Nava y Quirós, Quirós y Nava. Juan y Joan, Joan y Juan. Los dos terminaron encarrilando sus vidas hacia el diseño como una manera de atender a la vida con minuciosidad y armonía, mucha armonía.
Los dos, probablemente por las mismas causas, acabaron sucumbiendo ante el amor irresistible por los rótulos callejeros, emblemas que como guirnaldas cuelgan de una ciudad en varios tiempos. Y los dos -de ahí este encuentro con alma de gabinete de crisis- han evolucionado en serenos ante un peligro de extinción que ciertamente comprende la mayoría de ciudades del mundo, pero que en algunos destinos es especialmente acusada. Los rótulos históricos, los que han enmarcado el nombre de centenares y centenares de locales, desaparecen sin tasa de recambio posible en el horizonte.
Su tarea de archiveros del rótulo -desde los canales de ‘Letras recuperadas’ y ‘Letters from Valencia’– tiende poco a poco a convertirse en un oficio de arqueología. Hemos quedado para hablar.
Joan Quirós: Estudié diseño gráfico… y por los graffitis empezó a interesarme el lettering, la rotulación, la caligrafía. En el año y medio que viví en Londres me percaté de otra realidad. Era como estar en un parque de atracciones de los rótulos. Recuerdo, en mi primer barrio, un local donde reparaban y almacenaban bicis, con un rótulo muy antiguo cercano a los 120 años. Ahora lo han tapado, aunque sigue estando bajo, al menos no se lo han cargado. Tenía textura de madera, era una textura simulada, el rotulista habría aprendido técnicas de imitación de material. Me explotó la cabeza. Es especial que un rótulo siga con más de cien años en un mismo sitio.
Juan Nava: Para el primer Congreso Tipográfico de Valencia me pidieron que hiciera unos recorridos turísticos para los visitantes a través de los rótulos de la ciudad. Como soy muy tímido, no me veía. Preferí hacer un libro –Itinerarios tipográficos– con itinerarios de las tiendas con rótulos a destacar. La gente se quedaba con el simbolismo del rótulo, quizá no tanto con las letras. Por eso, dándole vueltas, continué fotografiando queriendo extraer las propias letras de cada uno de ellos. Comenzó ‘Letras recuperadas’.
Es como extraer el ADN de cada rótulo ante su peligro de desaparición…
Juan Nava: En realidad solo quería documentar, más que el rótulo quería extraer la letra, mostrarla sin el ruido de la calle, demostrar que hay muchas de esas letras que continúan siendo modernas y perfectamente utilizables.
Joan Quirós: Juan elimina la distorsión, cambia la perspectiva. Nosotros vemos los rótulos desde abajo, pero él las proyecta como si las miráramos frontalmente. Me gusta de la rotulación ese ADN local, el estilo particular de cada lugar. El estilo inglés más recargado, el de aquí tal vez más sintético, aquí quizá más cerámico, allí más de vidrio. Me atrae coger esa esencia.
Juan Nava: En realidad muchas veces simplemente era el encargo que una tienda le hacía a un señor para anunciarse. Y ese señor muchas veces se inventaría las letras, las tomaría de catálogos, muestrarios de abecedarios… En Valencia no veo tan claro un estilo determinado como por ejemplo sí lo hay en ciudades como Ámsterdam.
Joan Quirós: Tenía más que ver con la posición económica de quien hacía el encargo, que se podría permitir uno en vidrio pintado con pan de oro, mucho más laborioso, o simplemente pedir que lo pintaran sobre una maderita.
¿Cuál fue vuestro primer flechazo con un rótulo?
Juan Nava: Por vistosidad, el de la calle la Paz de Valencia, el de la tienda Unión Musical Española, donde destaca la cerámica. Ellos imagino que podían ser más ambiciosos y permitirse un rótulo así, con ese material, esa composición.
Joan Quirós: Los de Philips de Blanqueries, en Valencia. Pasábamos en coche, de camino al Cabanyal y me quedaba atrapado por esa bombilla tan grande, tan luminosa. Y a su lado, en el muro, un anuncio de Philips Autoradio que se ha ido borrando.
Juan Nava: Es una vergüenza que estén como están. Además estamos hablando de publicidad y apenas quedan. Junto al de Nitrato de Chile es uno de los escasos ejemplos. Ahora es difícil de imaginar, pero Valencia estaba llena de paneles pintados…
Joan Quirós: Los cerámicos se hacían en Manises y se exportaban. En Canarias había un par como estos y allí sí se protegían. En Valencia, a pesar de ser tierra de cerámica, no.
