Ana Fernández de Valderrama, experta legal en negocios online, Derechos de Autor y Nuevas Tecnologías y socia en eTic Consulting nos resuelve algunas dudas habituales en cuanto a las diferentes licencias de difusión y nos da las claves sobre los usos correctos del Copyright o el Copyleft.
Publicar obra original en internet no implica liberar los derechos y la obra, renunciando a los Derechos de Autor, a nuestro Copyright, pero la red es propicia al hecho de compartir información y cultura de manera altruista, punto en que se enfrentan estos dos términos.
El Copyright, cuya traducción literal en nuestro idioma es ‘Derecho de Copia’ no se refiere a otra cosa que a los Derechos de Autor, se representa con el símbolo © y tiene como objetivo recordar a los usuarios la existencia de los derechos asociados a cualquier creación artística original que de forma natural nacen con el mismo hecho de crear.
Los derechos protegidos en la creación de una obra son tanto los derechos morales como los patrimoniales, sin importar el medio que utilicemos para la publicación y distribución de la obra. En este sentido, para cualquier uso de la obra protegida deberemos contar con el consentimiento del autor. Por lo tanto, si el medio elegido para hacer pública una creación artística es internet, los derechos protegidos por los Derechos de Autor, que reconoce nuestra legislación, seguirán siendo todos los derechos y el requisito de contar con el consentimiento del autor seguirá vigente. Y aunque hay gente que piensa lo contrario, publicar en internet no implica liberar una obra para que pueda ser utilizada por cualquier internauta.
Sin embargo, es cierto, que la red de redes respira un espíritu diferente entre sus usuarios, y sobre todo entre las nuevas generaciones y nativos tecnológicos. Una de las gracias de internet reside precisamente en poder ‘viralizar’ cualquier publicación que hagamos, cuantas más veces sea compartida y utilizada nuestra información, sea cual sea el contenido, más veces se comparta, más veces reproduzca y más visitas tengamos más público y más publicidad obtendremos. Y por otro lado, al utilizar internet como medio de difusión de la información también se persigue el hecho altruista de compartir información, de globalizar el conocimiento y de hacer llegar la cultura a todos de una forma sencilla y barata.
Así y en sintonía con este espíritu, el término Copyleft se populariza en la red. Este término, el de Copyleft, opuesto al Copyright, se refiere a la Copia Libre y lo identificamos con el símbolo antagónico, la C invertida, muy utilizado pero que carece de reconocimiento legal. Así el uso del Copyleft, referido a una obra, autoriza el uso de la obra cualquiera que sea su naturaleza y cualquiera que sea su destino, pero no es sinónimo de ‘todo vale’ y ni es una autorización para abusar y lucrarse con el trabajo de los demás.
La licencia libre permite copiar, distribuir y modificar la obra original y su principal objetivo es llegar y llevar la cultura al máximo número de personas posible. Pero esta liberalidad, como antes decía, no implica que ‘todo vale’, ya que una de las condiciones intrínsecas del Copyleft, igual que en el de Software Libre, es que los usos derivados de la obra original y las obras modificadas mantengan las mismas condiciones de uso y difusión. Que nadie pueda lucrarse a costa del trabajo de los demás y que no se pierda la intención altruista de cultura al alcance de todos.
En todo caso, estas no son las únicas alternativas que tenemos y que podemos utilizar, Copyright y Copyleft son los extremos opuestos y en el término medio tenemos otras posibilidades que en otro momento repasaremos.