Descubre la pasión por el color de los ‘fauves’ en la Fundación Mapfre

Descubre la pasión por el color de los fauves en la Fundación Mapfre

La Fundación MAPFRE nos trae la exposición Los Fauves: La Pasión por el Color que se podrá visitar hasta el 29 de enero. La muestra, que hace una completa y cuidada presentación del fauvismo, reúne más de un centenar de pinturas, así como numerosos dibujos, acuarelas y una selección de piezas de cerámica.

El fauvismo fue la primera gran vanguardia artística del siglo XX. Fue un movimiento polémico y exuberante, basado en la exaltación de los tonos puros y situó la independencia del color en el centro del debate artístico. Los fauves, liderados por Henri Matisse, André Derain y Maurice de Vlaminck, removieron los fundamentos del arte de su tiempo con su innovador tratamiento del color, la factura enérgica y la libertad de ejecución. Fueron decididos defensores de la autonomía individual y de la capacidad de la pintura en sí misma como medio de expresión.

Formados en los talleres de Gustave Moreau y de Eugène Carrière, los fauves se agruparon en torno a Henri Matisse a finales de la década de 1890 y realizaron sus primeros ejercicios con colores puros durante los años siguientes. Octubre de 1905 fue una fecha decisiva para estos artistas porque sus obras fueron expuestas en la Sala VII del Salon d’Automne. El resultado causó un auténtico revuelo entre los asistentes y el crítico de arte Louis Vauxcelles no dudó en calificarlos en su reseña de «fieras» –fauves, en francés- debido a la fortísima intensidad de las tonalidades utilizadas, en contraste con dos bustos de mármol expuestos en la misma sala. En efecto, las obras que hoy resultan alegres y decorativas, en 1905 y a un público que estaba aún asimilando los avances de la pintura impresionista, parecieron salvajes y violentas. Aun comparadas con los postimpresionistas, el arte de los fauves posee una pureza y una inmediatez que todavía sigue sorprendiendo, debido al resultado profuso e imprevisible y a la ausencia de las tradicionales reglas con las que se practicaba la pintura.

El fauvismo no fue un movimiento único y homogéneo, si no más bien un encuentro fugaz entre varios jóvenes artistas independientes unidos por unos fuertes vínculos de amistad y por las mismas preocupaciones pictóricas. Su desarrollo fue tan brillante como intenso: tuvo una vida de apenas dos años, pero el impacto fue extraordinario porque su obra recogió el legado del neoimpresionismo y del postimpresionismo además de sentar las bases para otros movimientos de vanguardia como el expresionismo y el cubismo. Así, los fauves fueron los artífices de enlazar las grandes manifestaciones artísticas que se desarrollaron a finales del siglo XIX y principios del XX.

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