La industria del vídeo no deja de crecer. Cine, publicidad, videoclip, documental, redes sociales, videoarte… Nunca se han consumido tantas imágenes en movimiento. Y nunca han hecho falta tantos profesionales capaces de contar historias con ellas. El nuevo Máster de Cine de ESAT responde precisamente a esa demanda: formar creadores audiovisuales que sepan pensar, rodar y montar desde el primer día.
La realidad es tozuda. Basta mirar a nuestro alrededor para entender que el audiovisual es hoy el lenguaje hegemónico de la cultura y la comunicación. Lo vemos en las plataformas de streaming, en los reels, en los vídeos corporativos, en los documentales de impacto social o en los anuncios que nos persiguen en cada dispositivo. Detrás de todo eso hay una maquinaria que requiere narradores visuales capaces de entender tanto el lenguaje cinematográfico clásico como las nuevas formas de creación contemporánea.
Ahí es donde aparece el nuevo Máster de Cine de ESAT. Una propuesta formativa diseñada para responder a la demanda real del mercado. Pero, sobre todo, pensada para formar profesionales que dominen el proceso completo: desde el guion hasta la postproducción. Desde la dirección hasta el etalonaje.
Aprender haciendo: cine desde el primer día
Lejos de los enfoques teóricos o puramente técnicos, este máster plantea un camino radicalmente práctico. Aquí se aprende rodando. Y no es un eslogan: desde las primeras semanas, los estudiantes trabajan en proyectos reales que les permiten enfrentarse al lenguaje audiovisual de forma directa y sin atajos.
El curso se construye sobre dos pilares esenciales: el guion y la narración visual. Porque, como repite Alberto Adsuara, director del máster, “el cine empieza con una historia bien contada”. Sobre esa base se articula todo lo demás: manejo de cámara, iluminación, dirección de fotografía, montaje, sonido, efectos especiales, etalonaje y composición visual.
Cada alumno participa en rodajes en grupos muy reducidos y firma su propio director’s cut. No es solo una práctica. Es su primer proyecto como cineasta.
Una escuela, no solo para cineastas, sino para creadores audiovisuales
El audiovisual de hoy no se limita a las salas de cine. El mercado demanda perfiles capaces de moverse entre la ficción, la publicidad, el videoclip, el documental, el videoarte o los contenidos para redes sociales. Y eso requiere entender los códigos de cada uno de esos territorios.
El máster de ESAT forma precisamente a esos perfiles híbridos. Profesionales que no solo saben manejar una cámara o editar un vídeo, sino que son capaces de construir narrativas que conectan con públicos diversos, en formatos cada vez más cambiantes.
Aquí se entiende que un vídeo para TikTok no es un cortometraje, pero que ambos comparten algo esencial: la capacidad de contar una historia con imágenes.
Un equipo docente profesional
El máster está dirigido por Alberto Adsuara, cineasta, escritor y director del departamento de audiovisuales de ESAT. A su lado, un equipo que no es puramente académico, sino que trabaja activamente en la industria: Samuel Navarro, codirector de la productora Absurdara; Victoria Contreras, artista multimedia y compositora; Guillem Zaballos, especialista en motion graphics con premios internacionales; Jacobo Valier, ingeniero de sonido en producciones internacionales de primer nivel; y perfiles que conectan el audiovisual con el mundo de la comunicación, como Laura Pérez, con una extensa trayectoria en prensa, televisión y producción cultural.
No es casual. La idea es que los estudiantes aprendan de quienes están cada día resolviendo proyectos reales, no de una academia desconectada del mercado.
Del guion al etalonaje. De la idea a la pantalla.
La estructura del máster replica los procesos reales de cualquier producción audiovisual: guion, preproducción, rodaje y postproducción. Cada fase está pensada para que los alumnos comprendan y dominen cada parte del proceso, desde la escritura inicial hasta el montaje final.
El programa se completa con masterclasses, talleres y actividades externas que amplían la visión del estudiante sobre la industria actual.
Y aquí no hay requisitos previos imposibles. No es necesario tener estudios de cine ni venir de una escuela audiovisual. Lo que se exige es interés real y compromiso. Porque se parte de cero, pero se llega lejos.
Un sector que no deja de crecer
Las cifras lo respaldan. El audiovisual es uno de los sectores creativos con mayor crecimiento. La demanda de perfiles capaces de generar contenido en vídeo no deja de crecer: cine, series, publicidad digital, contenido para redes, marketing audiovisual, streaming, documentales, branded content, videojuegos… Todos estos ámbitos requieren profesionales capaces de narrar con imágenes.
El máster no promete alfombras rojas ni sueños imposibles. Promete, eso sí, las herramientas para entrar de forma realista en una industria que necesita manos, pero sobre todo, miradas capaces de contar historias.
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