EN COLABORACIÓN CON ESNE.
ESNE, la Escuela Universitaria de Diseño y Tecnología situada en Madrid, se enfrenta todos los días a una tarea sumamente importante: la de enseñar y formar a los futuros profesionales de la creatividad. Una disciplina, la creatividad, en constante movimiento y que precisa hoy más que nunca una oferta educativa a su altura. A la hora de llevar a cabo una idea no se pueden descuidar metodología ni procesos.
Mientras que algunas voces apuntan a que la creatividad se trata de un músculo, otras señalan que procede de una presencia genética que determina nuestros talentos y vocaciones. Hay opiniones de todo tipo entre el manido «nace/se hace»; pero, si hay algo claro al respecto es que, de una forma u otra, la creatividad hay que trabajarla. Y para trabajarla hay que tener clara una metodología y haber adquirido el suficiente bagaje para desarrollarla de forma óptima.
En ESNE lo saben bien, puesto que ofrecen una gran cantidad de formaciones que sitúan a la creatividad en el centro. Para ellos, la creatividad se aprende y ejemplo de ello son los profesionales que cada año terminan sus estudios para aterrizar, llenos de conocimientos, en el mercado profesional. En ESNE se dedican a formar al alumnado en diseño y otras materias, para lo cual ponen el foco en la educación que precisan al respecto sin descuidar, por otro lado, el perfil o perfiles más demandados por parte de empresas, sector y propio mercado.
«Una formación en diseño debe estar muy fundada y combinar de manera holística aspectos conceptuales, culturales, estratégicos y técnicos», sostienen con firmeza desde ESNE.
Ya sea mediante un grado o postgrado universitario en diseño –o en cualquiera de sus otras ramas–, desde la escuela abogan por «una equilibrada mezcla de profesores y reconocidos profesionales en ejercicio con mucha experiencia docente, combinado con la mayor oferta de recursos y las mejores instalaciones». En su centro, un profesional puede dar un giro a su carrera o, simplemente, avanzar de forma sustancial dentro de la competitiva industria creativa en alguna disciplina en concreto.
La creatividad, es decir, la «facultad de crear» no puede estar desligada de la realidad. Una realidad cambiante y apasionante que no deja de proponer nuevos retos en el plano creativo. «ESNE es una institución que aproxima la universidad a la empresa y a la cultura y estimula a sus estudiantes de diseño a que profundicen tanto en el plano técnico como en el académico, a ser proactivos y a orientarse a las necesidades reales y a las aspiraciones de la sociedad para, como dice Rick Poynor, “contribuir mejor que nadie a la construcción de la realidad contemporánea”», matizan desde la escuela. Creatividad también es –o debería ser– conciencia social. Hay que creer en el presente sin dejar de observar el horizonte.
Por ello, alegan, sus formaciones de másteres no están pensadas para «estudiantes que se conforman con solo aprender a manejar las herramientas propias de la disciplina sin saber con qué propósito» ni, en cualquier caso, «para estudiantes que deseen moverse en un plano teórico despegado de la realidad del encargo del cliente o de las necesidades de la sociedad en su conjunto». En ESNE buscan futuros profesionales de la creatividad que la entiendan en su máxima definición.
Con el fin de garantizar el mejor aprovechamiento de los conceptos impartidos en dichos programas de máster, desde el centro disponen además de una serie de complementos formativos instrumentales, «estratégicamente estudiados para homogeneizar el nivel de los estudiantes de ingreso en el manejo de las herramientas propias de las distintas disciplinas». «La parte puramente creativa, práctica y proyectual se organiza en torno a talleres de cada área de conocimiento y ámbitos de influencia que aborde el máster» añaden.
Para ello, siguen una rigurosa metodología. A pesar de estimar en gran medida el trabajo individual, en ESNE apuestan, especialmente, por «el trabajo en equipo» y muy concretamente por «la formación de duplas, tan comunes en el sector, para desarrollar habilidades complementarias que permitan experimentar la fuerza de la sinergia». Prueba de ello son iniciativas que fomentan específicamente la creatividad, como por ejemplo un hackatón creativo o el festival Feelmotion, así como una estrategia de dinamizadores creativos en forma de seminarios que han estimulado a sus estudiantes, no tanto para superar a otros sino más bien para superarse a sí mismos, a cosechar casi 30 premios laus, 11 de ellos en su última edición, o a recibir 2 menciones en los prestigiosos Young One Students Awards de Nueva York . Además, esne ha sido reconocida con una Mención Especial en Innovación en los premios nacionales de Innovación y de Diseño 2019.
El máster en Diseño Gráfico de ESNE es un ejemplo significativo de todas las premisas con las que la escuela atesora la creatividad con tanto acierto.
Un ejemplo, además, de que ante la disyuntiva entre estudios genéricos o específicos la clave está en el equilibrio. «Nuestra propuesta no es de un perfil generalista, que se quede en un plano conceptual o abstracto, sino que propone un acercamiento verdaderamente transversal, actualizado y fuertemente anclado a las cuatro áreas de conocimiento: branding, editorial, audiovisual y UX/UI, que nosotros entendemos capitales en el bagaje de un diseñador gráfico de cualquier especialidad», mencionan.
«Hemos podido observar un interés creciente por parte de muchos futuros estudiantes en especialidades como diseño UI, UX, audiovisual o branding», indican. «Pero también es verdad que hay una demanda muy importante en el sector de un diseñador que aun pudiendo tener una especialidad o una inclinación preferente por una especialidad concreta, tenga una formación transversal», agregan. Eso permite, aseguran, enfrentarse globalmente y con enfoque pluridisciplinar a cualquier reto de cualquier especialidad.
El futuro de la creatividad es tan incierto como siempre y no por ello menos apasionante. «En el sector creativo, como probablemente también en otros que avancen igual de rápido, el futuro no será de los que crean saber hacer de todo ellos solos (do it yourself, diy), si no de los que sepan hacer las cosas con otros (do it with others, diwo)», reflexionan desde la escuela. Las formaciones ofertadas por esne preparan inmejorablemente en esa dirección. Lo mismo sucede con los otros programas máster que imparten como el Máster en Diseño de Producto, Máster en Diseño de Interiores o el Máster en Experiencia de Usuario (UX). Por todo ello, no cabe duda: la creatividad se enseña y se aprende en ESNE.
Puedes encontrar este artículo en el número 18 de la revista Gràffica Ideas. Si quieres la versión digital de la revista, la puedes conseguir en Android y iOs.