Astiberri comenzó su andadura en 2001. Por aquel entonces sus editores vivían en Bilbao, pero los avatares de la vida les ha llevado a trabajar ciudades diferentes: Laureano Domínguez trabaja desde Burgos, Javier Zalbidegoitia desde Madrid y Fernando Tarancón sigue en Bilbao. Además, de este núcleo Astiberri también cuenta con Héloïse Guerrier como editora (ahora de baja por maternidad) y con Manuel Bartual, al que llamar maquetador y diseñador es quedarse muy corto y que a su vez compatibiliza con su trabajo en El Jueves, sus cortos, Caramba cómics y mil cosas más. La pasión de todos ellos por el cómic ha convertido a Astiberri en un referente editorial en el terreno del cómic para adultos en España. Dedicado al 100% a la editorial, a su librería y, según nos confiesa, «algo menos a mantener algo parecido a una vida», hoy Fernando Tarancón responde a las preguntas del Fotomatón.
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En la foto, de izquierda a derecha, el equipo de Astiberri: Laureano Domínguez, Fernando Tarancón, Héloïse Guerrier, Manuel Bartual y Javier Zalbidegoitia.
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Nombre completo: Fernando Tarancón Santamarina.
Ciudad y año de nacimiento: Bilbao, 1971.
De pequeño querías ser… Aunque es un tópico muy manido, yo lo que quería era ser mayor.
Un dibujante de cómic al que admiras y que crees que ha influido en tu carrera. Como editor mis referentes fundamentales han sido editoriales extranjeras: Fantagraphics, Drawn & Quarterly y L’Association en un comienzo.
Astiberri nace en 2001 como una editorial de cómics dirigida a público adulto. Está formada por cuatro socios. ¿Qué os motivó aventuraros en esta locura que es el mundo editorial? ¿Teníais experiencias anteriores dentro de la edición del cómic? Nos gustaban mucho algunas cosas que se editaban fuera y que no veíamos por aquí. Creíamos que había una posibilidad para una editorial como la que nosotros queríamos hacer. Además algunas editoriales independientes en castellano nos mostraron en años anteriores que era posible. De los cuatro editores de Astiberri actuales el único que tenía experiencia en la edición de tebeos es Laureano, que tenía una larga trayectoria en Norma y Ediciones B, pero que, aunque se incorporó muy pronto al proyecto, no estaba en un primer momento.
En ese momento, ¿qué fue lo más complicado de sacar adelante un proyecto como Astiberri? Todo. Tuvimos que aprender a hacer de todo desde el principio, aprendiendo muy deprisa.
Actualmente, vuestra editorial se ha convertido en un referente, ¿cómo se consigue eso? ¿Cuál es vuestro secreto? Supongo que han convergido muchos factores: el principal, sin duda, la suerte; la hemos tenido, y mucha, si a eso añadimos que trabajamos muchísimo y que hemos tratado siempre de ser honrados y coherentes, creo que por ahí van los tiros. Hemos dejado parte de nuestras vidas en cada libro editado, y a pesar de los errores que hemos podido cometer, lo hemos apostado todo a la editorial, eso lo han notado los autores y los lectores. Siempre hemos querido editar el mejor cómic posible y nos hemos tomado muy en serio todos los procesos desde la selección de las obras, el trato con el autor, el marketing, la prensa, los canales de distribución, el público lector… y la parte objetual del producto, claro, los diseños, tipografías, tipos de papel, formatos… En ese aspecto ha sido fundamental la participación de Manuel Bartual, nuestro diseñador. Hemos tratado de aproximarnos a un lector sin prejuicios, no necesariamente aficionado al cómic y creo que eso nos ha funcionado a largo plazo.
El primer cómic que publicasteis fue… comenzamos contratando 5 o 6 cómics, entre ellos, el que más se puede identificar con la línea que llevamos es Mis Circunstancias, del francés Lewis Trondheim, tanto por el contenido autobiográfico de la obra, como por el formato de edición o las características de dicho autor… Lo que nos motivó a editarlo es lo mismo que nos motiva siempre, pasión por la obra junto con la confianza de que podemos encontrarle un hueco en el mercado.
Desde entonces hasta ahora, ¿lleváis la cuenta de cuántos títulos habéis lanzado? No la llevábamos, pero este año, por casualidad nos dimos cuenta de que editábamos nuestro título 400. Así que sí, sabemos que llevamos algo más de 400 títulos.
A la hora de publicar un nuevo proyecto, ¿cuál es el criterio de Astiberri? ¿Qué buscáis? ¿Cuál es vuestro método de selección? Lo bueno de ser 4 editores es que es muy difícil que una obra nos convenza a todos, y como ese es el criterio principal, cuando esa circunstancia se da se trata de obras muy especiales que nos generan mucho entusiasmo.
¿Alguna vez habéis tenido que decir ‘no’ a un proyecto y luego os habéis arrepentido? Claro, en 12 años ha pasado muchas veces, y pasará muchas más… creemos que para una editorial, lo realmente importante no es tanto eso como el hecho de publicar obras que no sean para nosotros. Tener un catálogo sólido y defendible es una obsesión para nosotros.
