Hablar del tema de los plagios, copias y apropiaciones indebidas es adentrarse en terreno pantanoso. Pero lo cierto es que, sin que lo queramos, este asunto peliagudo está más presente que nunca y un día cualquiera puede tocarte ti o a tu estudio descubrir que un trabajo tuyo está siendo comercializado por otros. La duda en ese caso es ¿qué hacer en esa situación? ¿Cómo reaccionar? Quizás te pueda servir la experiencia de Javier Jaén.
Hace unos días Javier Jaén lanzaba en su Facebook la siguiente pregunta. “¿Qué hacer en caso de plagio?”. Más que una denuncia, Javier lo que pedía era consejo por la siguiente cuestión. Un mes atrás un amigo le hacía saber que había visto una ilustración suya en una marca de ropa, Stüke Estudio. El asombro de Javier fue al hacer clic en la web y descubrir que no solo se parecía, sino que era la misma ilustración que él había diseñado y que incluso el avatar con el que la marca se identifica es exactamente igual a su ilustración. ¿Coincidencia?
Como ante cualquier tipo de duda lo mejor es pedir una aclaración, el siguiente paso de Javier fue contactar directamente con las responsables de la marca. La respuesta fue que se trataba de una “casualidad” y que no se explicaban “cómo podía haber ocurrido” ya que todo era fruto de un curso de ilustración que un miembro de Stüke Estudio había hecho años atrás y que en todo caso, como solución, eliminarían el material con la ilustración de la discordia. Pero claro, ¿puede una casualidad justificar que el nombre del archivo de la imagen sea idéntico? A simple vista, demasiada casualidad… sobre todo porque al rascar en la web y ver otras ilustraciones de la marca, se va descubriendo el pastel y gran parte de ellas no son creaciones propias sino copias de otros ilustradores [cierto que, en ocasiones, referenciadas con el nombre del autor].
Ante todo el embrollo, Javier da un nuevo paso y lo único que les pide es que a partir de entonces pongan su nombre junto a las reproducciones de la imagen. Sólo eso, ¡nada más!; que si lo hacían así “todos ganábamos de alguna manera”. Pero la respuesta no debió de gustarle a Stüke Estudio, porque su reacción fue hacer una segunda versión de la ilustración con un ligero cambio y seguir comercializando la imagen apropiada de forma indebida.
Quizás por aquello de que el tiempo siempre da la razón y las mentiras caen por su propio peso, finalmente la historia no queda ahí. Hoy comprobamos que la web de Stüke Estudio: http://stukedesign.blogspot.com/ está inactiva, aunque el perfil con el avatar plagiado aún se puede ver en su Blogger.