Alice Guy es una de las tantas mujeres olvidadas en la historia. Aunque en su momento fue muy apreciada y reconocida por los demás cineastas, Guy ha pasado casi desapercibida por muchos historiadores a pesar de ser una figura clave, la primera directora del mundo cinematográfico y, en definitiva, la madre del cine que hoy conocemos.
Todos hemos oído hablar alguna vez de los hermanos Lumière o de George Méliès, pero muy pocos han conocido a Alice Guy; un gran error porque no se puede comprender la trayectoria de estos cineastas sin mencionar la influencia que tuvo Alice sobre ellos. Nació en Saint-Mandé (Francia) en 1873 y se mudó a París poco después, donde comenzó a trabajar en una empresa de fotografía. Cuando en 1895 los hermanos Lumière presentan el cinematógrafo, Alice Guy vio que podía llegar a ser una herramienta para contar historias. A pesar de las dudas de los hermanos, poco después esta técnica fue copiada por numerosos cineastas para la producción de las primeras películas.
Alice Guy tuvo una larga y exitosa trayectoria en el mundo del cine. En 1896, cuando su primer marido, León Gaumont, creó la Compañía Gaumont, Guy llevó a la práctica la combinación de distintas imágenes en movimiento y creó así la primera película: La fée aux choux. Y así es como se convierte en la primera directora, además de la primera productora ejecutiva de cine.
Tras separarse de su primer marido, contrae matrimonio con Herbert Blaché y juntos comienzan una importante carrera cinematográfica en Nueva York (Estados Unidos). Allí, abren una sucursal de Gaumont y fundan su propia compañía de producción cinematográfica: Solax Company. Su gran éxito también le permitió invertir en un estudio de cine en Nueva Jersey. Durante su estancia en Nueva York y tras divorciarse de Herbert decidió trabajar para William Randolph Hearst hasta 1922 que decidió volver a Francia.
En 1913, Alice Guy escribió Woman’s place in Photoplay Production, una denuncia a la exclusión y el olvido en el que se estaban quedando las mujeres en el mundo del cine. Su exitosa carrera finalizó al volver a Francia y, tras darse cuenta de la decadencia que había sufrido el cine francés con el auge de Hollywood, decidió volver a Estados Unidos y pasar allí el resto de su vida.
A lo largo de su carrera llegó a producir más de 600 películas de diversos géneros: western, drama, espionaje, fantasía, policíaco, etc. Sentó las bases de lo que se conoce como género de ficción y fue pionera en los efectos especiales. Además, consiguió dar los primeros pasos en el cine sonoro: logró ser la primera en sincronizar el sonido con las imágenes. Pero a pesar de su importante colaboración en el cine, su historia ha sido abandonada y sus películas han sido atribuidas o bien a sus maridos y a hombres anónimos, o directamente ni siquiera fueron mencionadas.
No fue hasta finales de los 90 cuando se comienza a recuperar la figura de esta imprescindible cineasta francesa. Existen dos libros que cuentan la verdadera historia de Alice Guy: Inventing the Movies: The Life of Alice Guy Blaché, the First Woman Filmmaker y Alice Guy Blaché, Lost Visionary of the Cinema (2008) de Alison McMahan. Una figura olvidada, en definitiva, pero imprescindible para comprender el cine de hoy.
Actualizado 10/04/2017