Se acabaron las vacaciones. Empiezan los buenos propósitos de la nueva etapa post veraniega. Con el relajo estival a todos nos da por pensar en hacer cosas y mejorar en todo. Es inevitable, como los coleccionables.
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Seguro que a casi todos nos asaltan las mismas aspiraciones y anhelos. Buscaré mejores clientes, cobraré más, estoy harto que me tomen el pelo. Si en dos meses no pasa esto haré esto otro. A la mayoría se nos pasa por la cabeza fugarnos a otro país, a otra ciudad, a otro trabajo.
Normalmente queremos ser más ordenados, hacer más deporte, comer mejor, ver más a la familia y a los amigos. De este año no pasa que no haga…
Pero todos somos conscientes de que salvo en casos excepcionales las cosas no cambian demasiado. En general, el motivo es que somos demasiado ambiciosos. Deseamos cambiar tantas cosas que al final nos agobiamos y no hacemos nada. Y lo dejamos aplazado para después de Navidad, que es otra fecha de recapitulación.
Yo lo tengo claro… En primer lugar me voy a quitar cosas de las que recibo por mail. Avisos, newsletters, spam… Con 3.000 correos en el mes de agosto (imaginaos en un mes normal) ya no puedo más. También me voy a quitar a gente de Facebook, que hay veces que me pierdo en mi timeline. Esto en cuanto a la limpieza digital.
En cuanto al tema laboral, vamos a dejar de trabajar con los clientes que no son rentables, con los que son unos pesados, con los que no nos gusta su manera de pensar y con los no tienen ni idea de lo que hacemos. Bueno, igual nos quedamos sin clientes pero ¡y lo felices que seremos!
En cuanto a lo más personal voy a dedicarle algo de tiempo a decorar mi casa que falta le hace. ¿A que ha quedado bonito el póster caligráfico Light it Up de Eric Olivares?
El problema mayor lo tengo con Gràffica. La montaña es tan alta y tiene tantas caras que entre todos no sabemos por donde atacarla. La cara Norte necesita muchos recursos que no tenemos, por la cara Sur necesitamos muchos porteadores que igual podemos conseguir. Por la cara Este todavía no estamos preparados para afrontarla y por la cara Oeste tal vez con paciencia y con un poco de suerte lleguemos a la cima.
Imagino que no os habréis enterado de nada de lo de la montaña y cómo escalarla, pero en el fondo las propuestas veraniegas son un poco esto. Mirar, valorar cuales son los riesgos de la escalada, buscar el mejor momento y afrontarla con la paciencia y los conocimientos adecuados.
Pedir mucho después del verano suele llevarnos a una frustración casi asegurada. Con un par de cosas que consigamos cambiar de nuestro día a día ya será mucho. Y con un par de cosas cada vez que nos pongamos a reflexionar, en un par de años estamos en la cima.
¿Empezamos la escalada?