¿Un título de vuestro catálogo por el que sentís un cariño especial? Jajaja, no nos vas a pillar por ahí.
Dicen que el cómic es el noveno arte, así mismo es un elemento de la cultura. ¿Consideráis que el público en general lo ve así o aún queda mucho por trabajar para que el cómic sea visto como un elemento con un valor cultural? Para nosotros es difícil juzgarlo porque vivimos inmersos en el mundo del cómic y nos resulta difícil verlo desde fuera. De todas maneras está claro que todavía queda mucho que hacer y que dentro del mundo de la cultura, el cómic no alcanza el estatus del cine, la música, la literatura…
¿Cómic o novela gráfica? ¿Cómo os posicionáis en Astiberri en esta cuestión de nomenclatura? Creo que hay una cierta confusión. No creemos que sea posible posicionarse. El cómic es un medio de expresión, como la literatura, el cine, el teatro… y dentro de él, hay una corriente artística, que reivindica la libertad creativa, temática y formalmente, creemos que esa apuesta por un cómic adulto no sujeto a formatos ni a requisitos industriales en cuanto a género, personajes o series… se le ha venido en llamar novela gráfica, como se le podía haber llamado de otra manera. La verdad es que como no existe una autoridad generadora de nomenclaturas culturales, hay que trabajar con lo que viene. En resumen, toda la novela gráfica es cómic, pero no todo el cómic es novela gráfica.
Corrígeme si me equivoco, pero el cómic para adultos ha aumentado notablemente estos últimos años, incluso ha encontrado un nuevo público entre ‘no’ consumidores habituales de cómic. ¿A qué creéis que se debe este fenómeno? Han contribuido muchos factores: Los medios de comunicación le prestan cada vez más atención, aunque todavía creemos que es menos de lo que debería, hay reconocimientos institucionales como el Premio Nacional, o privados, como este que recibimos nosotros, por ejemplo. El acceso al cómic es más fácil, se encuentra en grandes cadenas culturales, las librerías generalistas empiezan a concederle cada vez más espacio y las librerías especializadas han mejorado muchísimo en profesionalidad, espacio y atención al público. Y, lo fundamental, cada vez se publican mejores obras, cada vez hay más autores produciendo obras interesantes para todo tipo de lectores, esos autores están haciendo que el cómic se convierta en una referencia inexcusable para cualquier persona con inquietudes culturales.
¿Consideráis que el cómic en España goza de buena salud? Normalmente se tiene como referentes a otros países como Francia, Bélgica… En estos momentos, ¿tenemos algo que envidiarles o hay suficiente calidad y producción nacional en el cómic que se hace en España? En lo único que andamos por debajo del mundo francobelga es en la masa de lectores habituales, aunque vaya creciendo poco a poco en España; en calidad de autores no creo que exista tanta diferencia. El problema es que la masa de lectores es la que define las tiradas, la salud de la industria y los adelantos que reciben los autores, claro, así que desde un punto de vista económico hay mucho que envidiarles, pero en el aspecto cualitativo creo que gozamos de buena salud.
Arrugas, de Paco Roca, y María y yo, de Miguel Gallardo, son dos títulos de Astiberri que han saltado a la gran pantalla; los dos muestran un trasfondo social y humano muy fuerte. ¿Qué sensación o cómo os sentisteis al ver la repercusión de estos proyectos? Nos emociona mucho, claro. Sobre todo porque creemos que son dos obras muy dignas, que respetan el espíritu de los trabajos de Miguel y Paco y contribuyen a su difusión.
Hablemos del futuro. En Astiberri editáis en papel, un soporte/formato en declive –dicen– y por el que muchos no apuestan ni un duro. ¿Os habéis planteado lanzar vuestros títulos en digital? Sí, claro, es algo que ya está aquí, queremos entrar en el digital, pero lo queremos hacer en condiciones. Estamos trabajando en ello.
¿Creéis que el futuro va en esa dirección por las posibilidades que ofrece el soporte digital: contenidos enriquecidos, interacción… [especialmente para el público más joven]? ¿Más bien confiáis en el papel, a muerte, ya que aún le queda un largo recorrido? ¿O más bien es un término medio? ¿Cómo veis ese futuro del cómic/novela gráfica? A muerte solo confiamos en los autores, en su trabajo y en el nuestro. En nuestro mundo la fisicidad del producto es importante, pero no hay duda de que van a convivir los dos formatos el digital y el papel, aunque no sabemos la proporción de mercado que va a tener cada uno; el tiempo lo dirá, sólo tenemos que estar preparados para ello.
Un dibujante con el que os gustaría publicar. Nos gustaría muchísimo publicar a los autores jovencísimos, los que se han criado leyendo novela gráfica, la primera generación que lo ha tenido como lectura fundamental dentro del cómic, esa gente que tiene ahora veintipocos años y que se ha criado con Roca, Gallardo, Rubín, Zapico, Jason, Thompson, Baudoin, Max o los Hernández. ¡Espero que dentro de pocos años venga una generación que nos sorprenda a todos y haga los mejores tebeos del mundo!
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+info: astiberri.com
Actualizado 05/12/2013