¿Qué queríais lograr con vuestros procesos de recopilación?
Juan Nava: Cuando comencé dije, qué tontería, si ya las letras ya están allí, pero todos me decían que era buena idea y me terminó de animar. Suelo recibir correos de gente preguntándome el tipo de letra de los rótulos, pero el tema no va por ahí, les tienes que explicar que no le puedo dar el nombre de la tipografía porque no existe como tal. Sirve para hacer un poco de didáctica, también para reivindicar un oficio prácticamente desaparecido como el de rotulista.
Joan Quirós: Estaría bien, y tengo la intención, ubicar en un mapa los rótulos más destacados, también los desaparecidos, para dar cuenta de dónde estaban. ¡Ostras qué bonito era! Sí, sí, pero ya no está…
¿Cómo era el trabajo del rotulista?
Juan Nava: Tengo dudas si en las propias empresas de cerámica tenían a sueldo a un rotulista o si lo contrataban externamente, si quien lo hacía sobre vidrio era cristalero…
Joan Quirós: Deduzco que serían colaboraciones. Mucho son de Valldecabres, que fabricaba cerámica y azulejos, pero dentro de su empresa debían tener a alguien que dibujara.
Juan Nava: Conozco el caso de un pintor que también era rotulista. ¿Era rotulista antes que pintor o viceversa? Lo probable es que, ya que pintaba, le pidieran que hiciera una inscripción, que como autodidacta lo aprendiera.
La pregunta inevitable. ¿Por qué se conservan tan poco los rótulos históricos?
Joan Quirós: Es cultural. La cultura visual ha ido mejorando pero venimos de un nivel bajo, entre otras cosas por una dictadura de cuarenta años que también influye. Afortunadamente hay cada vez más trabajo de recuperación y rotulación, especialmente en Madrid. Rotulistas jóvenes que se abren camino con trabajo manuales. Juan y yo hemos hablado muchas veces que, aunque sea por una moda, bienvenida sea.
Juan Nava: Muchos establecimientos recuperan la estética del rótulo antiguo, en vinilo. A veces dudas si son auténticos o no. Intentar imitar el estilo, al menos, es un reconocimiento.
La paradoja de que desaparezcan para querer recuperarlos.
Juan Nava: Hay que tener conciencia de lo que uno posee. Los ayuntamientos debían haber tomado medidas. Hay normativas sobre fachadas, pero el elemento del rótulo…
Joan Quirós: Apenas se contempla. Y solo se puede proteger con normativa.
Juan Nava: Porque, si no, depende de la sensibilidad que tenga el que llegue de nuevo al local, que tenga el cuidado de, aunque que cambie de actividad, conservar el antiguo.
Joan Quirós: El riesgo de las modas es que pasa el tiempo y quedan en nada, pero sí percibo más apreciación. Debe ser que ver lo que ocurre en otras ciudades, como Londres, nos genera un efecto espejo. Me gustaría pensar que se va a extender… pero no puedo evitar ponerme fatalista.
Juan Nava: Sobre todo porque son las franquicias las que están invadiendo las ciudades. Y no le puedes decir a la franquicia que conserve el rótulo… a no ser que sea por ley. Él quiere poner su marca, su logo, y lo pondrá sí o sí. El caso que hablaba anteriormente, de Unión Española en la calle la Paz de Valencia, es muy singular porque a pesar de que han puesto una franquicia han conservado el rótulo histórico. Es muy loable por su parte.
Joan Quirós: E inteligente. Porque la gente que pasa le hace fotos al rótulo, las sube a Instagram… y hace publicidad de la franquicia.
Hagamos un SOS. ¿Qué rótulos os preocupa que desaparezcan?
Joan Quirós: Hay una paquetería llamada Antonio Carbonell en Gran Vía Fernando el Católico (de Valencia), a la altura del 58. Está en un edificio abandonado. El negocio lleva varios años cerrado, con un rótulo de cerámica. Tengo miedo, es uno de mis favoritos y lo veo en riesgo. Es muy colorido, simula un trencadís, con la firma de Valldecabres, hecho en Manises, con una tipografía muy curiosa.
Juan Nava: En la calle la Paz está el de Café el Siglo, cortado en madera, prácticamente desaparecido, de un antiguo casino.
Joan Quirós: Sufres mucho cuando ves el local cerrado desde hace tiempo. Ferretería Pastor, en Guillem de Castro, hay uno espectacular, abandonado. Cada vez que paso me digo, estará o no estará…