A Ricardo Rousselot le oí decir una vez que «en esta profesión hay que hacer como las gallinas, poner un huevo y cacarear». Cuánta razón tiene. Los diseñadores solemos invertir mucho esfuerzo en la parte más divertida de nuestro trabajo, la creatividad. Y es normal. Pero una vez finalizado hay algo que es mucho más importante que el propio proyecto en sí. Promocionarlo. Darle difusión a lo que hacemos debería formar parte del plan creativo.
Habrá que comprarse un megáfono gallina para que todo el mundo nos escuche. O igual no. Difundir nuestro trabajo es importantísimo pero hay que hacerlo bien. En Gràffica recibimos cientos de proyectos y vemos la diferencia entre los que lo hacen bien y los que comenten errores que se pueden resolver con unos pequeños consejos:
1. Haz fotos
Haz fotos de tu proyecto. Y no cualquier foto. Las mejores fotos que puedas hacer o puedas pagar. La primera impresión es la que cuenta y ahí es donde la foto juega un papel de importancia vital. Si presentas tu proyecto de forma atractiva tendrás muchos puntos para llamar la atención y que publiquen tu trabajo.
Puedes usar los tradicionales fondos neutros, pero también puedes usar color que bien usado genera un impacto mayor (cuidado con la interacción con tu trabajo) o hacer un bodegón que le aporte realismo y entorno. Y también puedes mostrar imágenes del proceso, que eso siempre gusta a todo el mundo. Muestra el trabajo completo, pero también detalles… Haz lo que quieras, pero haz buenas fotos. Y si no puede ser, un buen Mock up puede servirte, que por unos eurillos tienes verdadera maravillas.
2. Cuenta tu experiencia
Escribe sobre lo que has hecho, cómo lo has hecho, por qué lo has hecho de ese modo y no de otro. En la mayoría de ocasiones, cuando leo las notas de prensa que nos llegan, no me entero de nada. Incluso se suele describir lo que ya se ve, «portada de libro para editorial infantil» «packaging de vino con tipografía stencil»… Tú sabes mejor que nadie el concepto que hay detrás del proyecto, los motivos por los que has seleccionado una tipografía y no otra, cuál ha sido la intención a la horade elegir la gama cromática, qué problemas o limitaciones técnicas/económicas/recursos has encontrado… Da igual si es un proyecto personal o un proyecto de encargo, ¡cuéntanoslo! Explica por qué ese proyecto es mejor que todos los demás y así también te darás cuenta de si tu trabajo es tan importante como tú crees.
Importante: No te pases de texto ni te quedes corto. No menos de 300 palabras y no más de 800. Y no es que me guste a mí, es que lo dice el Sr. Google.
3. Habla de ti
Muy bonito tu trabajo pero ¿y tú, quién eres? Cuenta dónde trabajas, si lo haces con equipo o solo, si llevas dos días o media vida en esto. Es fácil. Quién mejor que tú para hablar de ti mismo. ¡Ah!, y luego ponlo en la web, porque muchas veces resulta de lo más curioso ver webs de diseñadores donde no se sabe nada de nada de quien está detrás. Somos el colectivo sin rostro. ¿Y si ponéis una dirección, un teléfono y un mail…? Os sorprenderías lo difícil que es en ocasiones contactar con un diseñador.
4. Compártelo
Y no precisamente a tu perfil de Facebook. Facebook no es la mejor manera de promocionarse si no pagas, palabrita del niño Jesús. Y si te tomas en serio este trabajo, que tus amigos se enteren de lo que haces no debería ser tu objetivo.
Hay cientos de sitios web que difunden contenidos relacionados con el diseño, la imagen y la creatividad. Solo tienes que buscar un poco y los encontrarás, otro día os paso una buena lista. Y aquí es donde tenéis que ser un poco críticos y afinar. Primero porque no es bueno que enviéis sin ton ni son a todos los blogs, webs, periódicos y revistas. Hay que ser selectivo. Incluso enviar cosas diferentes. Se trata de conseguir la atención. Y por eso también, en ocasiones, es bueno enviar algo físico. Un mail es más que suficiente, pero si puedes enviar algo físico tal vez sea lo que marque la diferencia.
No es lo mismo enviar una nota de prensa a una revista de moda o tendencias que enviarlo a un blog de referencias. Adapta tu mensaje y envía tus proyectos donde crees que encajan tanto por línea editorial como por tipo de contenidos. A los periodistas les gusta que se lo den todo muy fácil y si les llega el texto con todo bien explicado incluso con el titular incluido y 4 fotos para ilustrarlo, perfecto.
5. Piensa en global o en local
Conoce dónde envías tus cosas. Veo habitualmente muchos diseñadores que ponen en sus muros que les han publicado su trabajo en nosedonde.com, que es un lugar muy interesante en cuanto a la línea editorial pero que por desgracia no lo ve nadie. Con una simple consulta en SimilarWeb sabremos la dimensión del lugar donde enviamos nuestros proyectos y la difusión que supondrá. Si envías tu proyecto a una web con 1.000 visitas al mes en la práctica no te está viendo nadie.
Está claro que no siempre es bueno salir en los sitios más populares o más vistos. En España Marca.com es una de las webs con más tráfico y no es necesariamente bueno salir ahí si no te llamas Cristiano Ronaldo o Messi.
Se trata de nuevo de tener espíritu crítico. Salir en una web con dimensión local puede ser perfecto e incluso más importante que hacerlo en un medio internacional, pero hay que hacerlo con conocimiento de causa. Busca, indaga y decide.
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En el fondo es igual que si hiciéramos una campaña para cualquier otro cliente nuestro. Piensa el objetivo e implementa tu estrategia. Lo único es que esta vez es para uno mismo. Y no vale eso que oigo habitualmente de «es que cuando es para mí no sé qué hacer» porque al final resulta que aquellos que lo hacen y lo hacen bien son, curiosamente, los que siempre salen en todas partes. Luego no te preguntes por qué a ti no te pasa. Es simple, ellos se promocionan y tú no.
Así que, prepara ya tu portafolio, fotografía, escribe y envía… Luego lo de poner velas o perejil a los santos es ya cosa tuya.