Ibán Ramón ha sido el encargado de diseñar un cartel que retrata la icónica cimera real que la tradición popular ha relacionado con Jaume I El Conquistador.
Por segundo año consecutivo el cartel del 9 d’octubre no será un nueve. El año pasado Antonio Moratalla, director creativo de STV Comunicación, nos sorprendió con una atrevida propuesta que simbolizaba la unión del pueblo valenciano a través de una mirada artística, moderna, única y polisémica. En esta ocasión, Ibán Ramón ha recurrido a la historia e imaginería valencia retratando la cimera real de la Corona de Aragón como símbolo referencial hacia Jaume I.
Un 9 de octubre de 1238 las tropas del rey Jaume I entraban en Valencia. En pocos años terminarían de conquistar a los musulmanes el resto de territorios que constituirían el Reino de Valencia. Las costumbres, fronteras y señas de identidad que se conservan en la actualidad en la Comunitat Valencia son parte de la herencia de la épica conquista de Jaume I. Como signo de unión de todos los valencianos, el diseñador Ibán Ramón ha querido rendir su propio homenaje a través del cartel de este año.
Como decíamos, el cartel recoge la icónica cimera de dragón relacionada históricamente con Jaume I. Este símbolo fue usado por Pere IV El Ceremonios, tataranieto de Jaume I El Conquistador, convirtiéndose así en un elemento iconográfico representativo de los monarcas de la Corona de Aragón. Esto ha hecho que este símbolo se convierta en un icono visual de relevancia en la Comunitat Valenciana.
unificar un territorio
Una única imagen y un único cartel. Esto es algo a lo que no estábamos acostumbrados en los últimos años en la imagen constitucional del 9 d’octubre, donde lo más habitual era presentar diversas imágenes que, bajo un mismo estilo, representarán una idea. En esta ocasión, Ibán Ramón ha optado por retratar la cimera real con diferentes detalles que son guiños a la historia de Valencia.
Encontrar una imagen cuya representación visual unifique el sentimiento de todos los valencianos es todo un reto creativo. En un territorio donde incluso el nombre genera polémica no es fácil dar con la solución gráfica y conceptual idónea. Para conseguir este objetivo, Ramón ha optado por volver a los inicios y trazar así una imagen radicalmente simple que retrata una significación histórica y cultural inapelable.
El cartel de Ramón es radicalmente sintético en su forma y en su cromatismo. Según ha explicado a Gràffica, su objetivo era «evocar un hecho histórico incontestable, que da sentido al evento que se celebra». De esta forma, ha conseguido establecer un diálogo visual de un hecho que data de 1238 con una representación visual contemporánea y con una tipografía que remite a la modernidad valenciana del siglo XX y al mismo Josep Renau. «Es un cartel con un gran impacto visual pensado para funcionar en su espacio natural: la calle», asegura Ibán Ramón.
Actualizado 24/10/2022