Pau Sanz i Vila es un artista de culto de su generación y su obra se ha exhibido en prestigiosas ferias de arte, como ARCO y Mulafest. Un buen día para desaparecer (Lunwerg) es un viaje mágico a través de un misterioso aro tricolor que llevará a su autor desde lugares remotos como las pirámides egipcias a la selva del Congo o la isla de Pascua, hasta otros espacios como una cárcel, una carretera o su propio estudio.
¿Quién no ha pensado alguna vez en borrarse del mapa durante un tiempo y redescubrirse a sí mismo? Esto es lo que hace el protagonista de Un buen día para desaparecer (Lunwerg), un diario de viaje al estilo de los antiguos exploradores reinterpretado a través del filtro pop de Sanz i Vila, uno de los ilustradores revelación de los últimos años. En esta fábula en continuo equilibrio entre lo real y lo ficticio, entre la imaginación, el surrealismo y las referencias históricas, el mismo autor emprende un accidentado periplo que le llevará a replantearse el significado del arte y a enfrentarse de pleno a la ambivalencia del alma humana. Un buen día para desaparecer es un viaje mágico a través de un misterioso aro tricolor que llevará al autor desde lugares remotos como las pirámides egipcias a la selva del Congo o la isla de Pascua, hasta otros espacios como una cárcel, una carretera o su propio estudio.
Coger la mochila, una botella de agua y un diario, y lanzarse a explorar. ¿Quién no ha querido alguna vez dejarlo todo e irse a descubrir el mundo? Eso es lo que hace el protagonista de Un buen día para desaparecer, inspirado por una montaña cercana que ve a través de su ventana. Adentrándose en ella observará árboles, descubrirá especies vegetales, buscará e imaginará cuevas… hasta llegar a una que será determinante. Una cueva en la que encontrará un aro tricolor. Es entonces cuando la magia sucede: el aro tricolor le hace tele transportarse en el espacio (y quién sabe si también en el tiempo), y le lleva a su primer destino, las Cuevas de Chauvet.
La llegada a este destino no es baladí, pues Chauvet es una de las cuevas más significativas en cuanto a arte prehistórico se refiere. El arte es uno de los temas que se abarcan en esta historia, y es por ello que el aro tricolor llevará al protagonista a otros enclaves de gran relevancia histórica y artística como son las Pirámides de Guiza o los Moáis de la Isla de Pascua.
Los animales son uno de los ejes principales de la obra de Pau Sanz i Vila y también lo son en este libro. A lo largo de sus viajes irá reflexionando acerca de los animales en peligro de extinción como el okapi, o en animales ya extinguidos como el oso cavernario, e intenta concienciar acerca del trato que damos en esta sociedad a los animales, lanzando una crítica a los zoos: ¿merece la pena conservar una especie para negarle la libertad?
La ambivalencia del ser humano es el tercer gran tema protagonista de esta fábula. Esa ambivalencia se verá representada por dos mujeres que se encontrará a lo largo de este periplo por el mundo, y que le revelarán esas dos partes que toda alma humana tiene: la cara buena y la mala, la de los días buenos y la de los días negros, la generosa y la envidiosa, el lado luminoso y el oscuro…
El Arte, los animales y la ambivalencia del ser humano: tres grandes temas, tres personajes, tres colores… un número que Pau Sanz i Vila ha hecho marca de estilo y que le acompaña en este viaje iniciático y de autoconocimiento que emprende a través de las páginas de este libro. Un buen día para desaparecer es un libro que ofrece muchas lecturas, muchas capas que llevarán al lector a realizar sus propios juicios y reflexiones, a hacerlo suyo.
El relato bucea entre la realidad y la ficción, tomando en ocasiones tintes surrealistas, pero Pau lo deja muy claro: todo esto es real. «Quizá le parezca una historia extraña, pero puedo darle mi palabra de que yo he vivido todas y cada una de las situaciones que he descrito en el libro que tiene en sus manos. Esta es mi autobiografía más sincera y la estoy compartiendo con usted».
«Mis símbolos y mis colores son mi manera de comunicarme. (…)
Veo mi obra como un gran animal y cada proyecto
es un órgano, un miembro, y forman un todo».
Pau Sanz i Vila
Pau Sanz i Vila (Denia, 1990) es un artista de culto de su generación. Desde pequeño ha sentido pasión por el arte y quiso dedicarse a ello, algo que le llevó a licenciarse en Bellas Artes. Le gustaba pintar al óleo y dibujar en grafito, pero finalmente se decantó por la ilustración.
Una de las características más llamativas de su estilo es el uso predominante de tres colores: rosa, azul y amarillo. «Suelen preguntarme por qué pero simplemente es mi forma de trabajar, es lo que me pide el cuerpo cuando me siento frente al papel blanco; y después de tanto tiempo se ha convertido en un modo de pensar», explica el autor en el libro. Llegó un momento en su carrera en el que definió su estilo tan característico, influenciado por el pop art. Se centró en una paleta de tres colores (azul, rosa y amarillo) y un trazo negro muy personal. Su lealtad a su paleta y a su estilo le ha permitido crear un lenguaje propio reconocible.
La obra de Pau Sanz i Vila respira un aire naif, con un estilo muy personal cercano al pop. La simplicidad también marca sus obras representando solo los aspectos necesarios. Tintas planas, modificación de rasgos físicos y un delicado trazo negro son algunas de las características principales en su obra.
Los animales, su entorno, sus gustos, objetos que le inspiran, lugares cercanos y cotidianos… estos son los protagonistas de sus ilustraciones. En su obra todo tiene una parte de real y otra de ficción, siendo muchas de sus historias autobiográficas. Resalta entre sus grandes influencias a Equipo Crónica o Andy Warhol, pero también le gusta estéticamente la obra de Patrick Nagel, Keith Haring o la de Valerio Adami. Como ilustradores o artistas más actuales, tiene entre sus favoritos a Gary Baseman, Mariscal o Rubenimichi, entre muchos otros.
Este ilustrador alicantino es autor de los libros Triamor y Los novios de Gael. Su obra se ha exhibido en prestigiosas ferias de arte, como ARCO y Mulafest; y se encuentra expuesta de manera permanente en las galerías Mad is Mad en Madrid o Artevistas Gallery en Barcelona, entre otras. Muchas marcas han apostado por él para dar visibilidad a sus productos. Beefeater, Snapchat o Wetransfer son sólo algunas de ellas.