Brandfy es una nueva herramienta web que promete cambiar la forma en que entendemos el proceso de creación de marcas. No se trata de un generador de logotipos automáticos, sino de un asistente de inteligencia artificial que guía paso a paso a diseñadores: desde el briefing inicial hasta el manual de identidad, pasando por naming, concepto de marca, tipografía, paleta cromática, logotipo principal y secundario, imágenes, patterns, mockups y estrategia. Todo ello en un flujo estructurado que se completa en apenas 30 minutos, con más de 50 archivos listos para trabajar y presentar al cliente.

Hace unos años, cuando Gràffica fue invitada como medio oficial al Adobe Max, aprovechamos para lanzar una pregunta que llevaba tiempo circulando por la redacción: “Si cada vez el software hace el trabajo más fácil, ¿no están ustedes [Adobe] en contra de los diseñadores al facilitar la entrada a cualquiera?”. El responsable de marketing de Adobe nos miró y respondió con calma: “¿Prefieres pasarte cuatro horas recortando el pelo de una cabeza para poner el logo de tu revista por detrás, o que con un clic lo haga el programa? El valor del diseñador no está en la destreza manual con la herramienta, sino en la capacidad de resolver problemas, generar ideas y aportar beneficios tangibles a empresas y sociedad”.
Ese intercambio resume bien la tensión que atraviesa nuestra profesión. Y hoy, con la irrupción de la inteligencia artificial, la pregunta regresa con más fuerza que nunca. En ese contexto aparece Brandfy, una plataforma nacida en España que promete crear marcas completas en un proceso asistido: desde el briefing inicial hasta el manual de identidad. No se limita a generar logotipos, sino que acompaña en todo el recorrido del branding, situando al diseñador en el centro y dejándole el control creativo.
Una herramienta nacida del diseño
“Brandfy no sustituye al diseñador, lo complementa”, subraya Carlos Hermosilla, CEO de la compañía. “Lo que hacemos es automatizar tareas repetitivas y tediosas, para que el profesional pueda centrarse en lo que realmente importa: el concepto y la estrategia de la marca”.

El proceso es simple en apariencia: el usuario introduce unos datos iniciales, la plataforma genera un briefing enriquecido y a partir de ahí se despliega una secuencia de pasos —naming, tipografía, paleta cromática, logotipos principales y secundarios, imágenes de marca, patterns, mockups, estrategia y manual—. Todo en un mismo flujo y con decisiones editables en cada fase. El diseñador no pierde el control creativo: Brandfy actúa como copiloto.

Además, los resultados que ofrece la plataforma son archivos vectoriales, lo que garantiza que la marca sea totalmente editable. No estamos ante un bitmap cerrado, sino ante un sistema flexible que permite al diseñador modificar, ajustar y mejorar cada elemento posteriormente. Lo mismo ocurre con el resto de ficheros y assets que entrega Brandfy: desde las tipografías hasta los mockups, todo está pensado para seguir trabajando sobre ello y evolucionarlo.
Según el briefing interno de la compañía, cada proyecto genera más de 50 archivos distintos. Además, el sistema funciona bajo suscripción: la marca no queda congelada, sino que evoluciona con nuevos activos mensuales, desde variaciones gráficas hasta piezas adaptadas a redes sociales.
El contexto de una profesión en cambio
La apuesta no llega en el vacío. Según un informe de McKinsey (2023), el 30% de las tareas en profesiones creativas son automatizables con IA. Y Accenture calcula que el 40% de las empresas europeas ya utiliza herramientas de inteligencia artificial en procesos de diseño, marketing o comunicación.
“Estamos en un momento en el que la IA no es una opción, sino una realidad que ya condiciona cómo trabajamos”, señala Hermosilla. “O la integras en tu flujo de trabajo o corres el riesgo de perder competitividad”.
No es casual que la primera campaña de Brandfy se lance bajo el lema Your AI Design Assistant. El mensaje es directo: esta herramienta no busca sustituir la creatividad, sino potenciarla.

Asombro y dudas en la primera prueba
Desde Gràffica hemos podido ver de cerca cómo Brandfy iba tomando forma, participando en su desarrollo y observando de primera mano cómo resolvía cada paso del proceso. Y lo cierto es que las sensaciones han sido muy similares a las que describen los primeros usuarios. La positiva dominante es el asombro: “¿De verdad puede generar todo esto a partir de un briefing tan simple?”, se preguntan muchos diseñadores al ver aparecer propuestas de logotipos, gamas cromáticas o tipografías coherentes entre sí. La sensación de empoderamiento también es fuerte: menos horas invertidas en tareas rutinarias y más tiempo para pensar.
Pero no todo es entusiasmo. Surgen dudas legítimas: ¿quién es realmente el autor del resultado? ¿qué pasa con la propiedad intelectual de los diseños? ¿se corre el riesgo de que las marcas suenen “todas iguales”? Esa ligera ansiedad, reconocen en Brandfy, forma parte del proceso de adopción. “No usas Brandfy para diseñar menos, la usas para diseñar mejor”, insiste Hermosilla.
Para quién es Brandfy
La herramienta está pensada principalmente para diseñadores gráficos, desde freelance hasta pequeños estudios que luchan por mantener la rentabilidad. El ahorro de tiempo se convierte en margen de negocio. Diseñadores que necesitan una identidad visual sólida para salir al mercado con rapidez, y a perfiles híbridos como desarrolladores web o profesionales de marketing que requieren un logotipo para un cliente sin invertir semanas en el proceso.
En todos los casos, la promesa es la misma: calidad profesional en tiempos reducidos. O, como resume el propio equipo, “+ rápido, + fácil, + barato, + capacidad, + calidad”.
Desde Gràffica hemos tenido la oportunidad de seguir de cerca la gestación de Brandfy, aportando experiencia y mirada crítica en su concepción. Lo que hemos visto crecer no es una amenaza al oficio, sino un aliado que puede liberar al diseñador para concentrarse en lo que siempre ha sido su verdadero valor: pensar y conceptualizar.
El sector del diseño lleva décadas enfrentándose a herramientas que prometen acelerar procesos. Photoshop, Illustrator, Figma o Canva ya democratizaron parte del trabajo. La diferencia es que Brandfy no se limita a ofrecer plantillas, sino que construye una narrativa de marca coherente.

El futuro del branding (con IA)
El reto ahora no es técnico, sino cultural. ¿Aceptarán los profesionales integrar un asistente así en su flujo de trabajo? Según el Design Council británico, el 72% de los diseñadores en Reino Unido ya ha experimentado con alguna herramienta de IA en los últimos 12 meses, aunque la mayoría reconoce sentirse ambivalente entre el entusiasmo y la desconfianza.
La historia recuerda a aquella conversación en el Adobe Max: lo importante no es si la máquina hace más o menos fácil recortar un pelo, sino si el diseñador sabe aprovechar ese tiempo liberado para aportar valor real.
Brandfy se presenta como un aliado en ese tránsito. Una herramienta que no diseña por ti, sino contigo. Que genera marcas, sí, pero sobre todo abre espacio para que los diseñadores vuelvan a lo esencial: la idea, el concepto, el relato. Y, quizás, para que el oficio encuentre en la inteligencia artificial no un enemigo, sino un espejo que le recuerda dónde reside su verdadera fuerza.














