La catedral de San Pablo de Londres exhibe ‘Tides’, 4 obras site-specific encargadas al fotógrafo Pablo Genovés

La exposición Tides, de Pablo Genovés, en la catedral de San Pablo de Londres, se compone de cuatro obras site-specific encargadas por el comité artístico de la catedral al fotógrafo madrileño. Esta es la primera vez que un artista español expone en este espacio emblemático y exclusivo, por el que han pasado artistas del nivel de Yoko Ono, Gerry Judah, Anthony Gormley, Rebecca Horn o Bill Viola, por ejemplo.

Dome, Pablo Genovés. Catedral de San Pablo de Londres.

Pablo Genovés ha sido invitado por el comité artístico de la catedral de San Pablo (Londres), para crear una serie de obras site specific como parte del programa Just Water que presentará dicha institución a lo largo del 2017, programa inspirado por el cambio climático y que exhibirán en otras catedrales del mundo, comenzando el 1 de marzo en Inglaterra.

El agua significa vida y muerte, renacimiento y cosecha, inundaciones y sequías, mientras va fluyendo con sus mareas a través de nuestro planeta. Fundamental en los rituales de todas las religiones, es un tema más que apropiado para la catedral de San Pablo, como símbolo de esa vida.

Nave, Pablo Genovés. Catedral de San Pablo de Londres.

Genovés es el artista por excelencia de esta era «antropocénica», donde la actividad humana se ve como la influencia dominante en el clima y el medio ambiente, fuerzas que luego tienen un efecto dramático sobre la existencia y el movimiento humano en una espiral cada vez más preocupante. Su obra dramatiza este mundo incierto. La transición y el cambio en el tiempo son los grandes temas de sus collages fotográficos, a menudo hechos con imágenes históricas, que él llama «imágenes rescatadas».

Altar, Pablo Genovés. Catedral de San Pablo de Londres.

Genovés fusiona estas imágenes encontradas con sus propias fotografías, para crear un universo flotando fuera del tiempo que nos fuerza a mirar de nuevo. Las bibliotecas barrocas, las iglesias y los palacios son poseídas hasta el punto de la destrucción por las fuerzas elementales de la Naturaleza. Las cámaras donde una vez resonaran las oraciones, las canciones y los debates están ahora condenadas al silencioso rugido de nubes, viento y mar. Su contemplación nos lleva a recordar las líneas de Shelley: «¡Contemplad mis obras, poderosos y desesperad! / La ruina es de un naufragio colosal».

En esta serie, Genovés trabaja con la obra maestra del neoclasicismo de Wren, en lugar del barroco habitual que en trabajos anteriores le ha proporcionado una metáfora para la decadencia y la arrogancia. Sin embargo, las líneas limpias y el orden armonioso de los arcos y las esferas que se repiten con rítmica musicalidad, proporcionan el contrapunto perfecto a la cacofonía del caos de la naturaleza que crece y se eleva en interiores tan familiares. Se establecen contrastes formales entre la estructurada arquitectura vertical y los cuerpos amorfos horizontales de agua y niebla. Dos grandes fuerzas, el orden y el caos, atrapados en la superficie de la obra, destinados a la batalla por definición.

En Altar, los ángeles marmóreos parecen tratar de ascender huyendo de las temerosas aguas para refugiarse en el domo abovedado del altar y evocan una desafortunada familia esperando a ser rescatada de las inundaciones, un pináculo de madera tallada flota en el plano medio como una boya sin ataduras.

En Cúpula, pequeños cúmulos blancos, como salidos de Tiépolo, se elevan buscando en vano escapar de la oscura sombra de una cercana mirada, que de manera ominosa hace eco al círculo de la famosa cúpula.

En Nave las luces de la iglesia siguen ardiendo sobre el nivel del agua, a punto de ser engullidas, son la evidencia de un éxodo humano muy reciente.

Balcony, Pablo Genovés. Catedral de San Pablo de Londres.

Toda esta destrucción de la cultura por la Naturaleza debería de ser aterradora, y lo es, pero la belleza del extraordinario monumento de Wren a la gloria de Dios y a la esperanza humana y el dinamismo del tema: grandes masas de energía de las mareas, hacen que las imágenes sean emocionantes e incluso edificantes. Nos despiertan como un gran movimiento sinfónico que está a punto de finalizar en una serie de acordes atronadores… Seguido por el silencio.

Es justo reconocer la sensibilidad del Comité Artístico de la catedral de San Pablo, al pensar en un artista que se ocupa de ideas tan perturbadoras, simbolizadas en la destrucción del mismo edificio que exhibirá la obra que le ha sido encargada. ¿La humanidad abandonada por Dios a las fuerzas elementales? Tal vez Él está esperando entre bastidores, a punto de aparecer Deus ex machina para dividir las aguas y llevarnos a la salvación. Es cierto que la obra de Genovés comparte el lenguaje visual oscuro y extravagante del libro de las Revelaciones, cuyo mensaje más simple puede entenderse como: Dios prevalecerá. Así que tal vez la elección no es tan extraña.

→ www.stpauls.co.uk

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