Guillermo Brea, especialista en identidad visual y comunicación institucional ha sido el segundo de los ponentes de los encuentros Redbility. Un evento que organiza desde hace dos meses la compañía, especializada en crear y desarrollar soluciones globales de alta complejidad en entornos digitales, y que pretende seguir organizando con carácter mensual. En esta ocasión ha contado con la colaboración de Grasp y República del Branding.
En su ponencia Brea, rodeado de un aforo de más de 50 profesionales, especializados la mayoría de ellos en el mundo del diseño, ha analizado la gestión de la marca como estrategia de diferenciación en el mercado.
Las nuevas tendencias de consumo y su impacto y la evolución de la marca, desde una sociedad tradicional (en la que lo primero era el valor del uso del producto) a una sociedad (en la que prima el valor del signo y la identificación con los valores agregados a las marcas que consumimos), ha sido uno de los elementos destacados de la conferencia. «Hemos pasado -apuntaba Brea- de la producción masiva a la personalización masiva».
EL DISEÑO DE SERVICIOS Y EXPERIENCIAS
«La marca no es únicamente un logo. Marca es experiencia, es conceptual, integral y sensorial. Hoy tenemos que hacer coincidir la propuesta de la marca con la experiencia de los usuarios». Ante esa frase de que todo está inventado, Brea ha insistido en que se puede seguir innovando desde lo exclusivo. El branding de producto es para productos y el de servicios para personas donde lo simbólico cobra peso sobre lo material.
LA GESTIÓN DEL BRANDING Y SUS HERRAMIENTAS
¿Y cómo debe ser una marca? Nueve han sido las características que ha definido Brea en su exposición: distintiva, relevante, recordable, extensible, profunda, tiene vida, comete errores, cambia y evoluciona. «Una marca es un concepto alrededor del que se mueven muchas acciones».
Sobre su gestión integral en las empresas ha hablado también Brea: todo el mundo en una organización tiene que vivir la marca y pensar si ayuda o perjudica. El branding tiene que abordarse como una política de gestión. Una empresa que vive en torno a la marca, organiza las operaciones también en torno a la marca, entrena a los empleados para vivir la marca y no olvida que el staff es también marca.
Para hacer branding hace falta: coraje, dinero, tiempo, riesgo, originalidad, tolerancia al fracaso, disposición al cambio y coraje y el gran negocio en torno a la marca es que puedo extenderla y diversificar mi oferta cada vez a más negocios y a más productos.
«La tendencia actual es empezar a juzgar a las marcas como a las personas. Es inevitable en una sociedad como ésta no humanizar a la organizaciones. Nuestro trabajo es añadir todavía más valor».