Domestika reduce su plantilla un 87.5% y cierra sedes internacionales en medio de una crisis financiera

En un giro inesperado que refleja la volatilidad del mercado tecnológico, Domestika, la plataforma española de cursos online que alcanzó el estatus de "unicornio" en 2022, se encuentra ahora en medio de una profunda reestructuración. La empresa, que llegó a valorarse en más de 1.000 millones de euros, lucha actualmente por adaptarse a un mercado post-pandémico cada vez más competitivo. Según informes recientes, Domestika ha experimentado una contracción significativa en sus operaciones. Los datos indican que los ingresos de la compañía han caído un 30%, situándose en 15,5 millones de euros en 2023. Esta cifra contrasta fuertemente con las expectativas generadas durante su fase de expansión. Uno de los aspectos más llamativos de esta reestructuración es la drástica reducción de personal. La plantilla de Domestika, que en su momento de auge llegó a contar con 800 empleados, se ha reducido a aproximadamente 100 personas. Esta disminución del 87.5% en la fuerza laboral es un claro indicador de los desafíos financieros que enfrenta la empresa. La contracción no se limita solo al personal. Domestika ha cerrado todas las sedes internacionales que había abierto durante su fase de expansión, incluyendo oficinas en Latinoamérica y Europa. Este retroceso en su presencia global sugiere un replanteamiento significativo de su estrategia de internacionalización. Para hacer frente a estos desafíos, Domestika está implementando diversas estrategias de adaptación. Entre ellas se encuentra la automatización de procesos mediante el uso de inteligencia artificial, una medida que busca reducir costos operativos y mejorar la eficiencia. Además, la empresa está recurriendo cada vez más a la contratación de freelancers y autónomos para cubrir funciones que anteriormente desempeñaban empleados a tiempo completo. Otra estrategia que Domestika está explorando es la diversificación de su oferta. Se ha informado que la empresa ha comenzado a producir cursos bajo otras marcas, como Awwwards, con precios más elevados. Esta movida parece ser un intento de captar un segmento de mercado más premium y aumentar los márgenes de beneficio en un momento crítico para sus finanzas. Sin embargo, estas medidas de reestructuración no están exentas de controversia. Existen informes sobre reclamaciones pendientes por valor de 115.000 euros relacionadas con los expedientes de regulación de empleo, lo que añade una capa adicional de complejidad legal y financiera a la situación de la empresa. El caso de Domestika plantea interrogantes más amplios sobre el futuro de las startups que experimentaron un crecimiento explosivo durante la pandemia. La trayectoria de la empresa, desde su rápida expansión hasta su actual contracción, ilustra los desafíos de mantener un crecimiento sostenible en el volátil mundo de las startups tecnológicas. La situación actual de Domestika sirve como un caso de estudio sobre los retos de escalar un negocio digital de manera sostenible y la importancia de la adaptabilidad en tiempos de crisis. Mientras la empresa navega por estas aguas turbulentas, su capacidad para redefinirse y encontrar un nuevo equilibrio en el mercado será crucial para su supervivencia y futuro éxito. El desenlace de esta historia aún está por escribirse, pero lo que es cierto es que la experiencia de Domestika ofrece valiosas lecciones para todo el ecosistema de startups y empresas tecnológicas sobre los peligros de confundir un auge temporal con un crecimiento sostenible a largo plazo.

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