Oscar Mariné es uno de esos diseñadores de quienes viendo su trayectoria y su experiencia uno siente sana envidia, admiración y mucho respeto. Diseñador, ilustrador, tipógrafo y artista, Oscar Mariné está considerado como uno de los comunicadores de mayor relevancia en la era post-franquista y de la contracultura en España. En los 90 tuvo la oportunidad de trabajar en Nueva York, donde conoció y entabló amistad con su vecino, Tibor Kalman, y puede presumir de haber salido de juerga con Alan Fletcher, Dan Friedman, Erick Spiekerman… Inquieto, frenético y viajero imparable, hoy recién aterrizado responde a las preguntas de nuestro Fotomatón.
Nombre completo: Oscar Mariné Brandi.
Fecha y lugar de nacimiento: Madrid, 26 de septiembre, 1951 [The year of the Cat].
Un día cualquiera de Oscar Mariné… Desayuno tranquilo, un poco de lectura, voy al estudio –ahora estoy pintando en una nave– bocetos, (………) de colores, pinturas, tratamiento de fondos… Pintar, comer, pintar, paseo y un poco de ejercicio. Una buena peli –adoro el cine– cada día de mi vida. Cena, lectura de nuevo. Familia, amigos… lo que se tercie.
De pequeño querías ser… Arquitecto para poder dibujar, proyectar, construir… y hacer cine, dirigir películas… Mi padre es director de fotografía y yo nací prácticamente en un plató.
¿Qué diseños recuerdas de tu infancia? Los coches americanos, los autobuses ingleses, la radio Telefunken y la nevera Westinghouse, las portadas de los discos, los tebeos, el mecano y los juegos reunidos.
Diseñador, ilustrador, tipógrafo, artista. Con qué denominación te sientes más identificado? Comunicador. Mi buen amigo Tibor Kalman me escribió un texto en el que decía: «lo hacemos ahora es comunicar; la gráfica era una cosa de los 50». Estoy totalmente de acuerdo.
¿Cómo y cuándo decidiste dedicarte al diseño? Monté una compañía de camisetas para poder hacer mis primeros diseños. Después una distribuidora de discos independientes para hacer portadas, Pancoca, y después Madrid Me Mata, para aprender a hacer revistas. En los 80, la época de la new wave y el punk (La Movida en España) fue el momento del do it yourself. No hacía falta saber, eso ya llegaría. Con vocación y trabajo todo era posible.
En Madrid Me Mata aprendí todo, a encargar el planillo, titular, subtitular, poner en página, valorar las fotografías. Editar una revista es una gran escuela y una experiencia inolvidable. Trabajar con un montón de gente alrededor, fotógrafos, periodistas, ilustradores. Lo mejor del momento y por supuesto aprendí mucho de todos ellos.
¿Con música o en silencio? Siempre con música. Mi vida siempre está ligada a la música, la buena música. Mi generación fue crucial en la historia de la música popular, y yo un ferviente admirador del pop, rock and roll, rhythm & blues, funk, jazz, blues, etc. Tengo una discoteca decente de vinilos, CDs y cassettes con mucha actualidad y, por supuesto que los pongo en cuanto puedo.
El nombre de un diseñador gráfico, un director de arte y un fotógrafo con quien te gustaría trabajar. Me gustaría haber trabajado con Kalman. Desgraciadamente murió joven y no pude disfrutar más de su compañía. Era un tipo absolutamente genial, en su estudio de NYC se hacía un trabajo excelente y pasé muchos días con él, pues en el 93 / 94 éramos vecinos.
He trabajado muchas veces con Jordi Socías un gran fotógrafo/editor desde Madrid Me Mata. Hemos estado juntos en varias aventuras: El Europeo. Hicimos el proyecto gráfico de un semanario político Cambio 16. Competir con los equipos de Time, Newsweek, en los quioscos fue todo un reto. Hicimos la dirección de arte durante un año. Después hice el proyecto gráfico de Marie Claire España con el director de arte norteamericano, Mark Michaelson.
Con Alan Fletcher, Dan Friedman, Erick Spiekerman, nunca he trabajado, sólo he salido de juerga.
Lo que más te atrae del diseño como profesión y como disciplina. El trabajar en todos los sectores, todo tipo de empresas, problemas. Es imposible aburrirse. Cine, zapatos, bolsos y maletas, vino, teatro, museos, bebidas, turismo, coches, libros, arte, industria… Hay que saber de todo y mucho.
Lo que menos te gusta de tu trabajo. Todo me gusta.
Un buen diseñador es aquel que… Considera el conocimiento base de su trabajo y resuelve los problemas de forma impecable cueste lo que cueste.
La frase más disparatada que te ha dicho un cliente. No recuerdo ninguna ahora mismo.
¿Qué consideras que se debería enseñar en las escuelas de diseño y no se enseña? A trabajar. A ser útil en un equipo. Como en otras profesiones después de las titulaciones, vienen las prácticas y ahí cambia todo, tienes que saber resolver cualquier situación. Es igual en medicina, que jugando al fútbol. Hace falta tiempo para ser un buen profesional, no valen las prisas, hay que hacerse, despacio. El título es el banderín de salida.
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La mayor dificultad, cuando empezaste a trabajar, fue… Los comienzos siempre son difíciles, pero también excitantes. Cuando pasa el tiempo lo recuerdas con mucha emoción.
Por aquel entonces no había internet ni Facebook ni Twitter, ¿cuál era tu método para contactar con los clientes? Parece que estemos hablando del Pleistoceno. Había muy buena prensa, revistas de tendencias influyentes, asociaciones profesionales. Tú sabías donde tenías que acudir para estar conectado.
Cómo llevas el paso del entorno analógico al digital? Te llevas bien con las nuevas tecnologías? Ya no me acuerdo. Cuando abrimos en Nueva York en los noventa ya teníamos conexión a internet. Todo lo que hicimos fue gracias al proceso digital. Teníamos los dos estudios conectados y pudimos salir adelante. Desde entonces hemos trabajado para clientes en Japón, EEUU, UK, Dinamarca…
¿Consideras que ese entorno digital ha afectado a la hora de trabajar? ¿Esos cambios han sido para bien… para mal… o un poco de todo? Las nuevas herramientas ayudan muchísimo, pero no tienen nada que ver con el talento.
¿Sueles estar atento al mundo de las tendencias, diseño, arte, música moda? Sí, de algunas. Me interesa el arte, leo todo lo que puedo, la música, el cine.
Algo que echas en falta en el diseño actual. Nada, va todo bien.
El último libro que has leído. En la orilla, de Rafael Chirbes; Los hermanos Karawazow, de Dostoiewsky.
La última película que has visto. She wears a yellow ribbon, de John Ford, remasterizada.
Échale imaginación. ¿Qué les propondrías a los políticos? Que se ocupen de los concursos. Cuando juega la selección de fútbol juegan los mejores, no hacen concursos de amateurs.
¿Qué les recomendarías a los jóvenes que quieren dedicarse al diseño? Que se lo piensen bien, hay que tener verdadera vocación y ser fuerte. Es una carrera de fondo.
Tu foto en la portada de una revista, ¿qué revista y por qué razón? En la revista Artforum por el proyecto de carteles tipográficos Leyendas con Estrella, una serie de conciertos de Estrella Galicia en las que he utilizado tipografías originales de Nashville. El mismo Eric Burdon me pidió que le firmara uno de los carteles.
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+info: oscarmarine.com