Las diferentes asociaciones de profesionales en representación del sector participaron de la selección del pool de empresas siendo conocedoras de las condiciones que se daban en el pliego de condiciones para la licitación de proyectos para el Ayuntamiento de Madrid. En el expediente (ver aquí) se puede comprobar tanto los asistentes como las valoraciones y justificaciones del jurado de las empresas participantes.
En el pliego de condiciones para la adjudicación de los trabajos a realizar en el Ayuntamiento de Madrid las asociaciones que representan los intereses del sector creativo están reflejadas como ‘Comite de expertos’ para la valoración de criterios y selección del pool de empresas.
Aunque en el pliego inicialmente aparece el CdeC, finalmente y según fuentes consultadas, desistió de participar debido a las condiciones de la convocatoria y finalmente no envió a ningún representante a participar pero tampoco presentó ninguna objeción ni manifestación pública a que se realizara dicha convocatoria. Así mismo no aparece la Fundación Diseño que, probablemente, fue la sustituta del CdeC.
Las que finalmente sí enviaron representantes para la valoración de las candidaturas fueron APIM (Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid), DIMAD (Asociacion de Diseñadores de Madrid), Fundación de Diseño Madrid (DIMAD), y ADG-FAD (Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos -España-).
En el acta aparecen todas las empresas que se presentaron a la convocatoria y los puntos que obtuvo cada una de las empresas finalmente seleccionadas así como los motivos que expresan los miembros del jurado para su elección. Es curiosa la valoración técnica, muy poco elaborada, de las empresas elegidas: «Buena cartelería pero escasa solución gráfica en el resto de propuestas«, «escaso trabajo en desarrollo de infografias». Hay que tener en cuenta que el jurado tuvo que valorar propuestas anónimas, con textos falsos, sin logos y basados en tres categorías: cartelería, diseño editorial, infografía y un ejercicio sencillo de identidad.
De las 16 empresas seleccionadas la que mejor puntuación recibió fue Atipus con 60 puntos seguidos de la UTE White Horse-Naranjo-Etxeberria con 54,75 puntos y en tercer lugar Romualdo Faura con 50,875 puntos. Se quedaron fuera Vicente Novoa y Aleix Artigal, por ser las dos propuestas que no alcanzaron el 50% de la puntuación (32,5 puntos). De las 14 restantes finalmente una de ellas, que no hemos podido confirmar de quién se trata, decidió no participar.
La única asociación que se ha manisfestado al respecto ha sido ADG-FAD, a raíz de la publicación de la carta de Ena Cardenal en Gràffica, exponiendo en un comunicado que han «iniciado contactos con el Ayuntamiento de Madrid para intentar entender y trasladar nuestro punto de vista sobre el malestar que el nuevo Acuerdo Marco está generando en la comunidad».
Reconocen que no deben «permitir que nuestra comunidad quede en una posición de fragilidad y enfrentamiento interno irreparable» pero siendo conocedores de las condiciones en las que se iba a realizar el Acuerdo Marco participaron activamente y no pusieron ninguna objeción previa.
Por otro lado, ninguna de las otras asociaciones ha emitido ningún comunicado, ni ha respondido a nuestra petición de opinión. Así mismo el Ayuntamiento ha sido contactado a través de su Director de Arte Antonio Algovia del que no hemos recibido ninguna respuesta.
Algunas asociaciones han sido muy combativas en la defensa de los derechos de sus colectivos, como es el caso de la APIM que es muy beligerante con editoriales y agencias publicitarias para reconocer los derechos de autor del colectivo, pero que en esta ocasión frente al Ayuntamiento de Madrid no parece que tengan la necesidad de defenderlos. Lo mismo ocurre con CdeC que saliéndose de la convocatoria no advirtiera de su no participación y los motivos que la causaron para que el colectivo fuera conocedor de las circunstancias.
En la misma línea se encuentra el READ (Red Española de Asociaciones de Diseño) que durante los últimos días no se ha manifestado en ningún modo y no ha instado a ninguno de los actores en ninguna dirección.
Ahora mismo las asociaciones tienen el mandato de defender los intereses del colectivo pero no parece que su actividad esté, en este caso, precisamente enfocada en esta misión y más bien se limitan a dar el silencio por respuesta o a seguir con sus actividades habituales. Posiblemente esa inacción sea una de las causas por las que más del 90% de los profesionales no están asociados.