Como ocurre con otros movimientos sociales, la lucha por los derechos del colectivo LGTBI cuenta con una serie de símbolos para identificar su causa. La bandera arcoíris es uno de ellos, una imagen hoy por hoy mundialmente utilizada y reconocida. Mientras que activismo LGTBI evoluciona y se enfoca en colectivos como el transexual, la bandera arcoíris también se transforma y deja paso a nuevos colores que responden a las demandas de un movimiento que no cesa en su búsqueda de la igualdad.
Breve historia de la bandera arcoíris
En 1978 el activista estadounidense Gilbert Baker diseñó la primera bandera del orgullo gay. En ella se utilizaban los colores del arcoíris para representar la diversidad de gays y lesbianas de todo el mundo. El diseño original constaba ocho colores: el rosa representaba la sexualidad, el naranja la salud, el rojo la vida, el amarillo la luz del sol, el verde la naturaleza, el turquesa el arte, el índigo la serenidad y el violeta la espiritualidad.
Tras su salida a la luz, la bandera diseñada por Baker se volvió altamente demandada. Ante esta situación la compañía que la confeccionaba empezó a producir un nuevo diseño sin la franja rosa debido a que no existía suficiente tela de ese color en los almacenes de sus proveedores para cubrir todos los pedidos. Más tarde, en 1979, la bandera fue modificada de nuevo, ya que al colgarse verticalmente en las farolas de San Francisco se observó que el poste de éstas ocultaba la franja de color central. Se optó entonces por eliminar también el color turquesa para conseguir un número par de franjas y así solucionar el problema, dando origen a la versión de de seis colores que hoy todos conocemos.
La bandera del orgullo transexual
A pesar de que existen diferentes banderas utilizadas para simbolizar el orgullo transexual, la más extendida es la creada en 1999 por la activista transexual estadounidense Monica Helms. Esta bandera, exhibida por primera vez en la marcha del orgullo de Phoenix del año 2000, consta de cinco franjas horizontales: dos azules, dos rosas y una blanca en el centro. Los colores azul y rosa se utilizan por ser tradicionalmente los que identifican a niños y niñas. La franja central es blanca y representa a las personas intersexuales, en transición o que se consideran de género neutral o indefinido.
#ProtectTransKids
En febrero de 2017 una fuerte polémica hizo que la bandera del orgullo transexual cobrase un inesperado protagonismo. El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que acabaría con las medidas de protección a alumnos transexuales en las escuelas de su país, una iniciativa impulsada por su predecesor Barak Obama. Esta controvertida decisión desencadenó todo un movimiento social bajo el eslogan “Protect Trans Kids” que organizó manifestaciones y que inundó las redes sociales con la bandera transexual y el mensaje del movimiento.
Más banderas. Haciendo visible la diversidad
La naturaleza heterogénea de los movimientos sociales a lo largo del planeta hace que en diferentes contextos y comunidades se empleen distintas versiones de los símbolos que representan el orgullo y la diversidad sexual. Algunos de ellos son variaciones regionales de la bandera arcoíris, otros representan orientaciones sexuales concretas como la asexualidad, subculturas dentro del colectivo como la comunidad bear, o corrientes estéticas como la indumentaria leather. Mediante el uso de estos recursos visuales, personas sexualmente diversas de todo el mundo pueden identificarse, encontrarse y ejercer sus derechos asociados con la libertad sexual.
#MoreColorMorePride
En junio de 2017 una nueva polémica sembró el debate entre la propia comunidad LGTBI de EEUU, cuando el ayuntamiento de Filadelfia utilizó una bandera del orgullo con franjas de color marrón y negro por encima del resto del arcoíris. Su objetivo era crear conciencia sobre la situación de desigualdad que afrontan los ciudadanos de color pertenecientes al colectivo LGTBI. Esta acción desató una fuerte polémica entre quienes defendían la neutralidad y universalidad de la histórica bandera arcoíris, y aquellos a favor de una nueva bandera, que sin sustituir a la original, ayudase a visibilizar las dificultades de una parte concreta del colectivo.
Nuevos tiempos exigen nuevos símbolos
El terreno de la lucha por los derechos sociales y la igualdad está en constante evolución. Las redes sociales facilitan más que nunca la organización de colectivos y la difusión de mensajes e imágenes que los acompañen. Ya sea que surjan de forma espontánea o premeditada, la gran variedad de símbolos que representan al colectivo LGTB no solo es coherente con su defensa de la diversidad, también demuestra que es posible ser diferentes y a la vez estar unidos bajo una causa común.