Luz Interruptus un colectivo artístico de guerrilla. Desde el anonimato desarrollan intervenciones urbanas en espacios públicos. La luz es su materia prima y la noche su lienzo. Su arte urbano ha recorrido ya diferentes países. Recientemente han estado en el festival Lumiere de Durham, donde han presentado la instalación Consumerist Christmas Tree. Un árbol de Navidad gigante realizado con bolsas de compra recicladas que pone de manifiesto esa locura de fiebre consumista y de generación de residuos a la que nos vemos abocados en estas fechas.
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Para llevar a cabo la pieza Consumerist Christmas Tree, Luz Interruptus se ha apoyado en la instalación Basura plástica custodiando museo, que el colectivo ya había llevado a cabo en el Gewerbemuseum. Pero esta vez incluye una doble intención de denuncia: «Por un lado, el uso masivo de bolsas de plástico y las consecuencias que este tiene para la medio ambiente», apuntan en su web, «y por otro, el consumo excesivo e innecesario que se produce en estas fechas navideñas».
Para Luz Interruptus, este proyecto ha sido un plato servido en bandeja. El área que les asignaron para su ubicación era la zona comercial del centro de la ciudad y contaba con el patrocinio de la asociación de comerciantes, que había pedido que la pieza se conservara durante el periodo navideño. Además, durante todo el periodo que estuvieron trabajando en la pieza, «coincidió la huelga de los servicios de basura de Madrid, por lo que con más motivos, estuvimos totalmente solidarizados con los trabajadores», comentan. «Para llevar a cabo nuestro gigante Consumerist Christmas Tree, por supuesto, necesitamos la colaboración de muchos vecinos, que debían darnos las bolsas que iban acumulando con las compras previas a la Navidad».
Realizar un proyecto así requiere colaboración. Luz Interruptus organizó una campaña previa de difusión, «para animar las donaciones». Así, se invitaba a cambiar bolsas de plástico por otras de tela diseñadas para la ocasión. ¿El resultado? Consiguieron unas 4.000 unidades, de las que acabaron usando 3.000. «Para darles volumen –dicen–, las llenamos con plástico transparente, generado por las tiendas de alrededor durante las fechas de montaje, inimaginable la cantidad de plástico de embalaje que se desecha en los comercios en estas fechas».
El proceso de montaje contó con la ayuda de vecinos y colegios, a los que Luz Interruptus convocó para que se acercaran a su espacio de trabajo. «Una tienda que se había quedado vacía y que nos sirvió para montar un taller que más que un espacio de trabajo parecía un parque de bolas gigantes, donde lo que más apetecía, era zambullirse entre las bolsas y quedar sepultado. Con mucha ayuda, logramos terminar el trabajo en una semana».
Con las bolsas llenas y cerradas, el siguiente paso fue echarse a la calle, «concretamente a la plaza del Prince Bishops Shopping Centre, donde nos esperaba una enorme estructura prefabricada en forma cónica de 9 metros de alto que debíamos forrar con nuestro material plástico», apuntan. «Después, sólo nos quedó meter luz en el interior y ya estaba listo nuestro plastificado y reciclado árbol navideño, hecho a base de montones de bolsas consumistas, que se podían haber dejado de fabricar si la gente concienciada se llevara sus propias bolsas cuando van a hacer la compra».
Como remate, para iluminar todo el camino que conducía al árbol, montaron un tendido de luces que se forró con las bolsas sobrantes, «convirtiendo simples bombillas de bajo consumo en vistosas guirnaldas de luz que daban a la calle un ambiente verbenero de lo más popular».
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+info: luzinterruptus.com