Wolfgang Weingart, el tipógrafo alemán que jugó con la contención suiza

El tipógrafo que rompió los límites de la retícula suiza ha muerto esta semana a los 80 años.

Wolfgang Weingart está considerado como uno de los diseñadores menos convencionales de la segunda mitad del siglo XX. Su visión de la tipografía, su trabajo experimental y sus métodos de enseñanza poco convencionales continúan hoy dando forma al diseño visual y a los cursos de formación para jóvenes tipógrafos de todo el mundo.

Nacido en 1941, Weingart creció en Salem una localidad alemana junto al lago Constanza, a escasos 9km de Suiza, donde asistió a la escuela primaria. Su padre trabajaba en el servicio diplomático por lo que vivió en diferentes países siendo niño. En sus viajes, particularmente en países árabes, Wolfgang Weingart comenzó a registrar descubrimientos visuales con su cámara: estructuras gráficas en paisajes, detalles arquitectónicos y formas de vida completamente diferentes. Sus padres reconocieron lo mucho que disfrutaba el diseño y organizaron sus primeras lecciones regulares de dibujo.

Desde entonces supo que su futuro tendría que ser algo relacionado con su imaginación, con el diseño creativo y con la exploración de su propio potencial creativo. Así fue como llegó a la Merz Academy en 1958, una universidad privada de arte y gráfica aplicada. Sin embargo, lo que captó su entusiasmo allí más que cualquier otra cosa fue el pequeño taller de impresión de la universidad, donde comenzó a experimentar con la tipografía. En su búsqueda de modelos, lo que más le fascinó en las revistas especializadas fue la «tipografía suiza» moderna: sencilla, clara y emocionante.

La tensión entre el repertorio limitado de 26 letras y las opciones prácticamente ilimitadas para diseñarlas se convirtió en una experiencia clave que definiría su carrera como tipógrafo. Para adquirir las habilidades necesarias, Weingart comenzó un aprendizaje de tres años como tipógrafo en una imprenta en Stuttgart en 1960. Durante los fines de semana trabajaba en sus propios proyectos tipográficos, que después discutía con el diseñador gráfico de la imprenta, quien había estudiado con Emil Ruder y Armin Hofmann en la Escuela de Artes Aplicadas de Basilea.

Impulsado por su colega, en 1963 Weingart se atreve a enseñar sus trabajos a Hofmann y Ruder, quienes se sorprendieron por la cantidad y la madurez de sus ideas, así como por su independencia. En 1964 empezó a asistir como alumno a la Escuela de Basilea y a desarrollar sus propias ideas en el taller de la escuela.

Para Weingart este trabajo libre en el taller era una compensación por los estrictos ejercicios básicos practicados en el curso y por la metodología disciplinada del diseño, cuyo valor inicialmente no le quedó claro. Con el tiempo reconoció el contexto educativo de los ejercicios elementales y sus aplicaciones paso a paso en tipografía y gráficos. Su trabajo de diseño independiente se benefició de esta percepción, volviéndose más sistemático y receptivo a los nuevos temas de diseño.

En 1968 comenzó un curso de postgrado y en poco tiempo fue propuesto por Ruder y Hofmann para dar clases. Allí desarrolló un currículum específico para enseñar tipografía, que continuó evolucionando hasta que se jubiló en 2005.

Sus estudios de la letra M consiguieron que la tensa relación que mantuvo con Ruder se suavizara.

En 1972 empezó a colaborar con el Typografische Monatsblatter para el que creó su suplemento TM/communication, diseñando varias de sus portadas.

new wave typography

El trabajo de Weingart siempre se caracterizó por su aproximación poco convencional a la tipografía y su experimentación: mediante la práctica del oficio, la curiosidad, el cuestionamiento permanente de las leyes y los estándares visuales, y el disfrute de la exploración de los nuevos avances tecnológicos conforme surgían.

En la década de 1960 con la generalización del uso de la fotocomposición, se abriría un camino a las manipulaciones tipográficas que incluía sobreexposiciones en la insoladora, bloques de texto no cuadrados, interlíneas irregulares, repeticiones, giros o inversiones de letras… Un campo de experimentación que fue bautizado como New Wave Typography o Tipografía Suiza Punk.

En 1995 Paul Rand lo definiría como «pintor, poeta, explorador y artista bajo la apariencia de un tipógrafo. Sus herramientas son una prensa de pruebas, papel, tinta, tipografía y película».

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