Cuando el diseñador Jose Alonso tomó las riendas de la comunicación gráfica del Festival de les Arts, una de las propuestas musicales con mayor repunte entre las ciudades españolas, había una diferencia evidente: frente a la proliferación de festivales asociados a la playa o a los atributos estivales, este caso discurría por el relato plenamente urbano. La ciudad, el asfalto, el patrimonio histórico como puntales. Era el hilo desde el que tirar.
El festival, enmarcado en la compañía The Music Republic, contrató a Alonso como diseñador in house para activar los nuevos proyectos por llegar, entre ellos, Les Arts. La primera cuestión era qué debía transmitir la imagen del ‘festi’: «por hablar de algunos de los festivales de la casa, no tiene nada que ver la comunicación gráfica de Madrid Salvaje, orientado a un público mucho más joven y urbano, que la gráfica de Viña Rock, donde nos dirigimos a otro tipo de público. Lo importante es hacerse esa pregunta».
El código de Les Arts
En la propuesta que se celebra en la Ciutat de les Arts i les Ciències de València la principal voluntad era tener una imagen gráfica potente que fuera ingrediente sustancioso del propio cartel.
Una imagen emblema para sintetizar las intenciones sociales y musicales.
«La intención —revela Alonso— siempre ha sido arriesgar cada año un poco más, al menos hasta donde nos permita el público tan ecléctico al que nos dirigimos. No obstante, siempre he pensado que con la visibilidad de la que gozamos tenemos la responsabilidad de aportar nuestro granito de arena a la cultura visual de València y mostrar a público no especializado otras formas de comunicación gráfica».
Emparentados con la imagen de València
Y aquí llega uno de los puntos que generan mayor interés. En cómo un festival musical se arropa con la imagen que proyecta de una ciudad para generar una simbiosis. El mensaje urbano como puntal. «Generalmente, los festivales estivales de playa suelen hacer referencia en su gráfica a, vaya, la playa. El camino de Festival de les Arts es otro. La edición de 2018, por ejemplo, fue una especie de homenaje a la ciudad de València donde se representaban muchos de los edificios de barrio más emblemáticos (Finca Roja, la iglesia de Benimaclet) y otros muy emblemáticos (el Edificio del Reloj, los mercados, Miquel Navarro, etc.) y, en cierta manera, la gente se sintió identificada porque no fue una interpretación hecha desde la óptica turística de la ciudad».
Para 2019, que tendrá lugar el 7 y 8 de junio, la intención es reproducir el entorno vaporoso de las musas de las artes y las ciencias de la antigua Grecia, una propuesta que trae implícita un canto al propio recinto. «La idea que nos planteamos es que Festival de les Arts era un cruce de caminos entre diversas disciplinas artísticas. La más evidente es la música, que es sobre la que todo el festival gira, pero también está presente la ilustración, el baile, el diseño, la fotografía y, por supuesto, la arquitectura. Todo esto se representaba a través de las musas Calíope, Euterpe, Talía y Terpsícore como protagonistas».
El departamento gráfico, por dentro
Internamente la estrategia gráfica de Les Arts para por «la importancia que le damos al diseño y por haber sabido equilibrar la balanza entre arriesgar y hacer algo para todos los públicos. Esto es posible porque en The Music Republic tenemos un departamento de diseño formado por 5 diseñadores (no todos dedicados a Festival de les Arts, obviamente) y, probablemente, seamos la única promotora de España con un departamento de estas características”, comenta Jose Alonso.
Este mismo año, por whatsapp, circulaba una imagen que anunciada la noche de paellas de la falla de debajo de la casa de Alonso. «En la imagen habían utilizado la gráfica de Festival de les Arts 2018 y la habían adaptado para su rollo. Si esto no es un éxito que me lo expliquen».