimiento facial o los deepfakes.
Según el informe “Superstición e inseguridad: cómo se relacionan los usuarios españoles con el mundo digital”, elaborado por la compañía de ciberseguridad Kaspersky, el 41% de los usuarios en España publica en redes sociales los resultados de mini-juegos o test online, un comportamiento que se extiende a estas imágenes creadas con inteligencia artificial. Herramientas como las “Imágenes para ChatGPT” de OpenAI permiten a los usuarios subir una fotografía, elegir un estilo y obtener una versión estilizada de sí mismos, inspirada en estéticas como la del estudio japonés Ghibli o el universo de las figuras de acción. El resultado es visualmente atractivo y viralizable, pero también abre la puerta a riesgos invisibles.
Kaspersky, fundada en 1997 y con más de mil millones de dispositivos protegidos en todo el mundo, advierte que muchas plataformas que permiten generar estas imágenes utilizan las fotografías para entrenar sus modelos, almacenarlas indefinidamente o incluso compartirlas con terceros. En un contexto en el que la seguridad digital sigue siendo un terreno inestable, estas prácticas pueden desembocar en usos maliciosos como el robo de identidad, la creación de deepfakes o ataques de phishing.
“Es fácil dejarse llevar por la emoción de transformarse en un personaje generado por IA, pero vale la pena hacer una pausa antes de subir tu foto a un servicio de IA”, señala Anna Larkina, experta en privacidad de Kaspersky. “Cada imagen que compartes puede convertirse en una herramienta en manos de otros”. Entre los posibles riesgos se encuentran la suplantación de identidad, el rastreo mediante reconocimiento facial o la vinculación de datos personales con metadatos visuales que pueden revelar ubicación o entorno.
La popularidad de este tipo de contenidos ha derivado además en la aparición de plataformas falsas, sitios web que prometen “versiones ultra realistas” del arte Ghibli generado por IA, pero que en realidad ocultan campañas de phishing o malware. Kaspersky recomienda utilizar únicamente servicios verificados, revisar los términos de uso y proteger los dispositivos con software de seguridad actualizado.
La compañía también advierte sobre la permanencia de estos contenidos en la red. Una imagen aparentemente inofensiva puede permanecer accesible de forma indefinida, incluso cuando el usuario decida eliminarla. El 50% de los encuestados en España cree que los datos personales permanecen visibles en Internet después de la muerte, y el 65% teme que la identidad digital de los fallecidos sea especialmente vulnerable a la suplantación.
Para evitar que una moda se convierta en un problema de seguridad, Kaspersky recuerda la importancia de pensar más allá del momento viral. La privacidad digital depende cada vez más de decisiones cotidianas: leer antes de aceptar, desconfiar de lo demasiado espectacular y entender que cada imagen forma parte de una huella digital que no siempre se puede borrar.