Hace unos meses os contábamos que el Museo del Diseño de Londres cambiaba su pequeña sede en el este de la ciudad por un gran espacio en el oeste, donde ahora convive con los populares museos de Ciencia, de Historia Natural y con el Victoria and Albert Museum. El museo se ha trasladado a un edificio de más de 10.000 metros cuadrados dedicados a la innovación que será inaugurado mañana 24 de noviembre de 2016. Con motivo de tal acontecimiento hemos hablado con Fernando Gutiérrez, quién se ha encargado del rediseño de su imagen.
El Design Museum quiere elevar el diseño gráfico y de productos e interiores a la altura del arte contemporáneo. Concebido por el arquitecto John Pawson con mobiliario de Vitra, el museo tiene tres pisos donde se combinan una exposición permanente gratuita y otras temporales de tendencias. Además el museo cuenta con un centro de estudios y una cafetería, así como una serie de actividades que contribuirán a que este espacio –en el que se han invertido 83 millones de libras– sea un laboratorio de ideas. Todo ello se presenta bajo la coherencia formal que aporta el rediseño de su imagen; un paraguas gráfico bajo el que se desarrollarán las actividades e iniciativas hablando un mismo lenguaje.
Fernando Gutiérrez, que colabora con el museo desde el 2006 realizando proyectos específicos, nos cuenta que con el traslado del museo surgió la oportunidad de renovar su imagen (diseñada por Graphic Thought Facility en 2003), así como la ocasión de diseñar espacios nuevos. «A pesar de que el museo siempre ha tenido buenos colaboradores que han ayudado a desarrollar su imagen, no había una estrategia que diera coherencia estética y funcional al museo», nos explica. Es por ello que se decidió contar con Gutiérrez como asesor y director creativo del rediseño de la imagen del Museo del Diseño de Londres: «Ha sido una experiencia fantástica, un proyecto de ensueño»– asegura Ferando Gutiérrez– «Detrás de este proyecto hay muchos profesionales relevantes del mundo del diseño y la publicidad, entre ellos los componentes de la Junta Directiva del Museo (presidida por Terence Conran, diseñador, restaurador, escritor y fundador del Museo del Diseño) quienes aprobaron la propuesta del redisseño a la primera».
No es la primera vez que Fernando Gutiérrez se embarca en un proyecto relacionado con la imagen de un museo. Su trayectoria profesional cuenta ya con diversos diseños de catálogos como el que realizó para el Museo del Prado o para PHotoEspaña: «Hay una conexión muy estrecha entre el diseño editorial para un museo con la acción de la visita en sí. Diseñar un catálogo es guiar al lector de la misma manera en que se guiaría a un visitante a lo largo del recorrido de un museo; las páginas son como salas de exposición y el recorrido por ellas es muy similar al que se haría por el espacio expositivo».
El briefing del proyecto del rediseño de la marca del Museo del Diseño de Londres estaba claro. Necesitaban una actualización de su imagen, una herramienta funcional que les garantizara que el trabajo interno entre departamentos fuera coherente y constante, y un vehículo estético con el que hacer el museo más accesible al público en general.
Según nos cuenta Fernando Gutiérrez, el rediseño debía mantener una concordancia con el edificio histórico que ahora alberga al museo, con sus materiales y con el tipo de relaciones espacio-visitante que su arquitecto minimalista John Pawson había concebido para este entorno acogedor y elegante. Es por lo que se decidió que la nueva marca debía respetar la edificación interviniendo solo en su interior. Además este rediseño, más que rupturista, tenía que ser la evolución formal de la imagen anterior pero con mejoras estratégicas funcionales.
Ante estas necesidades Fernando Gutiérrez decidió conservar la esencia de la marca realizada por Graphic Thought Facility pero simplificándola. Por ejemplo, el diseño de GTF se caracterizaba por ser una marca tipográfica con caracteres en caja alta y acompañada por una serie de ilustraciones. En el nuevo diseño se ha prescindido de ellas. Además, junto al tipógrafo Henrik Kubel, se ha redibujado la tipografía retocando sus formas levemente. Aunque a primera vista pueda parecer la misma, en realidad se han modificado todos sus caracteres. De hecho, con ello se ha creado un peso nuevo –que está entre regular y light–que hasta ahora no existía.
«La marca ya tenía una personalidad concreta. Nosotros hemos hecho una revisión haciendo una versión simplificada para que en ella tuvieran cabida todo los estilos posibles que el museo albergará en sus salas».
La diferencia más notable respecto a la marca anterior es el artículo ‘the’ añadido con el objetivo de diferenciar este museo de otras galerías de diseño, y de remarcar que el Museo del Diseño de Londres fue el primero. El ‘the’ también ha permitido poder jugar con el contraste entre caja alta y caja baja, aportando con esta última connotaciones de amabilidad a la composición.
Con el rediseño, Gutiérrez también ha aprovechado para añadir diversos guiños sutiles que hacen referencia a la historia del diseño, con el objetivo de comunicar así su valor a la sociedad. «Todo tiene una relación histórica con el diseño. Son guiños al diseño pero sin ser demasiado obvios».
Por ejemplo, según nos cuenta el diseñador, hay pequeñas referencias a la Bauhaus y al diseño del s. XX en el modo de componer la tipografía en el logo en bandera izquierda, en la decisión de darle protagonismo también a la caja baja –modo en el que Herbert Bayer en la Bauhaus propuso que debería escribirse todo–, en el uso de una señalética con los mismos pictogramas que creó Otl Aicher para las Olimpiadas de Múnich 1972, o en el uso de un código de color basados en una gama cromática de Le Corbusier.
«El proyecto ha sido un trabajo de colaboración con el Museo en el que he asesorado sobre cómo debía ser la comunicación gráfica de este y cómo debían usar la marca. A partir de ahí, han sido las agencias de comunicación externas, que también colaboran con el Museo, las que se encargan de llevar a cabo el desarrollo de todas las piezas».
Tras un año de trabajo, el resultado ha sido un rediseño sutil pero cargado de significado que pretende, además de recuperar el buen diseño del pasado, funcionar como una herramienta verdaderamente útil para comunicar y llegar a la máxima audiencia posible: «La distinción y la diferenciación correrá a cargo de la calidad de las exposiciones, de sus comisarios y de la buena gestión del museo. Este proyecto tiene que servir como herramienta de trabajo eficaz para que el equipo del museo pueda desempeñar correctamente su labor», afirma Fernando Gutiérrez.
Sobre Fernando Gutiérrez
Fernando Gutiérrez estudió diseño gráfico en el London College of Printing y en 1993 se trasladó a España y fundó, junto a Pablo Martín, el estudio de diseño Gráfica, en Barcelona. Ha colaborado como diseñador y director de arte de publicaciones como Colors (Benetton), Tentaciones y EPS de El País, Matador, entre otras. En 2000 se convirtió en socio de la oficina de Londres de Pentagram. Seis años más tarde inició una nueva fase como director de su propio estudio de Londres. Entre las últimas incorporaciones a su cartera de clientes destacan Museo del Prado, Tate Gallery, El Bulli, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, The Melnikov Garage y el bodeguero español Telmo Rodríguez.
Actualizado 23/11/2016