Omnicom cierra DDB, FCB y MullenLowe y anuncia más de 4.000 despidos: cae un siglo de historia publicitaria

Omnicom consumó la absorción de IPG y confirmó una reestructuración sin precedentes: tres marcas históricas —DDB, FCB y MullenLowe— dejarán de existir en 2026. El ajuste incluye más de 4.000 despidos globales y una reorganización que concentra el poder creativo del holding en solo tres redes: TBWA, BBDO y McCann. La decisión supone un punto de inflexión para la industria. Con la fusión ya cerrada, Omnicom ha creado una nueva división creativa, Omnicom Advertising, que operará únicamente a través de TBWA, BBDO y McCann. En este esquema, TBWA absorbe las estructuras de DDB y MullenLowe, mientras que BBDO incorpora la red completa de FCB. McCann se convierte en la heredera directa del legado creativo de IPG dentro del nuevo conglomerado. La medida no es solo un cambio nominal: implica el desmantelamiento operativo de algunas de las agencias más influyentes del último siglo. DDB, referente de la revolución creativa de Madison Avenue; FCB, una de las redes más antiguas del mundo; y MullenLowe, heredera de décadas de publicidad británica y latinoamericana, dejarán de existir como marcas independientes. El impacto humano es igualmente profundo. Omnicom ha confirmado la eliminación de más de 4.000 puestos de trabajo en todo el mundo, centrados en departamentos administrativos y áreas duplicadas tras la fusión, aunque el alcance final podría ser mayor a medida que se implementen los ajustes locales. Estas salidas se suman a los recortes efectuados por IPG y Omnicom en 2024 y 2025, en un contexto de presión por eficiencia y optimización de costes. Con ingresos combinados superiores a los 25.000 millones de dólares anuales, el nuevo holding se convierte en el actor más grande del sector, por encima de WPP y Publicis. Su estrategia apunta a una integración vertical que reúna creatividad, medios, datos, producción y tecnología en un único ecosistema global. Sin embargo, la desaparición de marcas tan icónicas abre interrogantes entre anunciantes y equipos locales. Para muchos clientes, la identidad, cultura y metodología de sus agencias formaban parte esencial de la relación de trabajo. Las próximas semanas serán clave para observar qué cuentas se mantienen bajo el nuevo paraguas y cuáles optan por explorar alternativas. La industria asiste así al cierre de una era. Lo que Omnicom anuncia como una simplificación estructural supone, en realidad, un replanteamiento profundo de la tradición creativa global. Un siglo de historia publicitaria se reconfigura en apenas unas líneas estratégicas, dejando al sector ante un escenario inédito marcado por la concentración, la incertidumbre y una competencia cada vez más definida por la tecnología y los datos.

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