Lo que necesitas es espacio y tiempo. Dar espacio al error para acertar.

En un mundo cada vez más polarizado, es fácil perder de vista la imagen completa. Mirar el global y tomar la perspectiva suficiente nos permite darnos cuenta de lo realmente importante. Este artículo explora cómo la perspectiva, el espacio, el tiempo y las emociones influyen en la creatividad, la estrategia y la calidad del trabajo, especialmente en profesiones que requieren innovación constante.

La importancia de la perspectiva y la imperfección

Necesitamos salir de la polarización y las tendencias para descubrir diferentes soluciones y caminos. Tomar una perspectiva objetiva no es fácil; se trabaja mucho en terapia para conseguir esa mente observadora que no juzga y que se entrena con mindfulness. Una mente así requiere entrenamiento continuo.

En el ámbito laboral, especialmente en el creativo y estratégico, valorar la visión integral y objetiva es esencial. En la creatividad, que implica crear soluciones a problemas y formas distintas de hacer las cosas, no hay soluciones perfectas. Buscar la perfección es una pérdida de tiempo y talento. Perseguir la perfección implica seguir un estándar, lo cual es una especie de copia. La perfección no existe o es totalmente subjetiva, dependiendo de quien mire. Lo más doloroso de perseguir la perfección es no permitirse fallar, no dar espacio al error para poder acertar, o incluso bloquearse, entrar en parálisis por análisis… no hacer, ni comunicar.

Espacio y tiempo para la creatividad

La creatividad surge en el espacio entre la exposición del problema o reto y ese “ahá” que nos lleva a la solución. Ese espacio es sinónimo de tiempo. Mayor creatividad no siempre significa más tiempo, pero sí requiere espacio. Es en momentos como en la ducha, caminando o haciendo tareas automáticas cuando surgen las ideas, en esos espacios sin presión y con el entorno adecuado para desarrollar el trabajo con calidad.

La calidad en la creatividad depende de muchos factores, y está presente en profesiones diversas: arquitectura, abogacía, chef, pastelería, y también en consultoría estratégica de negocios, diseño e ilustración. Algunas son más obvias que otras. Hoy día, la innovación es clave y necesita espacio para probar, pensar, reflexionar, cuestionar e incluso equivocarnos.

El impacto de las emociones en la creatividad

Las emociones influyen en nuestro proceso creativo. La vida nos presenta adversidades que repercuten en nuestras capacidades creativas: estrés, ansiedad, alegría, tristeza, apatía… estas emociones formarán parte de nuestra vida laboral de algún modo. A veces estaremos más creativos para ciertos trabajos y otras veces no, lo que significa que no siempre requeriremos los mismos tiempos para encontrar soluciones. Pensar que se puede contratar personas en un momento de plenitud, sin problemas en su vida, es un error. Esto es inevitable y es la letra pequeña de la vida.

Las personas tenemos la capacidad de transformar la adversidad en algo valioso, pero solo si creen en nosotros y nos dan la oportunidad. Uno de los grandes motivos por los que la salud mental ha estado silenciada es el estigma. 

Hoy en día, el estrés es común y se ha normalizado hablar de salud mental. Trabajar con estrés es una realidad. Sin embargo, buscar empleados que “disfruten trabajando bajo presión” es una falacia. ¿Tener a nuestra salud mental retada continuamente es algo saludable o recomendable? 

Y por contra a veces durante ciertos casos de trastorno de ansiedad seguir trabajando puede ser recomendable (según la valoración de su terapeuta) pero eso sí, con cierto confort, confianza…  para ser productivos sin mermar nuestra salud y siempre que este trabajo no sea el foco del problema.

Las emociones requieren sus procesos y de hecho pueden ser aliadas si existe fluidez, flexibilidad, adaptabilidad y normalización de ellas. Algo que todavía resulta complejo hoy día. 

Desafíos en el sector creativo

No podemos evadir el tema de las críticas a las que se exponen todas las personas del mundo creativo. Dentro del sector, somos muy críticas y juzgadoras, lo que puede provocar miedo a equivocarnos. No podemos gustar a todo el mundo, y es normal exigir unos mínimos de calidad. Sin embargo, las críticas pueden condicionar nuestro trabajo si no estamos preparadas. En el sector también hay mucho snobismo y purismo, posturas y opiniones distintas que no necesariamente son equivocadas. La autocrítica se vuelve dura y compañera de vida.

El tiempo y los procesos para conseguir aciertos

El proceso de vivir fracasos que nos lleven al éxito es duro, pero una persona creativa lo ha experimentado mil veces en su ámbito y profesión. Esto a veces ayuda a acortar tiempos, pero no siempre. Acostumbramos al cliente a responder ágilmente, pero si necesitamos más tiempo, no se respeta.

Los procesos son necesarios. Si trabajo en una idea, debo reposarla, revisarla, compartirla con el equipo si es necesario y revalorar si es adecuada. El tiempo es un lujo y un riesgo que cualquier agencia o creativo se arriesga a exponer por perder clientes. Clientes que quieren todo para ayer no entienden que para lograr el mejor resultado, el tiempo lo marcas tú.

La creatividad y la innovación requieren tiempo y espacio. Enfrentarse a los desafíos del sector creativo nos hace crecer como personas y profesionales, pero también puede ser agotador. No elegimos este camino por un sueldo mediocre; lo hacemos porque creemos en el valor de nuestro trabajo.

El tiempo es un componente vital que debe ser valorado y respetado en nuestras profesiones. Si no lo integramos en nuestros procesos, corremos el riesgo de caer en la mediocridad. 

Valoremos el tiempo y defendámoslo para que nuestras ideas y creatividad puedan florecer en su máximo potencial.


Fuentes:

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