Miquel Milà, el genio del diseño industrial español

Miquel Milà, nacido en 1931 en el seno de una familia aristócrata catalana y Medalla de Oro a las Bellas Artes 2016, es uno de los genios del diseño industrial español. 

Inició su carrera profesional a finales de los 50 –cuando el país atravesaba una fuerte crisis- colaborando en el despacho de los arquitectos Alfons Milà Sagnier (su hermano) y Federico Corea.

La escasez de materiales propia de la época, incitó al creativo a crear sus propios muebles y lámparas con todos los elementos que estaban a su disposición. De esta forma, junto con dos amigos –F. Ribas Barangé y E. Pérez Ullibarri- Miquel Milà creó Tramo, la empresa que lo dirigiría hacía el diseño industrial.

De esta empresa surgieron las famosas lámparas TMC de 1958 y TMM de 1961, clásicos que se convirtieron en referente del diseño industrial. Milà fue heredero del Movimiento Moderno, por lo que sus proyectos recrean la limpieza del objeto simple y son fieles a la necesidad de crear bajo un marco de honestidad.

Influenciado por los diseñadores y arquitectos de la época, Miquel Milà participó en reuniones y asambleas donde pudo expandir sus ideas que fermentaron en la creación del ADI FAD, en la que participaron André Ricard, Antonio de Moragas, Oriol Bohigas, Alexandre Cirici Pellicer, Manel Cases, Rafael Marquina y Ramón Marinel, etc. A través de la fundación, que servía de contacto entre los jóvenes profesionales del sector, se difundían las ideas del diseño español en el extranjero.

En 1987, fue reconocido con la primera edición del Premio Nacional de Diseño, y en 1993, con la Creu de Sant Jordi. Además, en 2008, recibió el Compasso D’Oro gracias a su trabajo y contribución a la difusión del diseño español más allá de la frontera.

Algunos de sus trabajos más conocidos son la lámparas Cesta (1964), de madera; la Manila (1961), de caña; la M68 (1968) y el banco Neoromántico (1995).

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