La colección de libros de bolsillo de Alianza Editorial, el sello que nació en 1966 y que enseñó a leer a varias generaciones con los clásicos de la literatura y el pensamiento, revolucionó el panorama cultural con las cubiertas de Daniel Gil. Hoy, más de 40 años después, Manuel Estrada, alumno de Gil, ha renovado ese diseño.
Un ambicioso proyecto de renovación de forma y contenidos, con nuevas propuestas y nuevos títulos, así como con la puesta al día del prestigioso catálogo, de 1.600 títulos, por el que apuesta esta editorial, con nombres como Proust, Salinger, Freud, Hermann Hesse, Kafka, Brecht o Clarín.
El rediseño, un proyecto muy ambicioso, no solo ha afectado a las portadas de la colección sino que ha sido un trabajo global que ha pasado por mejorar el libro en su conjunto, incluso el logo de Alianza Editorial ha sido retocado.
El formato de los libros se ha redimensionado. A partir del estudio de una amplia muestra de libros de bolsillo, han llegado que el formato 120×180 es es que mejor se adapta a las condiciones del nuevo planteamiento. El formato 120×180 mm permite una mejor situación de la caja de texto y márgenes. Mantiene la “altura Alianza” y con el nuevo ancho permite mejorar el interior de página, aumentando los márgenes en favor de una lectura más confortable.
Pero donde más carga creativa han utilizado es en las portadas, en las que han desplegado un abanico gráfico importante. Metáforas visuales que utilizan todo tipo de recursos gráficos. Fotografía, ilustración, tipografía (nos gustan especialmente las portadas hechas con tipos moviles -a los que les han dado la vuelta, por cierto-), para crear iconos y convertir el libro casi en un objeto.
Si tenemos que sacarle un pero, lo podríamos hacer en el diseño de los lomos. A pesar de que es difícil unificar un criterio que funcione en toda la serie, sería deseable algo que nos acerque al gran despliegue de recursos que aportan las portadas y que en los lomos se quedan en nada (tipografía en negro, foto en blanco y negro y en ocasiones se destaca el autor pero en otras el título), más allá de la descompensación tipográfica lógica ante la diferencia de los anchos de lomo.
En declaraciones a EFE, Manuel ha comentado que ha intentado que con el nuevo diseño se gane “potencia visual y legibilidad”, con una mejor encuadernación y materiales.
Esta puesta al día del libro de bolsillo ha sido desarrollada por Manuel Estrada, Roberto Turégano y Lynda Bozarth. Sin duda, un reto muy arriesgado sobre todo por tratar de reinterpretar a Daniel Gil, como ha recordado Roberto Túregano.
“Daniel fue mi maestro y amigo; por eso este proyecto, en el que hemos trabajado más de dos años, ha sido muy difícil. He intentado dar una continuidad e introducir lenguajes añadidos, pero sin perder la obra del maestro y su obsesión por cuidar el libro y el diseño”, ha argumentado Estrada.