James Rosenquist ha fallecido a sus 83 años a causa de una larga enfermedad. Fue el tercero de los tres pioneros del pop art, y también, el último en morir. Andy Warhol y Roy Lichtenstein fueron sus dos predecesores.
James Rosenquist nació el 29 de noviembre de 1933 en Dakota del Norte, Estados Unidos. Comenzó sus estudios de arte en la Escuela de Arte de Minneápolis, y los completó con cursos de pintura en la Universidad de Minnesota. Se instaló en su propio taller donde trabajó durante tres años realizando diseños, grandes carteles de los que destacaban sus colores fluorescentes.
La técnica que le llevó al éxito consistía en las pinturas a gran escala. Comenzó creando paneles publicitarios, pero más tarde se introdujo en la cultura de Bellas Artes. Con imágenes fragmentadas de distintas proporciones, creaba combinaciones y superposiciones que componían una historia visual que se narraba al público a través de sus lienzos.
Pero, ¿por qué se le denomina pionero del pop art? Ni él mismo lo sabe, y así lo plasma en su autobiografía, Painting Below Zero: Notes on a Life in Art, de 2009: «todavía no sé lo que significa el arte pop, para ser sincero». Él convertía los objetos más comunes y jugaba con su textura, color, líneas y formas para que el espectador visualizara en lo más ordinario y abstracto una historia con auténtico significado. Símbolo, casi siempre, del contexto político y cultural americano en el que vivía, momento que consideraba idóneo para crear: «cuando las cosas se vuelven peculiares, frustrantes y extrañas, es un buen momento para ponerse a pintar».
Entre sus obras más destacadas está F-111, creada en 1964, que envuelve una auténtica crítica al militarismo. El nombre pertenece a un caza-bombardero que Estados Unidos utilizó durante la Guerra de Vietnam. 23 paneles componen una obra que alcanza los 25 metros de longitud. “La máquina de muerte de Vietnam, el consumismo, los medios de comunicación y la publicidad” son los aspectos que, según el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), eran cuestionados por Rosenquist.
La tecnología ha sido otro objetivo de críticas en sus obras. Para ello, incluía elementos mecánicos en sus cuadros. Cuadros a los que más tarde se sumaron grabados, dibujos y otras composiciones. El Museo Whitney de Arte Estadounidense (Nueva York) y el Museo Wallraf-Richartz (Colonia) custodiaron sus obras desde 1972.
Este miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras ha fallecido en Nueva York, al igual que sus dos predecesores Andy Warhol y Roy Lichtenstein, mientras descansaba en su residencia neoyorquina y luchaba contra una larga enfermedad que le acompañaba desde hacía ya muchos años.
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