La manzana es un fruto popular en cuentos y leyendas. Su jugo es tentador pero cuando está podrida o emponzoñada y cae en el cesto, mal, todo se contamina. Hoy podemos trasladar esta leyenda a la vida real. «Las editoriales conspiraron unas con otras para eliminar la competencia de precios entre minoristas y subir los precios de los ciberlibros, y Apple jugó un papel central para facilitar y ejecutar esa conspiración», son las palabras de la juez federal Denise Cote de la corte de Nueva York en el fallo del juicio que supone la victoria para el gobierno de EE.UU. y da la razón a Amazon.
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La juez federal Denise Cote ha dictaminado que «Apple conspiró con las cinco principales editoras para aumentar el precio de venta de libros electrónicos», según informa la agencia Europa Press. Esta sentencia podría cambiar la forma en que se venden los libros a través de Internet, ya que entiende el gigante tecnológico de la manzana ha violado la legislación antimonopolio, por lo que ha pedido daños y perjuicios.
La historia se remonta a finales de 2009, cuando con Steve Jobs aún vivo y al frente del gigante de Cupertino, la compañía se preparaba para lanzar su popular iPad y con este, su servicio de venta de libros electrónicos iBooks. El Departamento de Justicia de EEUU afirma que esta conspiración fue planeada en connivencia con al menos cinco editoriales –Hachette Book Group, Macmillan, HarperCollins Publishers, Penguin Group y Simon & Schuster– con la intención de batir a Amazon.com que entonces dominaba el 90% del mercado de los eBooks gracias al Kindle.
Según la Justicia estadounidense, se creó de forma pactada un ‘modelo de agencia de ventas’. Este modelo permitía a las casas de libros establecer los precios mientras que el gestor de la tienda electrónica se llevaba un suculento 30% del precio final. Por tanto, lo que parecía una liberación para el mercado –al eliminar el distribuidor con el eBook y no haber intermediarios se abaratarían costes– no era tal, ya que los editores estaban a su vez cargándose el modelo que permitía a las tiendas rebajar los precios.
La juez Denise Cote apunta que el pacto se produjo en los precios de algunos eBooks que llegaron a los 12,99 y 14,99 dólares, cuando Amazon tenía los mismos a la venta por 9,99 dólares. «Los demandantes han demostrado –afirma la juez Cote– que los acusados conspiraron con los editores para eliminar la competencia de precios al por menor con el fin de aumentar los precios de los eBooks y que Apple tuvo un papel clave en la facilitación y ejecución de esa conspiración». Así mismo, recalca que sin la orquestación de esta conspiración por parte de Apple «no habría tenido tanto éxito como lo tuvo en la primavera de 2010».
Para apoyar su decisión, la juez recurrió a un vídeo en el que el mismo Steve Jobs, durante el evento de presentación del iPad, augura que el precio del libro electrónico acabaría subiendo «pronto» también en Amazon, en respuesta a la pregunta de una periodista que le señalaba que los precios en el iBookstore eran más altos que en Amazon.
Sólo Apple ha ido a juicio, mientras que los editores –Hachette Book Group, Macmillan, HarperCollins Publishers, Penguin Group y Simon & Schuster– han llegado a un acuerdo con el gobierno de EEUU y los estados. En el proceso judicial se presentaron evidencias de que los editores de libros mantuvieron reuniones regulares entre ellos para tratar la cuestión.
Por ahora se desconoce la compensación económica a la que deberá hacer frente Apple. También está por ver cómo afectará esta sentencia al negocio de la venta de libros a través de Internet. Los títulos de Apple no sufrieron con la decisión, porque aunque afectará a los ingresos que genera a través el iBookstore, el grueso de su negocio lo realiza con la venta de productos electrónicos.
«Apple ha dicho que no ha hecho nada mal», según recoge Europa Press que también apunta que además de «defender su honor, el gigante tecnológico de Estados Unidos tiene razones estratégicas para no llegar a un acuerdo y seguir luchando la decisión como ha dicho que lo hará».
Este cuento no sabemos cuándo ni cómo acabará, tampoco si tendrá final feliz, por lo menos para los consumidores que somos los que perdemos ante todos estos contubernios.
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+info: europapress.es
Actualizado 11/07/2013