Hopper-Ink: Carteles desde Bilbao

Los hermanos Aitor y Jota Aretxabaleta son, junto a Arturo Peña, Hopper-Ink, un estudio de diseño que desde 2007 ha ido modelando la imagen gráfica de Bilbao. Desde hace más de diez años han ayudado, además, a definir la cartelería del Museo Guggenheim a través de su programación musical. Dentro de su trabajo destaca la atención a la cartelería. Con ellos hablamos para conocer su trayectoria y modo de trabajar. ¿Qué carteles os influyeron cuando erais jóvenes? Aitor: Cuando crecimos eran brutales sobre todo los carteles políticos, aunque a nosotros nos influyeron sobre todo las portadas de discos, los vinilos, más que los carteles. Reconocer a los autores de los carteles ha sido muy posterior. Los nombres de los diseñadores los hemos conocido bastante mayores, cuando ya estábamos dentro del negocio. Jota: Tuvimos un momento medio grunge en los noventa pero siempre nos han encantado los carteles de los años sesenta, San Francisco, la psicodelia, Victor Moscoso y demás. Como hemos sido muy fans del cine para nosotros también han sido una gran influencia los carteles de las películas. Aitor: Hacer un cartel es un trabajo muy agradecido. Solo tienes que hacer una pieza y el impacto es directo. Lo ves en la calle enseguida. Jota: Además puedes jugar con muchos elementos, no solo la gráfica, ya sea ilustración o fotografía, sino también con los textos. Aitor: Tienen además una narrativa determinada, por ejemplo en las películas o documentales. Jota: Son una síntesis de todo ello. Comenzáis a trabajar en Moriwase, una agencia que a finales de los noventa cambia la imagen de Bilbao mirando hacia el resto del mundo. Aitor: Antes había trabajado en otros sitios pero sí. Estuvimos trabajando en Moriwase que miraban más el diseño catalán y madrileño. Aprendimos mucho porque veníamos de trabajar en lo social donde tenías que hacerlo todo. En Moriwase si había que hacer fotografías se contrataba a un fotógrafo, si hacía falta un ilustrador, lo mismo. Jota: Hemos vuelto un poco a eso. Ahora hacemos un poco de todo. En Moriwase pudimos hacer cosas que antes no se hacían en Bilbao. La decoración del local la cambiábamos de vez en cuando y era muy divertido. ¿Cómo desarrolláis el cartel? ¿Comenzáis con el briefing? Aitor: Según el caso. Hay mejores y peores briefings. Primero hacemos una tabla de referencias visuales para, antes de ponernos a trabajar, saber lo que quiere el cliente, que es el quid de este trabajo. Te sientas con él para ver lo que hace la competencia, les muestras cosas que crees que les pueden encajar. Jota: También pensamos a veces lo que nos gustaría hacer y lo intentamos acomodar a sus necesidades. Lo que hemos ganado a lo largo de estos años de experiencia es que no levantamos el lapicero hasta saber lo que vamos a hacer. Somos más reflexivos. Y entiendo que elegir qué herramientas usar. Aitor: Eso es. Si necesitamos hablar con un ilustrador o un fotógrafo lo hacemos sin problemas. No solemos usar fotografía pero metemos mucha ilustración porque nos encanta. Depende del estilo de lo que quiera el cliente. Jota: Si miras nuestro trabajo no nos cerramos a ningún estilo. Pero al final vuestro trabajo siempre es reconocible. Aitor: Nos lo dicen pero por lo general solemos huir de repetirnos. Jota: Nos gusta y queremos disfrutar del trabajo. Te toca hacer muchas cosas en el día a día pero cuando tienes el diseño de un cartel es un momento de disfrute. Te toca hacer muchas cosas en el día a día pero cuando tienes el diseño de un cartel es un momento de disfrute Aitor: El cartel permite una experimentación brutal porque no es una imagen que se va a alargar mucho tiempo. No es una identidad que tiene que perdurar sino que es un golpe visual. Con la imprenta digital hoy en día se puede jugar mucho. Es rápido de producir, sencillo y sabes que no va a estar más de quince días en la calle. Jota: Nosotros somos muy poco fetichistas para esto. Una vez hemos hecho el cartel pasamos a lo siguiente. Casi ni guardamos nuestro trabajo. Los carteles aúnan imagen y texto. La tipografía es esencial. Aitor: Nos pasamos un montón de tiempo viendo tipografías. Jota: Y siempre estamos pensando dónde poder usarlas. Hay veces que sabes que nadie te va a comprar una