Erik Kessels presenta su libro ¡Qué desastre! Cómo convertir errores épicos en éxitos creativos (Phaidon) en España, y aprovechamos la ocasión para hablar con él sobre su último proyecto literario y su carrera creativa
Recibir un encargo para realizar la campaña publicitaria del peor hotel del mundo habría hecho tirar la toalla a más de uno. No fue el caso de Erik Kessels (Holanda, 1966), quien encabezó una creativa estrategia que hoy día ha situado a este extravagante lugar, paradójicamente, como un lugar de referencia. Eso sí; siempre que quieras disfrutar de una «experiencia horrible», como reconoce que él experimentó la primera ocasión que lo visitó.
Desde luego, más de 20 años en el mundo de la publicidad avalan a Erik Kessels para hablar como una autoridad sobre creatividad, publicidad, errores y fracasos. De ello trata, precisamente, ¡Qué desastre! Cómo convertir convertir errores épicos en éxitos creativos, el libro que ha publicado hace poco con la editorial Phaidon, y que le ha traído esta semana a Barcelona y, más específicamente, a la recién inaugurada Malpaso Librería, donde nos hemos citado con él.
Tras una entrevista que se alarga más de la cuenta con un periódico de tirada nacional, Erik Kessels nos recibe con gesto amable. La premisa de hablar de creatividad, entre otros aspectos, le parece una gran idea y, entre preparaciones y saludos, confiesa que, de hecho, decidió dedicarse al mundo de la publicidad porque su objetivo era «hacer algo diferente». Es más: cuando estudiaba diseño gráfico, aborrecía el mundo publicitario.
Inevitablemente, la conversación acaba desembocando en ¡Qué desastre! Cómo convertir errores épicos en éxitos creativos y las ideas que lo han conducido a escribirlo. Amante de la fotografía, en este libro nos encontramos con cientos de ellas con una característica en común: están repletas de errores colosales o, como él llama, «exitosas meteduras de pata». A raíz de ello, Erik Kessels reflexiona sobre el papel de herramientas como Photoshop en el sector del diseño actual.
«Creo que Photoshop posibilita la perfección creativa en las imágenes, pero lo interesante es que, cuando no lo usas, te das cuenta de que la imperfección hace todo más auténtico y real», apunta. «Photoshop al principio estaba bien, y para reparar ciertas cosas o detalles, es útil; pero solo para algunas partes del proceso de diseño. No utilizarlo también puede ser muy bueno», añade.
La actitud crítica que manifiesta Erik Kessels con las nuevas tecnologías también se vertebra a través del consejo que lanza a los nuevos creativos. «Decir ‘no’ es bueno muchas veces. Si tu intuición te dice que quizá sea mejor rechazar un trabajo, a pesar del dinero que te ofrezcan por él, convendría hacerle caso, especialmente en los tres primeros años de desarrollo profesional, que es el momento en el que desarrollas tu estilo» apunta. La intuición, además, resulta una parte imprescindible del proceso creativo, y Erik Kessels la sitúa como un elemento fundamental junto a la inseguridad, que considera «necesaria» para encontrar nuevas ideas.
¿Fueron estas herramientas las que utilizó para encarar el proyecto de «El peor hotel del mundo», su proyecto más famoso? «No queríamos rendirnos», reconoce Erik Kessels volviendo otra vez a uno de sus trabajos más innovadores. «Sin embargo, cada cosa que hacíamos era una gran mentira; tratar de mejorar algo allí era raro e incoherente, así que desde el principio decidimos que la honestidad sería lo único que utilizaríamos. Sumándole a ello un toque irónico, nos dimos cuenta de que era divertido. Y así enfocamos la campaña», concluye.
Casualidades, equivocaciones y fallos son algunas de palabras preferidas de Erik Kessels, que no duda en erigirlas como grandes alicientes en una sociedad que ansía, cada vez más, lo perfecto. Una lección enriquecedora, sin duda, que pone el foco en la importancia de darle valor a nuestros atributos más humanos.