Buenos hábitos tipográficos para 2023

Conocer a fondo las posibilidades que nos brinda la tecnología, usar las fuentes tipográficas de manera cómoda con los gestores de fuentes, tener claros los aspectos legales de las licencias tipográficas o buscar inspiración en los especímenes son algunos de los hábitos tipográficos saludables que puedes llevar a cabo en este 2023. Inevitablemente, el comienzo del año es un tiempo propicio para la recapitulación, circunstancia que suele desencadenar una retahíla de buenos propósitos que o bien se incumplen a la primera o segunda ocasión o bien se olvidan antes de que llegue febrero. Sin embargo, teniendo en cuenta que en el diseño gráfico y la tipografía nunca se deja de aprender y por lo tanto de evolucionar (porque la diseñadora o diseñador que no está atento a lo que sucede a su alrededor más pronto que tarde se sentirá perdido en un contexto que avanza a gran velocidad), tomemos esta fecha remarcada en el calendario para repasar una serie de ideas o conceptos tipográficos que a todas y todos nos vendría muy bien mantener siempre frescos. No se trata de repasar la tendencias tipográficas que a nuestro juicio va a destacar en 2023, cosa que ya hicimos en este reciente artículo, sino de generar ideas para facilitar la vida a quienes solemos trabajar habitualmente con tipografía. no temas ser audaz Es cierto, no es sencillo ser audaces con la tipografía porque manejar tipografía no es sencillo. Primero hay que conocerla muy bien, tener muchas y buenas referencias, ver qué hacen otros diseñadores (páginas de inspiración como Fonts In Use son muy útiles), conocer la obra de los grandes, equivocarse y saber por qué hemos cometido ese error. Insisto, la tipografía es una disciplina difícil, aunque enormemente gratificante, sin olvidar de que se trata de una de las columnas que vertebran el diseño gráfico. Sin tipografía no hay comunicación visual en sentido amplio. La audacia verdadera viene del conocimiento profundo de una materia. Si nos queremos soltar la melena, mejor saber cómo se diseña una fuente tipográfica. diseñar tipografía Tipografía Heartline de Dafne Martínez. (Practica Program Es muy posible que no exista diseñador gráfico que no haya aspirado en algún momento de su carrera a diseñar una tipografía. Y también es muy posible que un buen número de ellas y ellos, abrumados ante el tamaño de la empresa, haya desistido incluso antes de comenzar. Tipografía Rawr de Guillaume Berry. (Practica Program) Sin embargo, adentrarse en los rudimentos del diseño tipográfico, aunque sea con el solo afán de conocer lo mejor posible el proceso y por tanto la estructura misma de la letra, nos hará mejores diseñadores. Tendremos un conocimiento más claro de lo que significa la tipografía, la usaremos de manera más cabal y, seguramente, accederemos con seguridad a los terrenos de la audacia. Tipografía Kombucha de Caroline Wilkie. (Practica Program) licencias tipográficas No se puede negar que se trata de un tema árido, pues se trata de temas legales, pero que es necesario conocer, pues las licencias tipográficas sirven para proteger los derechos de autor de los diseñadores y diseñadoras tipográficas. Por lo tanto, los diseñadores gráficos estamos obligados (moralmente al menos) a estar al tanto de las disposiciones de las licencias de las tipos que adquirimos en nuestros proyectos profesionales. Esas licencias nos indican qué podemos hacer y qué no con esa fuente. Esto es muy importante si queremos evitar posibles situaciones desagradables. Básicamente, debemos saber que existen diversos tipos de licencias tipográficas y según la naturaleza del proyecto en el que vayamos a usar la tipografía nos valdrá una licencia u otra. Un aspecto a tener en cuenta es que cada día se expande más el universo de las licencias Open Source, es decir, de código abierto. Hace unos meses dedicamos a este tema un artículo en el que nos hacíamos eco del laberinto que supone el asunto de las licencias tipográficas, sobre todo para jóvenes diseñadores que llevan poco tiempo tratando de abrirse camino en el diseño profesional. En resumen, puede resultar un tema antipático, pero sin duda es esencial para el buen manejo de la tipografía. Dediquemos, pues, un poco de tiempo a estudiar bien las licencias antes de adquirir la fuente elegida. especímenes tipográficos Un espécimen tipográfico es un artefacto comercial que tiende a ser un modelo del arte que exhibe, la tipografía. Los hay que alcanzan un gran refinamiento tanto visual como conceptual, como es el caso, por mencionar uno reciente, de Sociotype y su Sociotype Journal. Por lo tanto, en muchos casos, estas publicaciones exceden con mucho el mero objetivo comercial y entran de lleno en el ámbito de la inspiración. Sería aconsejable que en el momento de sopesar adquirir una tipografía no solo echemos un vistazo rápido a su espécimen, sino que lo descarguemos e, incluso, lo imprimamos para comprobar cómo lucen esas letras en diferentes medios. Y, quién sabe, tal vez ese espécimen acabe decorando las paredes del estudio. Con los letraheridos nunca se sabe. gestores de fuentes Puede que a estas alturas resulte algo más que consabido, pero nunca está de más recordar los beneficios que proporciona a nuestro flujo de trabajo usar gestores de fuentes. La tecnología OpenType, como acabamos de ver, es un avance gigantesco a la hora de manejar archivos tipográficos. Pero a veces el afán por acumular fuentes tipográficos desemboca en desorden. Con un gestor de fuentes, además de tener ordenadas y por lo tanto accesibles tus fuentes evitarás que todas las que tengas se carguen cada vez que enciendas el ordenador con el consiguiente riesgo de ralentización o cosas peores. Con el gestor puedes (debes) activar solamente las fuentes que uses y las que no, las mantienes desactivadas. Y, por supuesto, nunca instales dos gestores de fuentes distintos en un mismo ordenador. Ahora mismo hay disponibles una amplia gama de herramientas para gestionar tus fuentes tipográficas. Dos de las que consideramos más destacadas son Typeface App y Font Base, una opción gratuita pero con interesantes funcionalidades y que puede ser la puerta de entrada idónea para adentrarse en el mundo de los gestores de fuentes. opentype y fuentes variables La tipografía, a hombros de la tecnología digital, está llegando a cotas de usabilidad (y de expresividad) que hace tan solo un par de décadas ni siquiera se sospechaban. La tecnología OpenType, desarrollada por Microsoft y Adobe durante la última década del pasado siglo XX, ha sido la puerta de entrada de la tipografía al siglo XXI. Cuando hablamos de las características OpenType de una fuente nos referimos, no solo a la variedad de alternativas estilísticas de las que dispone, sino a la posibilidad de incluir distintos alfabetos además del latino. Es decir, profundizando en la tecnología OpenType nos adentramos en un universo donde se nos brinda la oportunidad de usar cómodamente tipografías que pueden llegar a disponer de una enorme cantidad de caracteres, por lo que se nos facilita mucho la labor a la hora de abordar, por ejemplo, proyectos editoriales más o menos complejos. Además, gracias a la OpenType Font Variations disponemos hoy en día de las fuentes variables, la última gran revolución tipográfica. Dominarlas con soltura nos hará mejores diseñadoras. ¡Feliz y tipográfico 2023!

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