tipografía porque va mucho más allá de lo que el cliente quiere pero seguimos insistiendo. ¿El límite de la tipografía es la legibilidad? Aitor: Ni siquiera eso. A mi me da igual que no se lea, en un cartel sobre todo. Me parece más importante la llamada de atención que la lectura inmediata. Si te interesa el cartel te vas a parar a leerlo. Es evidente que la dirección y el horario tienen que quedar claros pero hemos hecho carteles que eran imposibles de leer pero te hacían girar la cabeza. Jota: Cuando son carteles que hacemos para amigos te permites jugar. En algunos casos con colores estridentes, tipografías psicodélicas. Nuestro pago es poder experimentar en esos casos. ¿Usáis muchas tintas especiales? Aitor: El caso es que ahora no hay tanta diferencia entre hacer una cuatricomía y dos tintas, por muy frikis que sean. Nos gusta jugar con los duotonos. Jota: Las limitaciones nos han curtido un poco. Hemos tenido que trabajar con más y con menos presupuesto y nos sabemos manejar en diferentes circunstancias. Aitor: Las limitaciones te obligan a ser mejor, a ser más ingeniosos... Jota: A seleccionar bien las tintas. Se pueden hacer cosas muy guapas. ¿el cliente siempre tiene la razón? ¿En qué sectores os movéis habitualmente? Aitor: Somos muy hetereogéneos. Hemos trabajado mucho en temas culturales, que nos suelen gustar. Trabajamos para una productora de documentales o hacemos mapas para vacaciones infantiles en Euskadi. Estamos trabajando para Bizak y nos ha sorprendido el mundo de juguetes por cómo son los niños y niñas hoy. Jota: Hemos trabajado mucho para música, un montón de festivales. Aitor: La música es muy importante para nosotros. Está muy presente todo el rato. Es muy emblemático el trabajo que hacéis con el Guggenheim. ¿Cuántos años lleváis ya con ellos? Aitor: Hicimos diez años y son cinco carteles al año. Ha ido cambiando con el tiempo. En este caso teníamos que mantener una imagen de continuidad. Hay festivales que tienes que afrontar una vez al año y no es necesario mantener esa continuidad y, prácticamente, solo mantienes el logotipo. En el caso del Guggenheim o el After Dark sí que mantenemos una imagen. Jota: Hacíamos también para ellos los carteles de jazz pero eran de un año para otro y no había que mantener tanto la identidad. En el caso del jazz hay una serie de códigos muy reconocibles que hemos usado. ¿Hay diferencia entre trabajar con clientes grandes o pequeños? Aitor: Para nosotros no. Les dedicamos la misma intensidad. Jota: Lo vamos a hacer para que nos guste a nosotros y al cliente y para intentar disfrutar. Aitor: El cliente grande suele tener más experiencia y más departamentos. Suele hacer mejores briefings y saber lo que quiere. Jota: La diferencia estriba en la cantidad de interlocutores por los que tiene que pasar el cartel. Si hay un encargado de llevar el proyecto suele ser rápido. Aitor: Hemos tenido alguna vez reuniones con veinte personas. Es muy complicado que tanta gente se ponga de acuerdo en algo. ¿Podéis trasladar al cliente decisiones sobre el contenido? Jota: Intentamos ser lo más pedagógicos posible pero depende del cliente. Aitor: La pedagogía que podemos dar es a través de nuestra experiencia. No tenemos las nociones de marketing que el cliente puede tener. Nosotros nos basamos en la estética. Hay veces que te das cuenta que lo que te piden va a quedar muy feo. Jota: Cuando quieren meter todos los productos que tienen, por ejemplo. Aitor: A mí me hace gracia cuando se empieza a meter negrita para remarcar algún elemento pero si metes esa negrita a todo el texto no destaca nada. El lector tiene que discriminar los mensajes. Pero entendemos que nadie conoce mejor su producto que el propio cliente. los nuevos formatos El cartel es la portada que puede vender el producto. Contaba la ilustradora Higinia Garay que ahora los carteles están en instagram. Solo tienes cinco segundos para llamar la atención del espectador. Aitor: Los últimos carteles que hemos hecho para documentales tienen que verse en las carteleras de las plataformas como Netflix o Filmin. No puedes trabajar con mucho detalle porque se va a ver a un tamaño de risa pero tiene que ser muy potente para llamar la atención entre los cientos que vas a ver casi a la vez. Jota: Cuesta mucho mandar cartel a imprenta. Ahora puedes hacerlos en un tamaño DinA3 pero están pensados para las redes. Tenemos la suerte de hacer los carteles del Guggenheim y sabemos que se van a imprimir. ¿Tamaño 50x70? Aitor: Hace tiempo que no hacemos 50x70. Ya no hay tantos espacios para colocarlos. Ahora las paredes se respetan bastante. Enseguida viene el ayuntamiento y te los quita. Los carteles ya casi se ven solo en los bares y los tamaños no pueden ser muy grandes. El factor económico también influirá. Aitor: Claro. El DinA3 lo puedes imprimir en digital pero el 50x70 te exige hacerlo ya en offset. Muchas imprentas no te hacen ya esos tamaños. Con la pandemia han sufrido especialmente las imprentas. La consigna ha sido nada de papel. Aitor: No solo en carteles, todo el material para entregar en mano desapareció. La cultura en general ha sufrido. Antes hacíamos muchos más eventos. Siempre tenemos en Hopper un espacio para hacer más trabajos vocacionales. Colaboraciones con amigos que, por lo general, andan sin un duro. Son un caramelito para hacer lo que queremos. de bilbao al mundo Sois un referente en Bilbao. Entiendo que eso os obliga a tener un alto grado de autoexigencia. Aitor: Sí, estaría bien que estuviese Arturo, que se ocupa de los números, para contártelo. Siempre nos está reclamando que lo dejemos ya, que ya está bien. Jota: Hasta que no queda como pensamos que debería estar no lo dejamos. Cuando está cuadrado todo es cuando se acaba el trabajo. Los carteles tienen que adecuarse a numerosas adaptaciones. Aitor: Siempre. A veces encajarlos es un trabajo de bolillos. Por ejemplo, en los banners hay faldones que pasan a ser horizontales o verticales muy estrechos, las publicaciones para redes tienen otros tamaños... Jota: A veces no es necesario que las adaptaciones enseñen todo el trabajo que has realizado en el cartel. Es conveniente ver lo que va a ocurrir pero un banner tiene que destacar algo y si te interesa ya vas a la web. Son cosas que haces a veces de un modo muy automático. Aitor: En algunos casos. Como el Art After Dark, ya tienes muy interiorizados cuáles van a ser los elementos que hay que realizar: carteles, pantalla de metro, marquesinas... Cuando lo empiezas sabes que va a tener una animación por ejemplo. El cartel busca el impacto visual mientras que los clientes buscan meter la mayor cantidad de información posible. Jota: Hemos ganado con el formato digital. Hoy en día puedes ver en el móvil toda la información que antes no tenías. En Euskadi todos los materiales públicos tienen que estar en dos idiomas. Jota: Hemos llegado a hacer carteles en cuatro idiomas y cada uno de los idiomas tenía que tener el mismo peso. La necesidad del bilinguismo a veces ha ido contra el propio euskera. Aitor: La necesidad del bilinguismo a veces ha ido contra el propio euskera. Los clientes son conscientes de que duplicar o triplicar el titular le resta efectividad. Si metes castellano tienes que meter euskera pero si la metes en inglés y lo entiende todo el mundo evitas ponerlo dos veces. ¿Cuáles son los referentes del cartel en Bilbao en estos momentos? Jota: Smoke Signals por ejemplo. Siempre hemos sido fans y amigos de Vudumedia, el trabajo de Ángela Alonso en Happyending es brutal, Eider Corral, que es super elegante... Aitor: Y un montón de gente joven que vas viendo en las redes y que vienen apretando muy fuerte. Queremos hacer carteles que perduren en el tiempo. ¿Cómo veis el nivel de cartel? Aitor: Está mutando hacia lo digital. Eso hace que no tengas que meter tanta información. Jota: Hay corrientes. Ahora hay una corriente feísta con la que no acabamos de conectar. Intentamos mantenernos en el camino sin la obsesión de hacer un trabajo de tendencias. Las modas van y vienen y nosotros intentamos ir por el camino de en medio haciendo un producto de calidad. Queremos hacer carteles que perduren en el tiempo. making-off Xmas Guggenheim bilbao 2020 from hopper-ink on Vimeo. Guggenheim Bilbao Xmas 2020 from hopper-ink on Vimeo. →Hopper-Ink

Hopper-Ink: Carteles desde Bilbao

Presentación de la revista Gràffica «Diseño Editorial» en la EASD Alcoi. ¿Cómo se hizo?

«Menos es más… más o menos» por Óscar Guayabero

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