Casi 14 metros mide la escultura de una bailarina hinchable de nylon que, sentada en la plaza de Rockefeller Center, sorprende a los que pasean por esta zona de Nueva York. Jeff Koons la crea con un motivo solidario.
Jeff Koons, artista contemporáneo, recrea simbólicamente la belleza y la conectividad a través de una interpretación de Venus, diosa de la mitología. Este artista es un bróker estadounidense de conocidas esculturas como Puppy, a la entrada del museo Guggenheim de Bilbao, o Balloon Dog, recreada en acero. Esta vez, Rockefeller Centre contará con un bailarina sentada de 13,716 metros (45 pies) que persigue un fin solidario.
La obra, presentada por las agencias Art Production Fund y Kiehl’s Since 1851, es una instalación de una bailarina a gran escala envuelta en una superficie reflectante que mira a los viandantes que pasean bajo su escultura. Su envoltorio funciona como un espejo, y cada visitante ve reflejada su figura y su entorno urbano en ella.
La historia que se esconde tras esta bailarina sentada es la de todos los niños desaparecidos, y como mayo es el mes en el que los estadounidenses conmemoran a estas personas, mantendrá, en su representación, esta escultura en la plaza hasta el 2 de junio.
También se ha recreado otra bailarina, en menor tamaño, en una plaza de la ciudad, manteniendo sus espejos, y su estatua en miniatura fabricada con madera policromada.
Jeff Koons (1955, Pensilvania) es un artista contemporáneo que se inspira en corrientes como el pop o lo conceptual, pero aproximándose a una visión consumista en cada una de sus obras. Estudió pintura en el Instituto de Arte de Chicago y trabajó como corredor de bolsa en Wall Street. La fama, la moda, el sexo, cualquier tema latente en la sociedad puede aparecer por las ciudades neoyorquinas como globos gigantes, motivos deportivos o flotadores hinchables.