Este manifiesto es fruto de la reflexión de un grupo de profesores de Diseño y Arquitectura en relación a la visión de estas dos formaciones en la Escuela Superior de Enseñanzas Técnicas y busca trasladar a un texto la personalidad de una escuela forjada en 35 años de historia.
¿Qué papel juegan la arquitectura y el diseño en la sociedad actual? Estas dos disciplinas se entrelazan y dan forma al mundo, ofreciendo soluciones prácticas a los problemas del día a día gracias a un ingrediente tan indispensable como complejo: la creatividad. Con el objetivo de llevar al papel este pensamiento, un conjunto de profesores de diseño y arquitectura ha lanzado el Manifiesto por una imaginación generosa.
Esta iniciativa ha surgido de la necesidad de retratar la personalidad de una Escuela que ya cuenta con 35 años de historia. Y el resultado es una reflexión que pretende arrojar luz sobre el presente del diseño y la arquitectura, que mira al pasado como fuente inspiracional y que proyecta un futuro esperanzador en el que la imaginación generosa será y es la principal herramienta para el cambio. Sin duda, una advertencia necesaria en un momento histórico en el que reflexionar es más importante que nunca.
A través de preguntas que interpelan al lector e invitan a la reflexión, el manifiesto presenta un hilo argumental en el que se cuestiona desde el sentido del Diseño y la Arquitectura en la sociedad hasta el fin último de las personas que lo llevan a cabo. En esta línea, se pregunta cuál es la clave para incorporar una mirada generosa a estas disciplinas sin olvidar la importancia de generar negocio y riquezas, concluyendo en forma interrogativa que quizá son el Diseño y la Arquitectura los encargados construir vectores de negocio e industrias más generosas.
El proceso de la creación del manifiesto ha sido acompañado por Luis Montero, escritor, consultor de estrategia y formador en los campos del diseño, la tecnología y la filosofía. Como autor ha publicado tratados y novelas, abarcando temas como ontotecnología, diseño filosófico y ciencia ficción y ha colaborado con diferentes medios. En su rol como consultor, es especialista en la intersección entre diseño, tecnología y estrategia y ayuda a tomar decisiones éticamente fundamentadas en entornos inciertos. Y, como formador, ha fundado la escuela de Filosofía y Diseño Pensar el diseño y ha impartido cursos sobre ética, diseño y tecnología en prestigiosas instituciones.
preámbulo del manifiesto
¿Son el diseño y la arquitectura las disciplinas que dan forma al mundo? ¿Que condicionan el futuro? ¿Qué debemos saber para definir ese mundo o ese futuro? ¿Qué será más valioso, más significativo en ese mundo del futuro plausible y deseable? ¿Cómo, desde una posición de arquitecto o diseñadora, podemos generar esa realidad que nos rodea y nos condiciona?
¿Somos lo que somos? ¿O somos aquello que hace de nosotros el contexto, y por tanto el diseño y la arquitectura, o la cultura y la sociedad?
¿Permiten el conocimiento técnico y las tecnologías generar las conciencias que construirán el mundo del futuro? ¿O, más bien, será el conocimiento del ser humano, en su individualidad y como parte de un colectivo, aquello que establezca los criterios que permitan tomar decisiones adecuadas en esa configuración del todo que no sólo nos rodea, sino que también nos define como personas? ¿Qué es una decisión «adecuada»? ¿Qué hace que una decisión sea «adecuada»? ¿Cómo saberlo si no conocemos antes qué somos?
¿Qué es ser lo que somos? ¿Somos inefables al contexto? ¿No somos también contexto? ¿Si lo somos, y por tanto el contexto nos construye, no es esta una responsabilidad muy elevada?
¿Como arquitectas y diseñadores, estamos dispuestos a aceptarla? ¿Estamos preparados?
¿Cómo se prepara a los futuros profesionales?
¿No son el diseño y la arquitectura las grandes prácticas creadoras del contexto hoy? ¿No son la arquitectura y el diseño prácticas encaminadas al otro? ¿No se proyectan espacios y diseñan objetos destinados al uso por otro? ¿Al disfrute de otro? ¿No es la generosidad algo inmanente al diseño y la arquitectura? ¿No estamos, como profesionales, al servicio del otro? ¿No deberían estas prácticas catalizadoras del contexto contribuir a la habitabilidad del mundo por el otro? ¿Podemos rehusar esa responsabilidad sin traicionar a la idea misma del diseño o la arquitectura?
¿Cómo incorporar esa mirada del mundo más generosa y al mismo tiempo generar negocio, riqueza e industrias? ¿Es compatible? ¿No está mal hecha esta pregunta? ¿No debería formularse al revés? ¿No deberían ser el diseño y la arquitectura los vectores de negocios, dineros e industrias más generosas? ¿De contextos más habitables? ¿No es esta la verdadera, la última responsabilidad del diseñador o la arquitecta?
¿No debería ser esta la base de la enseñanza de la arquitectura y el diseño? ¿Podemos eludir la responsabilidad de acompañar en el proceso de culturización del estudiante para que, con la mirada puesta en el retrovisor, allí de dónde venimos, sea capaz de fijar la mirada en un futuro deseable, allí hacia dónde vamos? ¿Se puede educar en la generosidad sin generosidad? ¿No es la generosidad algo inmanente a la educación?