Hablamos con Javier Cañada, director del Instituto Tramontana, sobre el nuevo formato de formación especializada online que inauguran con su Design Graduate.
—¿Puedes hablarnos del impulso que os lleva a crear una formación como Design Graduate?
La idea surge como alivio a una contradicción: decimos que queremos elevar el nivel de quienes crean productos digitales, pero sólo estábamos llegando a quienes podían venir a nuestra sede en Madrid y pagar una formación presencial. ¿Cuántas personas se quedaban fuera, por presupuesto, por distancia o por no poder adaptar sus horarios? Y lo peor de todo: ¿cuánto talento y potencial no llega a proyectos importantes precisamente por eso?
Estuvimos tres años haciendo pruebas fallidas, sobre todo durante la pandemia. Hace un año las pruebas empezaron a dar frutos muy buenos, el formato nos convencía y pusimos todo el esfuerzo de profesores, profesoras e inversores en el proyecto.
el alumnado
—¿A quién os dirigís?
A quienes quieren empezar su carrera en diseño digital, principalmente. El sector del diseño incorpora a más de mil profesionales nuevos al año, sólo en España, y se queja de que no son suficientes y de que no traen suficiente preparación. Nuestra ilusión está ahí, en la generación que empieza.
También se están matriculando muchos profesionales ya maduros que buscan ganar profundidad intelectual. Te hablo de gente de diseño, pero también de desarrollo, frontend o marketing. Son profesionales que quieren aprender de operaciones de diseño, de investigación de usuario, de maneras de narrar o simplemente de perspectiva histórica y ética.
—Habéis lanzado con un video promocional que se mete con la formación de diseño a través de zoom. ¿Qué hay de malo en ella? Y… ¿cuál es vuestra alternativa?
A poco que hayas impartido alguna clase —¡o la hayas recibido!— por Zoom, sabrás a qué me refiero: la falta de conexión es dramática. Me refiero a conectar de verdad, no a la conexión de la red, que esa también falla. La capacidad de evocar se va al garete, la interacción, el diálogo, la conversación…
La clase que en persona y cara a cara consigue transmitir e ilusionar, se vuelve plana cuando la impartes frente a una ventana. No lo diría si no lo hubiese experimentado docenas de veces, tanto en un lado como en el otro. Es frustrante.
Los mejores profesores —todos pensamos en alguno o alguna cuando hacemos memoria— son los que te hacen soñar y te conectan cosas de maneras que no esperabas, los que te abren territorios desconocidos y ventanas donde antes había paredes. Zoom no está pensada para eso, sino para reuniones breves y videollamadas. Usarla para formar a diseñadores es como cocinar con un microondas. Creemos que hay formas mejores de formar a distancia a quien quiere aprender diseño.
«Los mejores profesores son los que te abren territorios desconocidos y ventanas donde antes había paredes.»
Javier Cañada, director del Instituto Tramontana
sacar partido al canal
—El proyecto de Design Graduate nace del Instituto Tramontana ¿En qué se diferencia de una formación tradicional en diseño?
Una formación tradicional cuenta con una ventaja tremenda: la presencia, el diálogo, la capacidad de dirigir la clase en direcciones improvisadas y, sobre todo, que quien enseña y quien aprende se pueden conocer. Eso se deteriora cuando enseñamos a distancia. No hay que darle más vueltas. Está perdido, aceptémoslo. Punto.
La clave —y aquí viene lo interesante, creo— no está en cómo recuperar eso, sino en qué se puede hacer en remoto que no se pueda hacer en persona, en cómo le sacamos todo el partido al canal. Esa es la diferencia de Design Graduate respecto a una formación tradicional: aprovechamos la potencia narrativa del video, la capacidad de evocar, de entretener y de ayudarte a simular escenarios de diseño de una forma que se adapta a tu disponibilidad, a tus ventanas de atención y a que puedas avanzar estés donde estés, con PC o con el móvil.
¿Hay ejercicios? Claro que sí, para hacer por tu cuenta, y algunas prácticas que te propone gente con una experiencia tremenda. También hay entrevistas con diseñadores y diseñadoras que te cuentan la realidad de su trabajo. Todo bien editado, para que haya más grano que paja.
—Preparáis a diseñadores digitales diciendo que es la profesión que da forma al futuro, pero habláis mucho de historia. ¿No es una contradicción?
Cuando miras a la historia con ojos de diseño, te das cuenta de que los problemas y los retos son siempre los mismos, pero cada tecnología (y la forma en que ha sido diseñada) ha jugado un papel diferente, a menudo muy importante en ellos. Piensa en la imprenta y el inicio de la era moderna, o la radio y la 2ª Guerra Mundial, después la TV y la guerra fría o la explosión del pop con el transistor portátil… Cuando aprendes a conectar historia con economía y antropología, ganas conciencia de diseño. Es lo hermoso de nuestra profesión, que está ahí en medio, articulando muchísimas conexiones.
oficio vs. profesión
—Habláis mucho de diseño como profesión y no como oficio ¿Qué quiere decir eso?
Es sencillo. Las profesiones se encargan de retos que van cambiando, que son siempre diferentes: cambian los pacientes y las enfermedades que trata el médico, cambian los casos que lleva la abogada, cambian los paisajes sobre los que calcular y proyectar un puente para una arquitecta o las necesidades funcionales del edificio que proyecta un arquitecto.
Por el contrario, los oficios plantean siempre el mismo reto. Algunos son muy hermosos, pero su reto es siempre más técnico y menos intelectual. Los oficios se aprenden por repetición y perfeccionamiento. Las profesiones, por estudio y simulación.
¿Qué es el diseño? Pues se practica a veces como oficio y a veces como profesión ¿verdad? Y aquí viene la mala noticia: los oficios se acaban sustituyendo por máquinas tarde o temprano. Las profesiones no, porque su territorio de acción cambia con la tecnología: hoy son pantallas, mañana interfaces de voz, o realidad aumentada, pasado mañana será algo que ahora ni imaginamos, igual que no imaginábamos internet o después el iPhone. O nos formamos para dentro de diez o veinte años, intelectualizando la práctica, o estaremos obsoletos en nada.
—Nuestro lema en Gràffica es «Lee más, diseña mejor», creo que en Tramontana estáis de acuerdo ¿Se mantiene eso para Design Graduate?
¡Estamos tan de acuerdo que el 20% de nuestra sede está dedicada a biblioteca! Los libros (los buenos, claro) son la tecnología más inmersiva que tenemos. Y nos ayudan a conectar con mentes muy brillantes de cualquier época y lugar ¡No aprovechar eso es de locos!