Nuevo concurso especulativo, en esta ocasión de una institución universitaria pública. La Universidad Pompeu Fabra – UPF ha convocado un concurso «abierto a todos los miembros de la comunidad universitaria» para diseñar la identidad gráfica del 25º aniversario de la UPF.
La Universidad Popeu Fabra – UPF, institución universitaria de carácter público, se ha lanzado en brazos de los concursos especulativos de diseño. El 10 de febrero anunciaba en su web la convocatoria del concurso para diseñar la imagen del 25º aniversario de la entidad. El premio, 500 € –que se entregarán en una tarjeta regalo por dicho valor– y un diploma acreditativo. Unos datos que ya de por sí chirrían.
Seguimos leyendo las bases y para nuestra sorpresa descubrimos que el concurso ni siquiera está dirigido a profesionales, sino que puede participar cualquiera que trabaje en la UPF, desde los estudiantes hasta el bedel. Citamos textualmente: «El concurso está abierto a todos los miembros de la comunidad universitaria de la Universidad y del Grupo UPF: estudiantes y antiguos alumnos, personal docente e investigador y personal de administración y servicios».
Conmemorar el aniversario con un logo creado ex profeso tiene su lógica y es algo loable. Lo que no se entiende de ninguna de las maneras es la forma en que se ha gestionado este asunto. ¿Cómo es posible que una institución que debe velar por el futuro de los profesionales opte por entrar en el mercado de los concursos especulativos?
Acaso en su 25º Aniversario la UPF ¿no debería hacer lo posible para lucir o mostrar su mejor cara? Entonces, ¿cómo es posible que en la misma universidad estén dispuestos a abrir las puertas a que cualquiera pueda presentar una imagen que, según indican en la web, «estará presente en todos los actos y actividades que se organicen y que se utilizará en todos los materiales de difusión y comunicación relacionados con esta efeméride, que se celebrará durante el curso 2015-2016»?
¿Alguien puede explicar el hecho de que se otorgue un diploma acreditativo? Por si esto fuera poco, a todo ello hay que sumar que el jurado tampoco estará formado por profesionales del diseño, sino por la «Comisión Impulsora del 25º aniversario de la UPF, que está presidida por la vicerrectora de Responsabilidad Social y Promoción de la UPF».
Cabe mencionar que este no es el primer concurso de diseño que lanza la UPF. En Navidad ya hizo una llamada similar para diseñar la felicitación navideña para la que asignó un premio de 300 €.
Esta dinámica, la de los concursos de diseño, que no hace ningún favor ni a la universidad ni mucho menos a la profesión. Llamativo y preocupante es que una institución que en sus inicios contó con profesionales, –Enric Satué diseñó la marca original de la UPF y en 2012 Clase Bcn se encargó de su rediseño– ahora se lance a este formato. Señores de la UPF, ¿saben lo que están haciendo al convocar concursos de este tipo? ¿A qué futuro profesional están dirigiendo a sus alumnos?
Actualizado 15/02/2015