Breccia, nacido en Uruguay, es uno de los mayores representantes de la historieta argentina, donde desarrolló toda su carrera profesional. Murió el 10 de noviembre de 1993, y en su honor ese día se celebra el día del dibujante en Argentina.
Antes de dedicarse al dibujo, trabajó en un matadero. «Cuando terminaba la jornada en el matadero iba a mi casa y dibujaba lo que podía. Con esos balbuceos empecé a buscar trabajo», contaba él mismo.
Su perseverancia le llevó a conseguir su primera colaboración. Por aquel entonces los periódicos y revistas argentinos importaban material gráfico. Pero el empeño del joven Breccia le abrió la primera puerta.
Inició su carrera como historietista a los 19 años en una revista de barrio llamada Acento. Sus primeras historietas fueron una tira cómica muda llamada Mr. Pickles.
Posteriormente colaboraría con ilustraciones e historietas en la revista Tit-bits para la editorial Láinez. Su trabajo empieza a ser reconocido a partir de Vito Nervio, que dibujó desde 1947 a 1959, sustituyendo al dibujante Augusto Cortinas.
A finales de la década de los 50 conoció al guionista Héctor G. Oesterheld, con el que realizaría algunas de sus obras más significativas. Su primera gran obra, de hecho fue Sherlock Time, creada a finales de los 50 con guión de Héctor Germán Oesterheld.
La evolución que se aprecia a partir de esta obra estaría motivada en parte por la rabia que le provocaran las palabras que una noche le espetara el también dibujante Hugo Pratt: «Vos sos una puta barata, porque estás haciendo mierda pudiendo hacer algo mejor».
La adaptación de Los mitos de Cthulhu, de H. P. Lovecraft, que realizaron Alberto Breccia y Norberto Buscaglia, publicada por primera vez en 1974, está considerada como una de las grandes obras maestras de la historieta. Ahí sorprende su estilo menos realista y más expresionista.
Aunque siempre estuvo atraído por las historias de terror, y muchas de sus obras son adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe, Lovecraft, Ernesto Sábato o Bram Stoker; Breccia también desarrolló obras con un intenso contenido social y político en las que denuncia las dictaduras argentinas.
guionistas
Breccia colaboró con grandes guionistas de su época, sobre todo con tres: Oesterheld (con quien publicó El eternauta) supuso un punto de inflexión, el inicio de la madurez y de la toma de conciencia autoral. Con él produjo sus primeras obras maestras y algunos de sus títulos más recordados, además de afinar su talante crítico y humanista.
Los otros dos guionistas imprescindibles de su carrera sin duda son Carlos Trillo y Juan Sasturain, quienes, en años posteriores, aportaron presupuestos más modernos a nivel narrativo. También cabe recordar a Norberto Buscaglia o a Leonardo Wadel, para el que dibujó en sus inicios al popularísimo detective Vito Nervio durante casi 15 años.
sus obras maestras
Alberto Breccia tuvo una larga carrera llena de obras maestras. Pero entre sus obras imprescindibles están:
- Mort Cinder, una historieta que se publicaba por entregas en la revista Misterix. narra la historia de un anticuario londinense al que el destino lleva a conocer a Mort Cinder, el hombre eterno. Aquí ya se pudo ver el minucioso trabajo de claroscuro que caracteriza a Breccia, de fuertes contrastes.
- El Eternauta, también con Oesterheld, es un remake de un clásico argentino, donde comienzan los experimentos plásticos a la hora de representar lo extraño.
- Los mitos de Cthulhu, de la que ya hemos hablado anteriormente.
- El corazón delator, basada en un relato de Edgar Allan Poe.
- Un tal Daneri, ambientada en Mataderos, el barrio de Buenos Aires donde transcurrió su infancia.
- Érase otra vez, una compilación de versiones perversamente irónicas de los cuentos de Grimm con un desconcertante uso del color.
- Drácula, una patética visión del monstruo gráficamente impactante como triste metáfora del fin de la dictadura.
- Perramus, su serie moderna de mayor recorrido, que convierte en personaje a Borges y reflexiona sobre la recuperación del país tras el regreso de la democracia.
- Informe sobre ciegos, es la adaptación de un fragmento de la obra de Ernesto Sabato Sobre héroes y tumbas.