El Ayuntamiento de Valencia publicó hace unos días un concurso especulativo de diseño para la licitación de la “creación, diseño, adaptación y producción” de las campañas anuales de sensibilización de la Concejalía de Igualdad y Políticas de Género y LGTBI en la que solicita la creatividad y el diseño de las mismas.
El contrato del concurso especulativo de diseño se divide en cuatro lotes para cuatro campañas: el día internacional de la mujer, el día internacional del orgullo LGTBI, el día internacional para combatir la violencia contra las mujeres y la celebración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo ello por un preció máximo de 203.541,36€ (IVA incluido) — 50.885,34€ por lote —
Para cada una de las campañas el contrato solicita las siguientes prestaciones: creatividad y diseño de la campaña; adaptaciones a diferentes formatos; producción e impresión de los soportes especificados y difusión digital de los contenidos (incluye la creación de un micrositio y la dinamización en redes sociales a través de un Community Manager).
creatividad de la campaña
El contrato especifica como la primera prestación la «idea creativa de la campaña. Creación y plasmación del concepto creativo en un arte visual, desarrollando una estrategia comunicativa de acuerdo con la descripción de cada lote y de las aportaciones del Servicio de Igualdad y Políticas Inclusivas».
En la propuesta de campaña, continua el contrato, debe presentarse un «proyecto creativo y memoria de comunicación» que conste de «una breve descripción del concepto creativo y mensaje a transmitir —no se requiere el desarrollo creativo completo de la/s campaña/s—» que no debe superar las 10 páginas en el que se valorará «la innovación y originalidad de la propuesta creativa y la claridad y pertinencia del mensaje en relación a la propuesta creativa». Y además el «desarrollo de una estrategia de comunicación» (que incluya el público objetivo, los medios y soportes a utilizar y una propuesta de cronograma de la campaña).
En la solicitud no se indica quien va a valorar las propuestas de diseño, creativas o estratégicas. No se presenta ningún jurado cualificado aunque se apunta que se valorará la calidad técnica e idoneidad, en función de la originalidad, calidad, recursos utilizados, y población destinataria. Se puntua con un máximo de 49 puntos el proyecto creativo y 20 puntos, como máximo, por el concepto creativo.
ayuntamiento
Desde la propia concejalía, Eva Mª Botella, jefa del servicio de igualdad y políticas inclusivas, confirma a Gràffica que «el objeto de la licitación es la creación, diseño, adaptación y producción de las campañas anuales de sensibilización de la Concejalía de Igualdad y Políticas de Género y LGTBI con la finalidad de su difusión, sin que esté dentro de su objeto la compra de medios de comunicación. La difusión en medios se hará en colaboración con la Concejalía de Medios a través de la contrata municipal», por tanto queda claro que se licita en exclusiva el desarrollo creativo de la campaña.
Es curioso este proceder cuando la propia Isabel Lozano Lázaro, Concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas, fue diseñadora anteriormente y conoce de primera mano las carencias, problemática y exigencias del sector.
Propuestas no remuneradas
Así pues, el contrato requiere el desarrollo de una propuesta previa a la adjudicación del contrato, y como más adelante se especificará, pese a que solo requiere 10 páginas, gran parte de la puntuación para ganar el concurso depende de esta propuesta.
Si bien fuentes cercanas al Ayuntamiento admiten que lo que se solicita es una especie de moodboard con la idea que se desarrollará una vez ganado el concurso.
Un panel de tendencias, una declaración de intenciones, no deja de ser un propuesta y un trabajo a desarrollar.
El moodboard de un estudio de diseño no deja de ser su página web, en la que se puede observar la capacidad que tiene para adaptarse al cliente y al encargo, adoptando diferentes estilos gráficos. Y en la página web también, en muchas ocasiones, pueden verse los trabajos propios, en los que quizás sí se ve el estilo propio de un estudio; que no tiene por qué ser el que se vaya a implementar en un trabajo en concreto.
Lo importante es que la propuesta creativa tiene una puntuación lo suficientemente alta como para ser determinante a la hora de la adjudicación, con lo que realmente se convierte en un reto hacer una presentación lo más elaborada posible para poder adjudicarse el proyecto.
presupuesto a la baja
Además de la propuesta creativa, clararamente un concurso especulativo, se valorará el precio que se pretende cobrar por el trabajo. Para cada campaña el Ayuntamiento establece un presupuesto máximo aunque se espera que ese presupuesto base de licitación sea sólo el límite, y que la persona o empresa adjudicataria ofrezca un porcentaje de descuento en su oferta.
