Encontrar una sauna con forma de huevo es una de las situaciones en las que puede verse involucrado cualquier persona visite Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia. Esta instalación de arte pública es una obra del estudio Bigert y Bergström.
Esta sauna con forma de óvalo tiene una cáscara de acero inoxidable chapado en oro que refleja la ciudad y el entorno en el que se ubica. La forma multifacética del huevo rompe con el entorno al reflejarse, en las paredes de acero efecto espejo, una multiplicidad de imágenes. Esta obra del estudio Bigert y Bergström tiene una altura de cinco metros y una anchura de cuatro metros, y está formada por 69 piezas, que permitieron que la instalación fuera trasladada a diferentes lugares dentro de la ciudad. El interior de la sauna está revestida en madera para conservar mejor el calor, proporcionado por un quemador en forma de corazón, y tiene capacidad para 8 personas.
El Solar Egg forma parte de un proyecto de transformación urbana de Kiruna, que consiste en la reubicación de barrios enteros de la ciudad como solución al hundimiento del suelo causado por décadas de extracción mineral de hierro. Esta obra de arte simboliza la energía, la esperanza y la comunidad al material con el se ha creado y su funcionalidad; mientras que su forma de huevo pretende representar el renacimiento y las nuevas oportunidades.
El clima ártico de Kiruna es la inspiración y punto de partida de esta creación artística, ya que en esta ciudad hay días en los que no sale el sol y otros en los que no se pone. La pretensión de esta sauna en forma de huevo es posicionarse como una escultura social en la que la gente local y los visitantes de la ciudad puedan reunirse y conversar. A causa del clima ártico de la región, Solar Egg ocupa una posición clave como un lugar donde calentarse y reflexionar.
«Las saunas son lugares que fascinan, son lugares sagrados donde se puede discutir todo tipo de cosas – desde lo más trascendental hasta lo más cotidiano. Cuando nos pidieron interpretar la ciudad de Kiruna para plasmarla en una obra nos pareció que era natural explorar y probar con un espacio que une y estimula la conversación», indican sus creadores.
El trabajo de Bigert y Bergström retoma esa tradición al desarrollar un símbolo escultórico que evoca el renacimiento al ser una incubadora que nutre la conversación y fomenta el intercambio de ideas. Solar Egg explora la relación del hombre con el cambio climático, la naturaleza, la energía y la tecnología, al continuar con la experiencia iniciada con las cámaras climáticas.