Como profesional del diseño gráfico, ¿cómo reaccionarías ante la propuesta de participar en el diseño de un proyecto que está envuelto en cuestiones que no coinciden con tus principios?
En esta tesitura se ha encontrado Luis Morón, fundador de la agencia de diseño de señalización Signes –Premio Nacional de Diseño 2006–, y su equipo, quienes han rechazado participar en el proyecto de wayfinding (diseño de señalización) del AVE de Medina a La Meca como respuesta al asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Arabia Saudí.
Signes se encontraba en medio del proceso de selección que decidiría quién realizaría el proyecto cuando Jamal Khashoggi fue asesinado. Es entonces, cuando Signes decide retirarse del concurso. Al notificarlo, les comunican que, finalmente, han sido ellos los adjudicatarios. Con este escrito –firmado por Luis Morón– explican las razones de su decisión.
«Creo que tener principios no es un tema temporal, o los tienes o no los tienes. Si los tienes únicamente por ‘postura’ cuando te ponen el dinero por delante… te has quedado sin principios. Tú y yo tenemos principios, si no, no nos entenderíamos. Yo mantengo firmemente mi posición de no hacer el proyecto y, ahora, que sabemos que somos los adjudicatarios, aún más. Es delicado y es con mano izquierda que hemos de salir de este bucle.
Nos hemos posicionado delante –y por culpa– de los últimos acontecimientos de Turquía. Si estos acontecimientos tan deplorables para un país se hubieran conocido antes de empezar las negociaciones, habríamos oficializado nuestra postura el primer día. Lo hacemos ahora –antes de ser los adjudicatarios– para que tuvieran tiempo y la oportunidad de buscar otro partner para este proyecto. Si este macabro hecho no hubiera sucedido, hoy seríamos los adjudicatarios de un proyecto impresionante. Posiblemente, uno de los mejores proyectos de la trayectoria de Signes.
Groucho en broma decía: «Estos son mis principios… si no le gustan tengo otros…». Nosotros, desgraciadamente, no tenemos otros. Nos parecemos más al chef José Andrés, que abandonó un proyecto aprobado por Trump por su postura racista ante los mexicanos. Esta es la línea.
Hemos de vivir en un mundo mejor y, por tanto, hemos de darle al pedal para conseguirlo».
No es la primera iniciativa que se rechaza por no ajustarse a los principios morales del creativo. Conocidos son los casos del arquitecto Norman Foster y –como cita Morón en su texto– del chef José Andrés. En el primer caso, el motivo es el mismo que ha movido a Signes a no aceptar participar en el proyecto. Foster suspendía el pasado octubre su participación en el equipo directivo de la creación de la mega-ciudad futurista Neom por la muerte de Khashoggi a manos del Gobierno de Arabia Saudí.
En el caso de José Andrés, este retiró un acuerdo para abrir un restaurante en el Hotel Trump International de Washington después de que el presidente de los Estados Unidos llamara criminales a los inmigrantes en su discurso de 2015 en el que anunciaba su candidatura.
A pesar de lo que algunos podrían llegar a cuestionarse, en el sector profesional del diseño, la publicidad y la comunicación en general, no todo vale. El perfil de profesional va íntimamente unido al de persona y ser humano. Cuando las obligaciones profesionales no encajan con las morales, suceden iniciativas como estas. Un buen paso para conseguir alcanzar un mundo mejor.