Notas al pie: ¿Quién protege al diseñador?

«Nuestro sector sufre un número importantísimo de paro, de talento desperdiciado en España. No se trata de un oficio ni reconocido, ni respetado ni pagado (no decimos ya ni “bien pagado” […])».

Este texto que dejaba Ana Patricia Echegoyen, product manager de Erretres, la agencia dirigida por Pablo Rubio que ha abanderado la protesta de «Just do it, rectify», muestra la indignación que algunos sentimos ante los acontecimientos que vemos día a día a nuestro alrededor. Instituciones públicas y empresas privadas tratan el diseño como algo trivial, sin respeto y sin valor.

¿De quién es la culpa de esta situación? Las causas son variadas. Los políticos ineptos con una cultura muy escasa; los empresarios que sólo ven gasto y no inversión a largo plazo; los profesores por no educar correctamente a los alumnos; los periodistas por mostrar a la sociedad solo lo anecdótico… En definitiva, personas a las cuales no se les ha enseñado adecuadamente y de forma seria a qué no nos dedicamos, la importancia y valor de nuestro trabajo.

También nosotros tenemos parte de culpa, porque somos los profesionales los que debemos de exigir, eso que muchos dicen ‘educar al cliente’. Pero, ¿podemos nosotros de forma individual luchar contra la sociedad, contra gigantes industriales o aparatos institucionales? Resulta difícil.

Quién protege entonces a los diseñadores ante todo tipo de tropelías. Pues a falta de colegios oficiales que obliguen como lo hacen los colegios de abogados o médicos solo nos quedan las asociaciones. Pero las asociaciones de diseñadores no parece que estén por la labor.

Más de dos meses después de la propuesta del Comité Olímpico Español y el Ayuntamiento de Madrid de hacer un concurso entre estudiantes, algunas asociaciones -entre las que no está la de Madrid-, lanzan un comunicado de indignación en el que muestran su estupor y disconformidad. Bien, pero tarde. Y realmente ha venido motivado por las múltiples reacciones que se han desencadenado en las redes sociales, medios de comunicación y campañas como la de Erretres. La iniciativa de indignación no surgió propiamente de las asociaciones.

Es más, la propuesta no es pedir y exigir que se retire esa imagen, sino «nos ofrecemos a asesorar y colaborar en las convocatorias futuras». Y lanzan este comunicado ahora, pero ha habido cientos de momentos de similar calibre o superior y jamás se han dedicado a perseguir este tipo de conductas. ¿Por qué será?

Invierten toda su energía en organizar eventos, premios, cursos, talleres, conferencias… Enfocan el objetivo hacia la autopromoción personal y en posicionarse adecuadamente delante de los que les dan de comer. Y aquí está el problema. ¿Cómo van a morder esa mano? ¿Cómo una junta o un presidente se enfrentan a una institución o empresa? Imposible, no sea que luego no caigan algunas migajas y nos quedemos a dos velas. Durante años han visto pasar por delante injusticias y no han movido ni un pelo.

Está muy bien hacer este tipo de comunicados, ya era hora, pero estaría mejor si esto fuera habitual. Al igual que hacen las asociaciones de amas de casa, las de la mujer, las de los espectadores de televisión, las de jubilados, de vecinos… que con sus acciones consiguen retirar una campaña de televisión, que un supermercado cambie su actitud, o que un ayuntamiento los tenga en cuenta para remodelar un parque… Ahora que las asociaciones de diseñadores ya han abierto la puerta deberían centrarse en perseguir las injusticias que nosotros de forma personal no podemos. Hace falta.

Retomando la cita de Ana Patricia Echegoyen, ¿para cuándo buscar el reconocimiento y respeto del talento en el ámbito del diseño que se realiza en nuestor país? Nuestro sector sufre un número importantísimo de paro, ¿acaso no es este el momento?

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