Pablo Auladell ha sido galardonado con el Premio Nacional de Cómic 2016 por su obra El paraíso perdido. En su decisión, el jurado ha valorado «su gran valor artístico, la fuerza visual, el uso original de la iconografía y la narrativa que consigue al mismo tiempo ser arquetípica y plenamente actual en su obra».
«La noticia me pilló por sorpresa y trabajando. No esperaba que ‘El paraíso perdido’ tendría esta repercusión. En el Salón del Cómic de Barcelona ni siquiera obtuvo una nominación», nos cuenta Pablo Auladell.
Según explica el dibujante, el proceso de desarrollo de ‘El paraíso perdido’ fue un tanto accidentado: «Desde la editorial Huacanamo –una pequeña editorial de Barcelona especializada en poesía– me encargaron esta adaptación de John Milton, pero el proyecto se detuvo. No fue hasta más tarde cuando se retomó a través de la editorial Sexto Piso».
Una de las características que el jurado ha destacado ha sido el peculiar tratamiento del color. Auladell lo atribuye a que se trata de un trabajo de color un tanto inusual: «Creo que el color es como una golosina con la que hay que tener cuidado para no empalagarse», afirma. De este modo, el color en ‘El paraíso perdido’, más que un valor ornamental, adquiere un papel fundamental de narración en el que cada parte tiene un significado, como los colores salmón para trasladar al lector al infierno, amarillos para la parte terrenal o los blancos y azulados para la parte celestial.
Pablo Auladell Pérez (Alicante, 1972) es docente del Master Ars in Fabula y de la AIF Summer School en Macerata (Italia). Ha ilustrado más de treinta álbumes, novelas y cómics y su obra ha sido expuesta en galerías y ferias de Madrid, Barcelona, Roma, Bolonia y Ginebra. Asimismo, ha impartido charlas y talleres en España e Italia.
Auladell realizó sus primeras fanzines en 1996 con el colectivo autoral ‘La Taberna del Ñú Azul’ integrado por los dibujantes Miguel Ángel Díez y Miguel Ángel Bejerano. Su primer álbum de cómic, El camino del titiritero, le vale una nominación al premio al Autor Revelación en el Salón de Barcelona de 2002.
En sus publicaciones ha desarrollado su propio territorio narrativo además de revisitar e ilustrar contemporáneos y clásicos. Su trabajo ha sido reconocido con el premio del Ministerio de Cultura a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles en 2005 por Peiter, Peter y Peer y otros cuentos de Andersen, y el galardón al Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona de 2006 por La Torre Blanca (2005). Entre sus últimas publicaciones destacan La feria abandonada (2013), La leyenda del Santo Bebedor (2014) y La puerta de los pájaros (2015).
El premio, otorgado por el Ministerio y dotado con 20.000 euros, tiene como objeto distinguir la mejor obra de esta especialidad publicada en cualquiera de las lenguas del Estado durante el año 2015.
