Javier Aramburu presenta su nueva obra dedicada a un San Sebastián contemporáneo

Javier Aramburu presenta en Donostia, del 24 de enero al 4 de marzo, una exposición con una sola obra. Un óleo en el que revisa la figura de San Sebastián y con el que pone de manifiesto la contemporaneidad de una de las imágenes más representadas en la historia de la pintura.

El hombre que da nombre a la ciudad de San Sebastián murió por defender sus ideas. Obligado a elegir entre renunciar a ellas o morir, eligió no traicionarlas. Este hecho se remonta al siglo III, pero siglos después, idénticas formas de sometimiento se han repetido en nuestro tiempo y en nuestra tierra.

El cuadro de Javier Aramburu nace de esta descorazonadora realidad y pretende ser un canto al compromiso con la honestidad de quienes se han atrevido a defender sus principios, aun encontrándose con la violencia como única respuesta, hasta el final. ¿Es el ser humano capaz de una entrega mayor? ¿No es esta entrega un acto de amor? Y en ese acto, ¿puede lo terrenal, lo físico, elevarse a un estadio superior?

En palabras de Frantxi Lopez Landatxe, director del KM hasta este mismo mes de enero y promotor de la muestra: «Del San Sebastián, me sorprendió su magnífica factura, la enorme dedicación y trabajo que destilaba; pero, sobre todo, la fuerza de la pintura, como disciplina artística, para expresar la contemporaneidad de forma descarnada. Luego están los pormenores del relato. El cuadro me lleva a los místicos. Me inquieta con esa visión del éxtasis ¿producto, quizás, de una sensación de dar o perder la vida por una razón justa, impuesta, ajena al propio yo?».

El nombre de Javier Aramburu (1966) remite al mundo de la ilustración y el diseño gráfico. Desde comienzos de los años noventa, Aramburu fue el responsable de la imagen gráfica de grupos musicales tan emblemáticos como Los Planetas, Le Mans o La Buena Vida, y realizó decenas de portadas de discos para Andrés Calamaro, Fangoria, Vainica Doble o Carlos Berlanga, entre otros muchos.

Quienes han seguido su trayectoria como diseñador confirman su capacidad camaleónica, siempre distinta y siempre certera. Como pintor, Aramburu defiende la vigencia de los principios del dibujo y la pintura en un tiempo que parece empeñado en dejar un legado efímero. Y lo hace solo con su obra, optando por no hablar sobre ella.

«La historia demuestra que, si algo ha de decirse, habrá de ser la obra y no su autor quien lo diga», afirma Álvaro Matxinbarrena, comisario de la muestra, quien celebra «haber ayudado a que esta exposición, de un artista que admiro seriamente, haya sido posible».

→ www.javieraramburu.es

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