¿Cómo ha evolucionado la relación entre cliente y diseñador?

En España la relación entre cliente y diseñador está lejos de la primera división. No estamos tan mal, como dijo el presidente del Barça, pero tampoco estamos tan bien. La relación entre cliente y creativos debería ser más fluida, más amable y sobre todo más productiva, es decir, que las dos partes estuvieran alineadas para conseguir los mismos objetivos, siempre desde el respeto, la profesionalidad y las capacidades de ambas partes. Mi experiencia con los clientes no es muy diferente de la mayoría. Los clientes son caprichosos, volátiles, tacaños, faltos de información y conocimiento. Son rara avis los que te entienden, ponen lo que hay que poner y hacen del trabajo una relación exitosa y amable. En España hace más o menos 30 años las empresas empezaron a utilizar a los diseñadores como herramientas de ejecución. Los empresarios nos llamaban porque ellos no sabían hacer lo que necesitaban. Catálogos, logos, folletos, libros… y los diseñadores nos convertimos en un proveedor externo más. Al poco tiempo, algunas empresas se dieron cuenta de que trabajar con diseñadores externos era caro y además no tenían exclusividad, así que pensaron ¿por qué no contratamos a diseñadores dentro? Y se lanzaron a integrar a alguna persona dentro del departamento de comunicación o marketing para que hiciera cosas de ‘diseño’. Y les funcionó. Poco a poco las empresas fueron ampliando el departamento y ya no era solo una persona integrada dentro de otro departamento sino que ya había suficiente trabajo como para ser un departamento propio. Y también les funcionó. En el fondo tenían diseñadores que ejecutaban las necesidades de la empresa a full time y con un coste fijo. Plan perfecto. Pero en unos años se dieron cuenta de que esta versión tenía deficiencias. Los diseñadores se funcionarizan rápido y llega un punto en el que el departamento siempre hace lo mismo y es poco creativo, o como suelen llamarlo, no están ‘frescos’. No era todo tan perfecto. En el mundo del diseño estar al día, despierto y creativamente a un alto nivel, no es tan fácil como parece. En el mundo del diseño estar al día, despierto y creativamente a un alto nivel, no es tan fácil como parece. Mantener la curiosidad, saber las novedades y las nuevas formas de abordar proyectos no es algo que se aprende encerrado en un departamento de una empresa. Ahí aparecieron los directores de arte. ¿Y si llamamos a directores de arte que pongan orden en el departamento? Empezaron a aparecer directores de arte freelance, externos, que una vez al año, al mes o a la semana pasan por la empresa y ponen su visión, su conocimiento, su ‘frescura’ a todo el equipo. Solucionado. No tanto. Resulta que los directores de arte son caros. ¿Y si los contratamos internamente? Al principio, la ecuación era la misma. Un director a full time y con coste fijo. Solución perfecta. Pero el resultado fue el mismo que con el departamento de diseño. Al poco todo el mundo funcionarizado. Podemos encontrar muchas empresas que tienen estos modelos y variantes. Y a cada una les funciona a su manera. Lo que es evidente y ya no hay marcha atrás es que todas las empresas con cierto volumen de negocio tienen o deben tener un departamento interno para llevar el día a día de las necesidades de imagen y comunicación. Quién mejor que la propia organización para saber qué necesita y cómo lo necesita. Y todas acaban optando por servicios externos más o menos cualificados para desarrollar nuevos proyectos y reorientar procesos o posicionar a la empresa en nuevos escenarios y mercados. Ahora mismo otro mecanismo que ya lleva algunos años funcionando son los equipos híbridos. Es decir, diseñadores de la agencia incrustados dentro del departamento de la empresa, de modo que son los ojos de la agencia dentro, que mantienen la libertad y la frescura del freelance, que cobran de la agencia y que ven de primera mano el qué, el cómo y el cuándo. También al revés, personas del departamento de la empresa incrustadas en las agencias, para estar presentes y aconsejar a los creativos desde la posición del cliente. La última vuelta de tuerca son las agencias que montan los departamentos de imagen, comunicación y diseño de las empresas. Agencias que saben qué tipo de perfiles, qué tipo de profesionales necesita la empresa y ellos hacen la selección de personal. Les aconsejan qué puestos tener internamente, cuáles incrustados, cuáles freelance, en remoto o dónde deslocalizar ciertas tareas. Además supervisan que todas las tareas se desarrollan como se debe y utilizan los recursos necesarios para que el objetivo planteado por el cliente se cumplan de la forma más optima. Un verdadero asesor global del negocio de la creatividad. ¿Cuál será la próxima vuelta de la relación entre cliente y diseñador? No lo sé pero tengo verdadera curiosidad por saberlo. ¿Metaverso? ¿Inteligencia Artificial?

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