¿Por qué la bandera republicana es roja, amarilla y morada?

Hoy es el aniversario de la proclamación de la Segunda República Española (1931-1939) y con ella se adoptaba como propia los tres colores de la bandera republicana. Pero, ¿sabes por qué se emplearon los colores rojo, amarillo y morado?

Tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, la monarquía española se encontraba en una situación crítica. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos ganaron en las grandes ciudades provocando una situación caótica que finalizó con la proclamación de la Segunda República española el 14 de abril de 1931. Este cambio de forma de gobierno fue una muestra más de que los colores de una bandera son elementos fundamentales para identificar el lugar que representan. En ellos se encuentra simbología de todo tipo y en función de ello se escogen unos colores u otros. En el caso de la bandera republicana de la Segunda República esta elección cromática surgió a partir de un error. Pero ¿porqué la bandera republicana es roja, amarilla y morada? 

Los republicanos decidieron emplear esta bandera tricolor como alternativa a la bandera rojigualda para simbolizar con ella el cambio de sistema de gobierno. Partieron de la bandera que se adoptó como la nacional a mediados de siglo XIX y le añadieron la franja morada. Este tercer color buscaba, según el decreto que regulaba su uso en 1931, reconocer al pueblo de Castilla como parte fundamental del nuevo estado.

[…] De ella se conservan los dos colores y se le añade un tercero, que la tradición admite por insignia de una región ilustre, nervio de la nacionalidad, con lo que el emblema de la República, así formado, resume más acertadamente la armonía de una gran España. […]

Esta bandera que la Segunda República adoptaba como propia se trataba de la misma que numerosos grupos sociales partidarios de la república usaban para manifestarse a favor de este nuevo sistema de gobierno. Este uso previo fue clave para que en abril de 1931 esta bandera fuera elegida como insignia por el nuevo gobierno. 

Sin embargo, la creencia de que el color morado de la bandera era el que se incluía en el pendón de Castilla era errónea. De hecho, el color que sí se representaba era el rojo carmesí. La confusión pudo llevarse a cabo debido a que el púrpura era uno de los colores que se utilizaba en la heráldica de Castilla y León.

¿Quién diseñó la bandera republicana? Un error cromático

El diseño de la bandera republicana española, adoptada el 27 de abril de 1931 por decreto del Gobierno Provisional de la Segunda República, se compone de tres franjas horizontales de igual tamaño: roja en la parte superior, amarilla en el centro y morada oscura en la base. Este cambio, que se oficializó con la Constitución del 9 de diciembre del mismo año, simbolizaba una ruptura con el pasado monárquico y una apuesta por un nuevo sistema de gobierno.

José Manuel Erbez, secretario de la Sociedad Española de Vexilología, explica que la elección de estos colores no fue arbitraria. Representaban el anhelo de un cambio profundo, asociando el morado con Castilla, aunque históricamente este vínculo se basaba en una interpretación errónea. Se creía que el color morado era característico de Castilla, remontándose a los estandartes de la revuelta de los comuneros contra Carlos V, una creencia sin respaldo documental, ya que en realidad, los comuneros se identificaban con cruces rojas.

El equívoco sobre el color morado parece originarse en el siglo XIX, específicamente con el levantamiento de Rafael de Riego en 1821 contra Fernando VII. Los Comuneros, una sociedad secreta de la época, usaban una bandera morada que acabó por asociarse erróneamente con la causa revolucionaria y con Castilla. Esta confusión se vio reforzada tanto en el ámbito político, buscando una representación equitativa de todos los territorios de España, como en el militar, donde se utilizaba el malva en diversos regimientos.

Además, la mezcla entre el término púrpura, que en castellano se refiere a un rojo intenso, y su homónimo heráldico, interpretado como morado, contribuyó a estas interpretaciones erróneas. Este tipo de confusiones también se observan en el escudo de España, donde el león, descrito de una forma, acabó teñido de otra.

La adopción de la bandera tricolor no solo representó un cambio político, sino que también encerró en sus colores una compleja historia de equívocos, reinterpretaciones y el deseo de representar a una nación unida en su diversidad.

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