Bartlebooth es una publicación física, un juego, un puzzle, un proyecto que sale de la suma de diferentes inquietudes personales. En cada número, un único tema transversal establece unas reglas de juego, un tablero, unas condiciones de partida que determinan el resultado final de la publicación. Sin embargo, el entendimiento global del número sólo es posible a través de las lecturas de los invitados y de las conclusiones que el propio lector saque de ellas, cerrando finalmente el círculo de transformaciones precisas del hilo conductor. Con esta premisa, Bartlebooth ahora propone su 5º experimento editorial: ‘La producción: cuatro estrategias menores’.
Bartlebooth lanzó en noviembre su quinto experimento editorial La producción: cuatro estrategias menores. Según los componentes del equipo, esta publicación es una reflexión colectiva en torno al arte y a la arquitectura centrado en mecanismos de producción alternativos o resistentes, que no parten de la tabula rasa sino que se construyen desde los escombros de lo anterior.
«Así, la publicación se conforma en base a veinte reflexiones en torno a cuatro estrategias o acciones: el chatarrear, el hackear, el samplear y el no hacer. A través de estas cuatro estrategias, se proponen diferentes tácticas, ejemplos y reflexiones a otras maneras de hacer y crear que se resisten a ser objetualizadas o convertidas en mercancía, donde la autoría es difusa y las interferencias y referencias se convierten en el material fundamental. Desde un mash-up hasta la intervención física sobre libros-objeto, recorridos por la periferia madrileña en busca de piezas olvidadas, obsesiones literarias, reflexiones fragmentarias… », explica Bartlebooth.
En total, La producción: cuatro estrategias menores cuenta con 298 páginas a través de las cuales se interroga, se cuestiona y se proponen mecanismos alternativos de producción de la mano de más de veinticinco personas involucradas en la elaboración de este experimento editorial. Entre los invitados se encuentran: Mengya Yang, Sara Escudero, Pedro Hernández, Manuel Sendón y Ángel Martínez García-Posada, sobre el chatarreo; Uriel Fogué, Núria Güell, Davide Tommaso Ferrando, Roberto Equisoain, Francisco García Triviño y Joaquín García Vicente, acerca del hackeo; Atxu Amann + Rodrigo Delso, Santiago Sierra, Yolanda Pérez Sánchez, Juan Creus y Virginia de Diego, sobre el no hacer; y Miguel Mesa del Castillo + Juan Carlos Castro, Tatiana Poggi, Luis Díaz Díaz y Eduardo Navas.
Extracto del editorial:
“Frente al objeto pulido y terminado, multitud de procesos precarios. Frente al nombre, los verbos. Frente a la creación individual proponemos ensamblajes y producciones colectivas, donde la autoría carezca de cualquier sentido. Frente a la Arquitectura, las arquitecturas menores. Frente a la tabula rasa, proponemos visitar el desguace o basurero en donde encontraremos todos los materiales necesarios que alterar, hackear, subvertir, procesar, samplear, modificar, amputar, reorientar, retocar, destruir (parcial o totalmente), diseccionar, profanar, demoler, derribar, retocar, manipular, desterritorializar, suprimir, ensamblar, injertar. Todos ellos, modos de producción que se resisten, cuando no rechazan de pleno, las lógicas de un sistema, capaces de convertir cualquier producto en una mercancía disponible al mejor postor. Miremos con atención en las posiciones marginales, en los pliegues y en el corazón mismo del propio sistema, pues allí encontraremos prácticas de resistencia, individuales o colectivas, con el único propósito de generar estrategias alternativas, incapaces de ser capturadas.
[…]
De entre todos los mecanismos posibles, escogeremos tan sólo cuatro. Cuatro maneras diferentes de manipular lo preexistente, de proponer nuevas lecturas y nuevos usos. Cuatro estrategias menores serán suficientes para articular una reflexión conjunta que permita esbozar un nuevo panorama, un nuevo set de herramientas que reconocer, poner en valor y a disposición de cualquiera que desee emplearlas.”
Su producción, al igual que su filosofía de juego y experimentación, también propone todo un disfrute para los sentidos, tanto por su encuadernación cosido visto y lomo descubierto, como por la monocromía que hace del azul protagonista de esta edición; un objeto de deseo para los amantes del libro objeto.