PEDRO VICENTE
Estudió fotografía en Reino Unido cuando en España no existía una formación regalada en esta materia. Tras cursar un Máster oficial en Teoría del Arte Contemporáneo en Londres y con cerca de seis años como docente en las universidades de UCA y LSBU de Reino Unido en Teoría e Historia de la Fotografía, decidió volver a España e impartir clases ‘diferentes’ de fotografía más cerca de casa. Se decidió por Elisava, donde desde hace tres años dirige el Máster de Fotografía y Diseño. Además, dirige diferentes simposios y conferencias internacionales sobre Teoría de la fotografía, es editor de la revista académica Philosophy of Photography y comisario y colaborador de numerosas revistas de fotografía internacionales. Por último, este año se embarca en un nuevo proyecto llamado VISIONA, un programa de imagen en Huesca con exposiciones, talleres y ciclos de cine.
Fotografía y diseño. ¿Cuánto se necesitan la una a la otra? ¿Es preciso una formación de fotografía para los diseñadores? Hemos conversado con Pedro Vicente, director de Máster de Fotografía y Diseño de Elisava -junto a Pep Benlloch-, una de las escuelas de diseño e ingeniería más prestigiosas de España. En octubre se inicia la tercera edición de esta formación ‘diferente’, donde se aprende del error y a partir de proyectos fotográficos que se abordan desde todas sus fases, desde la reflexión de cada uno a su publicación.
¿Qué papel crees que juega la el diseño en el campo de la fotografía? El diseño es fundamental en la fotografía. Es la contextualización y la manera de mostrar y de poner en el mundo las imágenes. De nada sirve hacer las mejores fotografías del mundo o el mejor proyecto del mundo si no somos capaces de ponerlo en contexto, de hacerlo visible. Y ese es el papel del diseño en el máster, hacer de marco en la presentación de nuestros proyectos y saber explicarlos cómo se debe.
¿Y hasta qué punto precisa un diseñador la fotografía? La fotografía como herramienta para expresar ideas es una de las armas creativas más importantes del siglo XXI y más ahora que ya no necesitas una cámara fotográfica estrictamente hablando. Con un móvil y según con cual puedes hacer fotos con una calidad relativamente buena. Es muy importante que los profesionales creativos sepan, además de escribir y diseñar, comunicar ideas con fotos, que es definitivamente lo que enseñamos en Elisava.
¿Por qué elegiste Elisava para impartir tus clases de vuelta de Reino Unido? Porque se daban diferentes situaciones. Por un lado, tenía la seriedad de una institución que se dedica desde hace muchos años a la enseñanza, con el rigor de la Universidad Pompeu Fabra detrás y con unas condiciones que me permitían una cierta flexibilidad para salirme de la enseñanza tradicional de la fotografía que se realiza en la mayor parte de las escuelas en España. Una libertad para innovar y enseñar de una manera totalmente diferente a como se hacía en ese momento.
¿En qué sentido es diferente esta formación? Partimos de proyectos y de la propia experiencia del alumno y del propio error de cada uno. Nuestra formación se basa en la práctica continua. No separamos como se hace tradicionalmente en la enseñanza de la fotografía por un lado la técnica, la práctica, la teoría… nosotros no tenemos esa diferenciación. Todo es fotografía y ante un proyecto trabajamos al mismo tiempo la técnica, las cuestiones prácticas y la teoría, pensamiento, conocimiento que requieren.
El alumno que cursa sus estudios con vosotros, ¿qué tipo de perfil tiene como fotógrafo? Nosotros lo que intentamos es ofrecer al alumno todos los ámbitos, opciones y posibilidades que puede encontrar en el mundo de la fotografía para que luego él sea el que decida en cual de ellas se especializa. Eso es algo muy personal y que paradójicamente cada día se está dando menos, porque a los profesionales, el mercado les exige ser multidisciplinares: diseñar un folleto, una página web pero también realizar un reportaje de fotos. Este máster es un gran abanico de todas las disciplinas que incluye la fotografía y que el alumno sepa desenvolverse en todas ellas.
¿Y los alumnos que cursan este máster, tienen algún tipo de posibilidad de realizar prácticas en empresas, agencias o estudios que les garanticen una salida profesional? Sí, en Elisava intentamos que aquel alumno que lo quiera y requiera pueda hacer prácticas. Tenemos alumnos de una gran disparidad de experiencia. Alumnos sin experiencia que acaban de terminar su formación académica, pero también profesionales asentados con su propio estudio y que no requieren prácticas porque ya tienen encauzada su carrera profesional. Pero aquellos que desean realizar prácticas, intentamos adecuarnos a las necesidades de cada uno y que trabajen en aquellos aspectos que más les ha gustado en la formación. Y sí, tenemos convenios con galerías de arte, empresas de diseño y agencias, etc. donde poder realizar sus prácticas.
En la oferta del máster vemos que hay tres posibilidades, el completo de 60 créditos o dos más específicos de 30. ¿En qué consisten? En principio el máster son 60 créditos, pero al mismo tiempo pensamos que en estos momentos en que todo tiene que ser muy flexible, estaría muy bien idear un sistema por el que alguien pudiera hacer solamente medio máster y obtener un título de Postgrado universitario en fotografía, que pudiera hacer la otra mitad o las dos. Además, los módulos están pensados de tal manera que se pueden hacer en cualquier orden. Uno puede pensar que lo lógico es empezar en octubre y acabar en julio. Pero tenemos muchos alumnos, especialmente sudamericanos, que tienen el año académico al revés que nosotros y empiezan en marzo y continúan luego en septiembre con el segundo. El de septiembre está orientado a la realización de un proyecto y el de marzo a la publicación de un proyecto, es decir, sus estrategias y situaciones para cada uno. No es lo mismo un reportaje de fotoperiodismo que una fotografía publicitaria.
¿Qué nos puedes contar del profesorado? Intentamos contar siempre con profesionales más que con académicos, aunque tenemos profesores que cumplen los dos perfiles. Pero creemos que en este tipo de estudios más profesionalizadores que académicos, lo importante es que el alumno esté en contacto con profesionales reales que trabajan cada día en la misma materia que enseñan. Además son gente con una gran capacidad para enseñar porque llevan mucho tiempo haciéndolo. Y tanto nosotros como los alumnos, lo que más valoran año tras año es la dedicación, entrega y serviduría de nuestros profesores.
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