El Ayuntamiento valorará el precio más bajo y espera que la persona o la empresa adjudicataria ofrezca un porcentaje de descuente en su oferta
Aunque por otra parte admite la posibilidad de modificar el presupuesto para cubrir nuevas necesidades y aumentarlo hasta el 20%. Y el contrato del Ayuntamiento de Valencia ya nos dice que «se valorará con el máximo de puntuación a la mayor baja única y global ofertada, expresada en porcentaje respecto de los precios unitarios».
solvencia económica
La persona o empresa interesada deberá acreditar su solvencia económica y financiera mediante sus libros de inventarios y cuentas anuales legalizadas por el registro mercantil el “volumen anual de negocios en el ámbito al que se refiera el contrato”.
Y su solvencia técnica o profesional con una “relación de los principales servicios o trabajos realizados de igual o similar naturaleza que los que constituyen el objeto del contrato en el curso de los tres últimos años” mediante un certificado expedido por el cliente o mediante una declaración del empresario acompañada de documentación.
Algunos estudios de diseño consultados por Gràffica han admitido que la exigencia de presentar estos “certificados” de solvencia económica y técnica les ha disuadido de presentarse.
Con estas clausulas se elimina a muchos profesionales del sector que bien por juventud, falta de experiencia o experiencia en otros ámbitos no podrán presentarse, o a todos los que no superen el nivel de facturación superior a 12.000€/16.000€ (autónomos/empresas) anuales o no puedan justificarlo. Es una manera clara de exigir la profesionalización de los participantes ya que en otras convocatorias han llegado a participar y ganar profesionales que prácticamente estaban inactivos o con muy poca actividad y solvencia económica.
plazo de ejecución
El contrato que se ofrece tiene una duración de dos años, así que la empresa adjudicataria realizará la campaña en dos años consecutivos 2021 y 2022, por lo que el presupuesto es de 42.054€.
El contrato menciona la posibilidad de que el encargo se renueve hasta con tres prórrogas, con lo que se convertiría en un encargo de 5 años y 5 campañas.
Una misma empresa solo puede ser adjudicataria de hasta dos de las cuatro campañas (lotes) que se están licitando “salvo en el supuesto de que se trate de lotes que, por cualquier causa, pudieran quedar desiertos, en cuyo caso se podrán adjudicar más de dos lotes a la misma persona o empresa licitadora”.
profesionalización
No deja de sorprender la situación por ambas partes. Por un lado, el Ayuntamiento vuelve a la senda de solicitar propuestas creativas para la adjudicación de campañas de comunicación. Tras años de ‘llamadas a proyecto’ donde se había conseguido erradicar la especulación creativa ahora se vuelve de nuevo a solicitar propuestas para ganar, es decir, trabajar sin saber si se va a conseguir el proyecto.
Por otro lado, los diseñadores ahora ven excesivo las condiciones que los igualan al resto de sectores. Se les exige los mismos parámetros de rendición de cuentas que a otros, los mismos avales, y los mismos requisitos. Ya no se van a poder presentar creativos sin capacidad administrativa, técnica o económica, algo que parece una buena noticia. Si bien es cierto que esta licitación abre la puerta de nuevo a la especulación creativa, sin profesionales que la valoren, también es cierto que con este modelo se eleva la exigencia administrativa y se iguala al sector a otros modelos más exigentes y más profesionalizados.
Es una buena noticia que el sector de la creatividad sea considerado como cualquier otro sector profesional, y que se haya desarrollado un contrato de licitación similar al que se haría a cualquier otro. En las llamadas a proyectos había demasiada subjetividad y poca concreción. En este caso todo está baremado y medido como cualquier adjudicación pública, ya no se trata de un concurso creativo con jurado donde las entidades y asociaciones participantes decidían con quién debía trabajar la administración.
Ahora los criterios son más concretos y exigentes tanto administrativamente como económicamente pero con ello se llevan por delante una de las mayores exigencias del sector, no especular con el trabajo de los diseñadores y solicitar propuestas creativas sin un jurado profesional cualificado.
Actualizado 10/09/2021