Intentar atrapar el tiempo es un imposible. Por más empeño que pongamos, su realidad intangible siempre se nos escapa. ¿Qué nos queda entonces? Nuestro único consuelo -hasta hoy- es consumirlo a través de pequeñas píldoras en forma de segundos, minutos, horas, días… y lo peor de todo, organizarlo, ya sea en forma de agenda o calendario.
Óscar Díaz ha encontrado una manera más divertida, atractiva y sobre todo ingeniosa de dar color y representar ese ente etéreo que es el tiempo. Este diseñador afincado en Londres ha creado el Ink Calendar, un calendario que suda chorros de tinta.
Si al igual que nosotros te preguntas ¿cómo es posible? Lo único que te podemos decir es que la explicación está en la capilaridad. Los 30/31 días de cada mes quedan recogidos en un soporte de fibra. Un bote de tinta dejado caer sobre la fibra marca el ritmo del tiempo. Así, según avanza la tinta sobre los números sabemos el día en que estamos y el mes cobra color.
Además, para no liarnos, Óscar Díaz nos lo pone más sencillo y diferencia los meses y las estaciones del año en que estamos mediante el uso de distintos colores. De esta forma, la gama cromática del Ink Calendar va de los azules de diciembre a los rojos de agosto pasando por los verdes más primaverales.
Para quien ya haya pensado en hacerse con el Ink Calendar, le informamos que por ahora no se puede adquirir. Hoy por hoy sólo se puede visitar, hasta el 11 de octubre en la exposición Sueños de grifo – Diseño con alma de agua, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, si bien el debut de este singular reloj de arena aplicado al siglo XXI y en versión diseño tuvo lugar en el London Design Festival 2007.
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