¿Cómo puedo darle valor al diseño? ¿El diseño puede ser arte? Estas cuestiones, entre otras, son las que Xosé Teiga plantea en philosophia. Un proyecto que, además de reflejar su forma de pensar, también se ha convertido en un ejercicio reivindicativo, en el que el diseñador denuncia la falta de apoyos de las instituciones a la cultura en general y al diseño en particular.
«En este texto narro mi experiencia personal y describo lo que cualquiera se puede encontrar cuando busca un apoyo en las instituciones en Galicia», explica Xosé Teiga. «Organizaciones que constantemente están presumiendo en los medios de comunicación de todo el apoyo que dan a la cultura y de la defensa que hacen de ella, lo cual no es cierto».
El caso es que, mientras desarrollaba la exposición philosophia –propuesta por la profesora Sofía Escudero en la Universidad Politécnica de Valencia– en la que mostraría en Valencia mi trabajo gráfico más desconocido, me encontré con muchas dificultades y sin apoyos. La exposición la titulé philosophia, en ella anunciaba una apuesta por mostrar un proceso de trabajo, en el que le daba importancia a la forma de pensar y mirar lo que me rodea».
«El pasado 5 de marzo la exposición se inauguró en Galicia en la Universidade de Vigo, adapté los contenidos iniciales al espacio donde se mostrarían –la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra– para aprovechar este evento como excusa para reivindicar que el diseño puede ser arte».
«Cuando me llegó la invitación para desarrollar esta muestra, planteé la idea de aprovechar esta ocasión para definirme más como persona y como individuo creativo, con el objetivo de conseguir que este evento fuese una excusa para corregir mi trayectoria creativa, e iniciar un itinerario artístico partiendo del diseño. El primer paso fue seleccionar 66 conceptos que definieran o tuviesen algo que ver con mi forma de pensar y mi proceso creativo. Luego los traduje al latín para trabajar sobre esos conceptos y generar imágenes basadas en la investigación gráfica, que a la vez estuviesen relacionadas con mis procesos creativos».
A partir de este punto, Xosé Teiga comienza el desarrollo de los contenidos expositivos. Dentro de ellos, concibe un libro que surge de la necesidad de «darle más valor al diseño», en el que reivindica que esta disciplina puede ser entendida como arte si esa es la intención del creador. «Me pareció importante plantear que el diseño es también una técnica para expresar ideas, emociones y estados del subconsciente», dice.
Durante este proceso de concepción del contenido de la exposición, Xosé ha contactado con diferentes instituciones gallegas, privadas y públicas, para solicitar su colaboración en la edición de un libro catálogo. Sin embargo, el resultado es cero apoyos, y en la mayoría de los casos «ni siquiera una respuesta», afirma.
«Esto me produce un estado de incomprensión, de desamparo y de desanimo. Pero como soy un luchador nato, decido generar una acción protesta para dar a conocer esa falta de apoyo por la cultura y por los que generamos esa cultura. Le doy un giro de 180º al proyecto, y decido editar un libro que muestre mi obra gráfica más experimental y menos conocida. Un libro con obras inéditas en una edición limitada, con el fin de sacrificarlas en la hoguera para aportarle más valor al trabajo, por el hecho de salvar algunas de ellas. Este libro será el privilegio de unos pocos, de los pocos que me han apoyado de forma incondicional».
Los diseñadores con estudios de infraestructura pequeña como el de Xosé Teiga, desgraciadamente tienen escasos recursos para desarrollar este tipo de actividades. Xosé buscó apoyo en alguien comprometido con el sector, que tuviera interés por lo que iba a hacer. Finalmente lo encontró en Carlos Gil, propietario de Agencia Gráfica.
«El objetivo final es que la acción se transforme en una protesta que haga reflexionar en el futuro a las generaciones de diseñadores que vienen detrás, sirviendo de motivación para transmitir un mensaje de rebeldía, al tiempo que fomenta una revolución basada en el inconformismo y transmite un mensaje de esperanza de que todo es posible si uno lucha».
Hacer un libro que sea lúdico y que refleje la forma de pensar. Xosé Teiga sólo ha salvado 25 libros y quemado otros 100 con el fin de hacer que el libro se convierta en una pieza de coleccionista. Un acción de rebeldía. El proceso de grabación pretende dejar constancia de que este hecho es real.
Actualizado 04/04/2015